1 de marzo de 2023
El miércoles 1 de marzo, se llevó a cabo la
sesión inaugural del período de sesiones ordinarias del Honorable Concejo Deliberante de nuestra
ciudad, con el tradicional discurso del intendente.
En esta oportunidad, Lunghi destacó que "Somos
contemporáneos del Bicentenario de esta ciudad maravillosa, de esta comunidad
que nos enorgullece, de este privilegiado lugar en el mundo que tanto amamos y
cuidamos entre todos".
"Estuvimos y estamos unidos en la diversidad y en los matices, unidos en las diferencias y divergencias, atravesando "grietas" que dividen y atrasan. Así construimos un modelo de desarrollo de ciudad, de convivencia democrática, de calidad de vida y de progreso", destacó el jefe comunal.
EL
DISCURSO DEL INTENDENTE
Estamos viviendo un tiempo único, irrepetible.
Es un momento que quedará sin dudas en la historia que contarán y recordarán
las próximas generaciones. Somos contemporáneos del Bicentenario de esta ciudad
maravillosa, de esta comunidad que nos enorgullece, de este privilegiado lugar
en el mundo que tanto amamos y cuidamos entre todos.
Y porque estamos transitando un momento tan
especial, es que considero que estas palabras deben salir de su formato
habitual y de la formalidad característica de una apertura de sesiones. Apelaré
entonces también a la brevedad y la simplicidad del mensaje, que creo que es lo
que ameritan las circunstancias excepcionales como esta.
Vengo hoy aquí a compartir este encuentro en
el Honorable Concejo Deliberante y lo hago con el orgullo, la responsabilidad y
el agradecimiento inmenso por haber sido parte durante los últimos años, junto
a la comunidad toda, de uno de los mayores procesos de desarrollo y
transformación de la historia de Tandil.
No me arrogo ningún lugar especial, ni ningún
mérito por encima de mis convecinas o convecinos cuando hablo de este período
de progreso y transformación. Siento, de todo corazón, que todo lo realizado en
estos años, los objetivos cumplidos, los avances y desafíos superados son
logros colectivos y fruto del trabajo conjunto, del esfuerzo compartido y la
cooperación. También de todo lo que hicieron y construyeron las generaciones
anteriores, de nuestros padres y abuelos, muchos ellos llegados desde lugares
lejanos del planeta y que pusieron su vida y pasión en esta tierra.
Como intendente, tengo la convicción de que he
cumplido con mis obligaciones, con la palabra empeñada, que he actuado siempre
pensando por y para Tandil sin importar los colores partidarios o las
conveniencias electorales, que he cometido errores y los he tratado de enmendar
siempre, pero que en definitiva he hecho y sigo haciendo todo lo que está a mi
alcance para los tandilenses y para la ciudad que tanto amo. Me han guiado los
principios fundamentales e irrenunciables que para mí son la libertad, la
igualdad, la honradez, la democracia y la república como formas de vida y de
gobierno.
En estas casi dos décadas, como decía, gracias
a esta idea de la gestión asociada alcanzamos logros que parecían
inalcanzables, avances y obras esperadas y soñadas, objetivos que parecían
irrealizables. Todo lo conseguido costó tiempo y esfuerzo, como bien lo sabían
los pioneros de esta tierra y como nos enseñaron nuestros antepasados. En
coyunturas como las actuales, donde muchas veces parece imponerse el discurso
facilista o mágico, creo que es importante señalar una obviedad que a veces en
el ámbito político se silencia: que no existen las soluciones fáciles y rápidas
a todos los problemas, que las cosas no se consiguen de un día para otro, que
las dificultades a los que nos enfrentamos no tienen muchas veces respuestas
inmediatas. Se requiere entonces perseverancia, tenacidad, colaboración,
trabajo compartido, solidaridad, espíritu emprendedor, visión de futuro,
capacidad de sobreponerse, todos
atributos que sin dudas definen a nuestra comunidad.
Estuvimos y estamos unidos en la diversidad y
en los matices, unidos en las diferencias y divergencias, atravesando "grietas"
que dividen y atrasan. Así construimos un modelo de desarrollo de ciudad, de
convivencia democrática, de calidad de vida y de progreso.
