19 de febrero de 2018
por
El Chacarero
Pruebas
a campo realizadas en ocho sitios diferentes de las provincias de Córdoba y
Santa Fe revelaron que la aplicación conjunta de una combinación balanceada de
macro y micronutrientes aplicados en forma foliar, dió una respuesta promedio
de 510 kilos de materia seca por hectárea, es decir un rollo adicional de
alfalfa por hectárea de cultivo.
Por
otra parte, la fertilización granulada a base de nitratos es una alternativa
para refertilizaciones con gran impacto en la productividad y persistencia de
las pasturas, ya que mientras esa fuente
es prácticamente neutra en lo que se refiere al pH de los suelos, otras fuentes
tienden a producir acidificación y esa condición es una de las principales
limitantes para el cultivo de alfalfa. Un suelo de pH 6 puede disminuir hasta
un 50%el rendimiento de esta leguminosa y, por debajo de esos niveles, la caída
es más abrupta aún.
"La
situación es grave si se tiene en cuenta que los suelos de la pampa húmeda en
general están manifestando pH relativamente bajo, debido a la extracción de
bases y al uso de ciertos fertilizantes nitrogenados que a través del proceso
de nitrificación del amonio liberan iones que pueden producir acidez en el
suelo, por eso es fundamental emplear fertilizantes que utilicen al nitrato
como fuente de nitrógeno", afirma la ingeniera agrónomaLucia Casco, responsable
técnica de la empresa Yara para la provincia de Santa Fe.
Por
otra parte está demostrado que la aplicación balanceada de nutrientes, tanto a
la siembra como en refertilizaciones, genera un aumento de productividad,
permite anticipar la oferta forrajera, mejora la calidad y favorece las
eficiencias en el uso de otros insumos importantes de los sistemas productivos.
La
provisión adecuada de bases nutricionales como calcio y magnesio favorece un
incremento en el volumen de rendimiento, mientras que la aplicación de fósforo
y azufre incrementa la producción de materia seca, mejora la persistencia de la
pastura, promueve una mejor nodulación y mejora la eficiencia de uso de agua
asociada al desarrollo radicular prominente.
Como
complemento, la fertilización foliar es una práctica que promueve incrementos
de producción de raciones por hectárea disminuyendo los costos fijos de la
materia seca producida. En este sentido cabe destacar que el resultado de los
510 kilos adicionales de materia seca por hectárea obtenido en los ensayos
mencionados se logró a partir de una fertilización foliar que incluyó boro,
nitrógeno, fósforo, potasio, cobre, manganeso, molibdeno y zinc.
Según
la ingeniera agrónoma Lucía Casco, responsable de Desarrollo de Yara en la
Región de Santa Fe, "Es necesario acompañar la producción de alfalfa de alta
performance con paquetes tecnológicos diseñados para cada condición, con
fertilizantes eficientes y sustentables. A través del aporte balanceado de
nutrientes se debe buscar potenciar el rendimiento, así comomejorar las
propiedades del suelode manera de constituir un aporte positivo al sistema
productivo a través de los años".
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