Es bueno recordar lo que hemos sido capaces de
hacer juntos para no detenernos, para aspirar a nuevas metas. Logramos, entre
tantas otras cosas, crear un sistema de salud pública de excelencia e
igualitario, que es orgullo y ejemplo en toda la provincia, y que ha sido
siempre la prioridad en la inversión del estado local. Llegamos con los
servicios básicos (agua, cloacas y gas natural) a casi el 90 por ciento de la
población urbana, alcanzamos indicadores sanitarios y sociales como los de
mortalidad infantil o mortalidad materna entre los mejores del país, estando en
los primeros puestos del índice de calidad de vida que elabora el Conicet;
desarrollamos la infraestructura como pavimentos, redes de servicios y mejoras
en todos los barrios, en zonas que hace unos pocos años no contaban con nada;
multiplicamos los espacios verdes y parques para el encuentro y la integración,
forestamos y avanzamos en el cuidado de nuestras sierras y del patrimonio
natural; fortalecimos e impulsamos más la diversidad económica y el crecimiento
productivo con nuevos sectores e industrias; consolidamos una ciudad del
conocimiento, la cultura y la educación, con escuelas como las de idiomas, la
de talento, una red de jardines maternales en los barrios; creamos un sistema
robusto de protección ciudadana a la medida de nuestro distrito, con más de 700
cámaras de seguridad en funcionamiento en la ciudad y localidades rurales para
la prevención y el apoyo a la policía y la justicia, preparado también para la
emergencia y situaciones críticas mediante Defensa Civil.
Garantizamos derechos sociales, educativos y
sanitarios con políticas de estado sostenidas, como el PASE, pionero y ejemplo
en la provincia; el programa Titán para el desarrollo de todos los niños de 0 a
3 años, 14 Centros Comunitarios, el Polo Social y Productivo, el próximo a
inaugurarse Centro de Desarrollo Infantil, en el barrio Palermo, y tantas otras
acciones siempre junto a las instituciones de la comunidad.
En definitiva, entre todos, junto al sector
privado, nuestra Universidad Nacional del Centro y las organizaciones de la
sociedad, sabiendo cooperar además con los restantes niveles del estado,
levantamos los cimientos de una ciudad mejor, moderna, innovadora, abierta al
mundo, con institucionalidad y calidad democrática, que mantiene su identidad y
escala humana, que cuida la naturaleza, que promueve la integración social y la
igualdad de oportunidades, que mira y avanza hacia el futuro con esperanza y
optimismo.
Vivimos hoy, al llegar a los 200 años de
historia, en una ciudad pujante, cuya población creció el 22% en diez años de
acuerdo al último censo nacional, en pleno desarrollo económico y social, que
ha construido una marca propia, que atrae y promueve conocimiento, tecnología e
inversiones en todos los sectores: desde el nuevo parque eólico La Elbita, en
construcción en nuestro distrito, con una inversión privada de más de 150
millones de dólares y que podrá abastecer hasta 100.000 hogares, hasta la
recientemente inaugurada Estación Transformadora 2 de nuestra Usina Popular y
Municipal, que demandó una inversión de 1.800 millones de pesos y es un
verdadero hito de este Bicentenario, que garantiza la energía y el crecimiento
para las próximas décadas; o el nuevo edificio emblema de la empresa Globant, o
las millonarias inversiones en el Parque y el área Industrial de empresas que
están montando sus nuevas plantas, en rubros tan diversos como la
agroindustria, el diseño, la construcción o la farmacéutica. Hoy los productos
y servicios de Tandil se exportan a 77 países de todo el planeta: desde quesos
a piezas de fundición, desde productos del cerdo hasta avanzados sistemas de
software, lo que se hace y construye aquí con conocimiento y esfuerzo llega a
todos los rincones del planeta. Tandil es también una ciudad global.
Pero no quiero abundar solo en los logros que
hemos tenido como comunidad en los últimos años. Porque el presente y
especialmente el futuro, al que fundamentalmente quiero referirme en este
discurso, tiene también la forma de las cosas que aún nos faltan, de los
desafíos que tenemos por delante, de las deudas que aún cargamos, de las
dificultades y también de los derechos que quedan por atender, de todo lo que
nos obliga a redoblar el esfuerzo, el trabajo, el compromiso.
Con elevados índices de calidad de vida muy
por encima de la mayoría de las ciudades del país, también padecemos la
desigualdad como en toda la Argentina. Pese a tener según la última medición de
la Provincia de Buenos Aires menos de un 4 por ciento de desocupación, muchas
familias sufren por los ingresos insuficientes y la inflación y sin dudas la
pasan mal. Tenemos enormes desafíos y problemáticas que enfrentar en materia
ambiental a partir del cambio climático, las dificultades del acceso a la
vivienda, entre otras tantas que lamentablemente sufrimos en toda nuestra
Argentina y también por supuesto en nuestra ciudad. Muchas de las soluciones
necesarias dependerán por supuesto del rumbo del país, de circunstancias
generales que escapan a lo que solos los tandilenses podamos hacer. Pero tener
conciencia de lo que falta, entonces, es necesario para avanzar, para no
conformarse con lo ya realizado, para ir hacia nuevos logros y objetivos. Para
seguir haciendo, mejorando, creciendo, que es el espíritu profundo que siempre
ha primado en esta comunidad.
Creo fervientemente que el Bicentenario lejos
está de ser un punto de llegada, el fin de un camino o de un recorrido. Por el
contrario, el Bicentenario es el inicio de un nuevo tiempo para Tandil, el
comienzo del futuro, el nacimiento de una nueva etapa de nuestra comunidad.
Estoy seguro que todos los tandilenses nos merecemos celebrar y compartir con
mucha alegría nuestra historia, nuestros logros, nuestro esfuerzo colectivo, la
maravillosa ciudad que hemos construido a lo largo de 200 años. Pero también estoy convencido de que este
Bicentenario, como lo dije, es el momento inicial de un nuevo tiempo, en el que
debemos poner manos a la obra en el Tandil del futuro, el de las próximas
décadas, que se levanta sobre las bases del presente.
En ese futuro venimos trabajando sin pausas,
aún con una pandemia mundial en el medio, con el Acuerdo del Bicentenario, este
espacio plural y participativo que ha unido al Municipio, a la Universidad
Nacional del Centro y a casi 100 instituciones de toda la comunidad para
consensuar y trazar un camino compartido.
Luego de intensos años de trabajo paciente y
serio, de debate y compromiso, próximamente se presentarán las propuestas
diseñadas que se transformarán en políticas públicas para los próximos años.
Esas propuestas serán sobre cuatro aspectos elegidos como prioritarios: el
nuevo esquema de tratamiento de los residuos en Tandil, un plan de movilidad
urbana, un nuevo Código de convivencia ciudadana y el desarrollo de la marca
Tandil.
Si el Bicentenario indica el comienzo de una
nueva etapa, hay metas, desafíos y objetivos que debemos abordar y afrontar
trabajando a la par, como lo venimos haciendo. Es el estado junto al sector
privado y las instituciones; es la iniciativa privada y la capacidad emprendedora
de nuestra comunidad junto a las políticas de estado, es la suma de las partes
y no la resta, es la cooperación y la articulación, la manera en la que tenemos
que seguir haciendo nuestra historia.
Con los cimientos sólidos que hemos construido
entre todos, debemos aspirar a que Tandil sea un modelo de "ciudad verde", que
pueda liderar y ser referente en Argentina del desarrollo de las energías
renovables, de las energías limpias, protagonizar la denominada transición
energética que el mundo ya comenzó a vivir y se intensificará en los próximos
años. Ese camino ya estamos transitando con nuestra Usina Popular y Municipal,
llevando adelante proyectos relacionados con la energía solar y la eólica,
entre otras. Contamos con exitosas experiencias como el programa y los parque
comunidades solares I y II, verdaderos ejemplos de desarrollo que son tomados
como referencia en todo el país; la instalación de paneles solares en jardines
de infantes públicos de la ciudad, la instalación de luminarias LED en toda la
planta urbana y localidades rurales, alcanzando en breve el 75% de cobertura
del alumbrado público de Tandil, y la legislación que promueve la utilización
de energía limpia en las nuevas construcciones.
El desarrollo de las energías renovables es y será cada vez más un motor
para el crecimiento económico y productivo, del conocimiento, de la innovación,
de la educación, de nuevos empleos, de
mayor integración social e igualdad de oportunidades. En el nuevo paradigma de
las energías limpias, sin dudas Tandil debe ocupar un lugar de liderazgo y de
referencia.
Un Tandil verde también implica poner en
funcionamiento gradual un nuevo esquema de procesamiento y tratamiento integral
de los residuos que como ciudad generamos. Y ese camino está relacionado precisamente
con la posibilidad de generar energía limpia a partir de los residuos tanto
domiciliarios como industriales, de avanzar en los procesos de reciclado y
reutilización, promoviendo un nuevo esquema de economía circular, innovadora y
sustentable. En pocas semanas, desde el Acuerdo del Bicentenario se presentarán
entonces las principales líneas de acción en este sentido. Por supuesto este
nuevo esquema no se dará de un día para otro, demandará tiempo y esfuerzo;
necesitará de millonarias inversiones que dependen además del contexto nacional
e internacional, y fundamentalmente de políticas y acciones consensuadas y
sostenidas en el tiempo.
El Tandil verde de las próximas décadas es la
ciudad que apuesta por la movilidad sustentable, promoviendo fuertemente los
vehículos eléctricos o que utilicen energías no contaminantes tanto en el
ámbito público como privado, algo que también comenzamos con la Usina meses
atrás con un primer vehículo e instalando además el primer cargador eléctrico
en la ciudad; deberemos continuar mejorando y fomentando el transporte público
y maneras de desplazamiento ecológicas y saludables. También trabajando en
continuar fortaleciendo la accesibilidad, la conectividad, la integración
social y urbana, prosiguiendo con las inversiones permanentes en
infraestructura como lo hemos venido haciendo año tras año y lo seguimos
haciendo: en pocas semanas, estaremos iniciando obras de nuevos pavimentos y
cordón cuneta en barrios y localidades rurales, ya licitadas y adjudicadas con
fondos propios y también provinciales y nacionales, por más de 420 millones de
pesos. También en poco tiempo estaremos finalizando la nueva cisterna de agua
en el barrio Movediza, realizada junto a la Nación y con una inversión de 190
millones de pesos, que beneficiará a más de 5.000 vecinos. Deberemos seguir
desarrollando circuitos y sendas para caminar, para la actividad física y el
deporte. En esta misma línea está el proyecto de contar con un gran
polideportivo y complejo municipal, que se viene trabajando junto al Gobierno
provincial y nacional. En breve se iniciará la colocación del nuevo piso de
alta competencia en la pista municipal de atletismo, una obra esperada por años
y que posibilitará realizar torneos provinciales y nacionales. Y también es
necesario reforzar la cooperación y la articulación con todos los clubes,
instituciones que son fundamentales para el desarrollo comunitario.
Para hacer frente al cambio climático, otro de
los grandes desafíos que tenemos por delante, es el de avanzar en la búsqueda
de financiamiento para nuevas obras hídricas que ya están proyectadas y
diseñadas, como un nuevo dique de contención o regulación de aguas, y seguir
multiplicando los espacios verdes y la forestación intensiva en todos los
sectores de Tandil. Como parte de las acciones del Acuerdo del Bicentenario
cumplimos la meta de plantar 10.000 ejemplares en los últimos años, y debemos
seguir y reforzar aún más estas iniciativas. Tenemos que continuar como
política de estado protegiendo nuestras sierras y el patrimonio natural,
desarrollando nuevas iniciativas como la que se comenzó a concretar con la
reserva Sierra del Tigre. En este sentido estamos además trabajando
intensamente para recuperar pare el Municipio unas 10 hectáreas en la zona
donde se encontraba el llamado dique seco sobre la avenida Gabriel Taborín,
proyectando un nuevo espacio verde para la comunidad.
Los nuevos tiempos requieren proseguir con las
políticas para el desarrollo de nuevos sectores productivos y económicos, tal
el referido a las energías renovables, el reciclado, la vitivinicultura, la
biotecnología, el turismo rural y de experiencias, el diseño y los servicios
tecnológicos y científicos en general. De este modo continuaremos fortaleciendo
la enorme diversidad productiva que hoy ya tiene Tandil, generando productos de
cada vez más valor agregado y articulando el agro, la industria, el comercio y
los servicios con el conocimiento que genera nuestra Universidad y la comunidad
en su conjunto.
Por supuesto Tandil requerirá un nuevo Parque
Industrial y un Parque Tecnológico, ante el acelerado crecimiento productivo
que registra, algo que ya se empezó a planificar y que es necesario encarar a
partir de la cooperación y el consenso entre el estado y el sector privado. El
importante posicionamiento internacional que ha logrado Tandil, a partir de la
presidencia de Mercociudades, la presencia constante en los principales foros
mundiales y la activa agenda de intercambios y experiencias compartidas, es
otras de las políticas de estado que deberá continuarse y expandirse. Ya en
mayo próximo, Tandil volverá a ser sede de un importante encuentro
internacional sobre ciudades intermedias como territorios de talento.
El Tandil de los próximos años demanda también
un moderno Centro de Logística y carga, que por supuesto tendrá impacto sobre
la movilidad urbana sustentable, proyecto en el que seguimos trabajando sin
pausa. Y justamente en línea con los grandes objetivos trazados mirando al
futuro, en pocas semanas estará abriéndose la convocatoria a una nueva
licitación pública nacional para la construcción de un complejo de
entretenimiento, centro de convenciones, hotel y centro comercial en el antiguo
predio de Vialidad sobre la avenida
Fleming.
Establecer un nuevo marco de convivencia
ciudadana, a partir del proyecto de un nuevo Código que se presentará en poco
tiempo, ampliar y seguir fortaleciendo el sistema de protección ciudadana y de
seguridad con más tecnología y articulación con el gobierno provincial, son
también desafíos en los que trabajamos y deberemos continuar.
En una ciudad en expansión como es Tandil, sin
dudas uno de los grandes retos para los próximos años es promover aún más y
reforzar el desarrollo y accesibilidad al suelo urbano y a la vivienda, una
dificultad que conocemos bien y que se da lamentablemente en todo el país.
Tenemos que pensar y explorar nuevos esquemas, como por ejemplo la cooperación
público - privada para la generación de suelo y nuevas viviendas, algo que
comenzamos a realizar con un proyecto urbanístico en la zona norte que
esperamos se ponga en marcha en los próximos meses, al igual que esquemas de
articulación con el Gobierno Provincial y Nacional, como el proyecto de urbanización
en la zona de Sans Souci, junto a iniciativas municipales que vienen
demostrando resultados positivos como los programas de autoconstrucción de
viviendas en Movediza y Vela Avanza.
El Tandil del futuro también demandará seguir
consolidando el sistema de salud pública de excelencia con el que contamos,
planificando ya dos nuevos pisos con internación general para el Hospital
Municipal Ramón Santamarina. Como ustedes bien saben, ya se inició con el apoyo
de fondos nacionales la construcción de la segunda etapa del edificio de
consultorios externos sobre calle Pellegrini, que implicará un gran avance y
que posibilitará liberar espacio en el Hospital Central y sentar allí las bases
para los nuevos pisos de internación, con una proyección de 30 nuevas habitaciones
individuales; a la vez se podrá pensar entonces en la ampliación de la guardia
de emergencias y la vez en la creación futura de un espacio para internaciones
breves, tratamiento rápidos y recuperación de cirugías menores. Es
imprescindible continuar con la inversión permanente en aparatología de
avanzada y en recursos humanos; para ello anunciamos la pasada semana el inicio
de la licitación para que nuestro sistema de salud pública cuente con un nuevo
tomógrafo de última tecnología, con una inversión estimada en 120 millones de
pesos; hay que planificar nuevas prestaciones y atenciones las 24 horas en
algunos Centros de Salud barriales, completar el proceso de integración entre
el sistema público y privado de salud. En ese camino ya estamos desde hace
tiempo, con el trabajo que se está realizando junto a la Cepit para el
desarrollo de la historia clínica digital universal.
Todos estos grandes desafíos que debemos
alcanzar en la nueva etapa que marca el Bicentenario se construyen, como lo
dije anteriormente, con tiempo y esfuerzo. El Tandil que nace a partir de
cumplir los 200 años se levantará entonces sobre las bases firmes que hemos
logrado consolidar como comunidad. Lo tendremos que hacer entre todos, desde la
diversidad, el respeto a la diferencia, la humildad, la mirada a largo plazo
por encima de la coyuntura y de las conveniencias electorales; se necesitarán
puentes que atraviesen grietas.
Si una imagen define el gran desafío que a mi
entender nos presenta el Bicentenario, es precisamente la figura del puente. No
sólo debemos construir el puente, también saber tenderlo y finalmente cruzarlo.
Y atravesarlo juntos, sin retórica, juntos como vecinos, como hombres y mujeres
que integramos la clase política, como militantes que somos, como tandilenses
que tenemos lo mejor en común: vivimos bajo este mismo cielo.
Quiero concluir estas palabras con dos
reflexiones. Lo hago mientras empiezo a cruzar el puente con todos ustedes,
reparando que del otro lado nos aguarda la utopía. ¿Y qué es la utopía?, se
preguntó alguna vez el escritor Eduardo Galeano. Lo explicó así: "Ella está en
el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos más. Camino diez
pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine
nunca la voy a alcanzar. ¿Para qué sirve la utopía? Sirve para eso: para
caminar".
Cruzar el puente nos impone una misión difícil
pero necesaria: dejar que el pasado sea el pasado y caminar mirando el futuro
como una nueva oportunidad, en las textuales palabras como alguna vez lo dijo
el querido Raúl Alfonsín: "Les pido que nadie se deje deslumbrar por los
resplandores de las glorias del pasado".
Somos actores y artífices de nuestro
Bicentenario. El futuro no está esperando. Vamos por él. Vamos a construirlo
juntos.
Declaro de esto modo abierto el sexagésimo
noveno período de sesiones ordinarias del Honorable Concejo Deliberante de
Tandil.
Muchas gracias.
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