13 de junio de 2018
por
Mauro Carlucho
Nació en Tandil,
durante la primavera del '75. Es
escorpiana con ascendente en sagitario y gato en el horóscopo chino. Ama la
música y las artes, los gatos y el tarot.
Tuvo una infancia
itinerante, viviendo en distintos barrios de la ciudad, "fuimos una familia 'ambulante', debido a las crisis económicas
fuimos rotando por varias casas".
Su familia
-laburante e independiente en diferentes proyectos vinculados a la
gastronomía-, estaba corformada por madre, padre y dos hermanos. "Fuimos por varios años cinco
integrantes en el grupo familiar. Luego se desató una tormenta que dejó mucha
tristeza y quedamos mi hermana Perla, mis padres y yo batallando, continuando
la 'prole 'en lo adverso. Estamos bien. Hay que tomarse, muchas veces, una
distancia interna para comprender, perdonar y no repetir 'legados' que no han
servido para nada. Hoy tengo dos amorosos y adorables sobrinos, Catalina y
Luciano", dijo en intimidad a El Diario de Tandil.
En su casa se
escuchaba mucha música, "una música
bastante particular, nos despertábamos a la mañana con mi mamá escuchando Radio
AM El Sodre", comentó hace un tiempo en el programa Entrevistas, de
ABRATV.
Ella cantó siempre,
desde niña. Sus primeros escenarios fueron el baño o el living, todavía no se
animaba a cantar en publico. "No
fui de esas niñas 'brillantes' que cantaban desde los cinco años y participaban
en los actos de la escuela, era bastante tímida y estuve mucho tiempo adentro
mío y de ahí me fabricaba un mundo donde la vida era más hermosa con la
música".
Mariana atendió a
esa necesidad de conocer y aprender que muchos artistas tienen, principalmente
leyendo y escuchando: "Fui
encontrándome con gloriosos autores que me han nutrido en esa escucha que es tan
importante para los cantantes". Hasta la actualidad sigue formándose
permanentemente, "cuando puedo, tomo
clases en Buenos Aires, con grandes cantantes que me iluminan con su sabiduría
y experiencia".
En 1994, con 19
años, hizo su primera presentación en el Teatro Estrada. "Tenía un dúo junto a un guitarrista donde tocábamos canciones de
Fito, Charly, Spinetta, Los Abuelos de la Nada y toda esa linda gente. Esas
presentaciones fueron muy importantes, sobre todo, al recibir los primeros
aplausos, la calidez de la gente que se ha mostrado siempre muy amable. No es
fácil subirse a un escenario, una viene cargada de mucha desaprobación propia y
ajena, en aquellas épocas era mucho más notable esa extrema sensibilidad ante
la 'mirada de los demás'. Con el tiempo descubrí que las canciones que yo
interpretaba, en aquellos años, lograban conmover a las señoras que estaban
sentadas en la primer fila. Desde ese momento, sentí que yo podía, mediante las
emociones, llegar a los demás desde la intensidad. Asi que me lo tomé muy en
serio".
En el camino se fue
encontrando con muchos géneros: blues, jazz, tango, bossanova y música
latinoamericana. Que la acompañan hasta la actualidad, "sigo conviviendo con todas esas músicas, así como también mi
interés general por las artes. Ya no me preocupan las señoras de la primera
fila, tampoco los señores?". La música hizo que vaya buscando su
identidad: "Creo que la
construcción de una artista se realiza en la inquietud que te lleva a incorporar sabidurías no solo musicales sino
también meterse en otros terrenos, leer, escribir, pintar, dibujar, salir a
escuchar a otros que hacen música, ir al teatro, el cine. Ver y conocer
diferentes ritmos a partir de la danza, apasionarse con la fotografía. Me
encuentro habitada por todas esas artes que trato de conjugar a la hora de
armar un espectáculo".
A lo largo de su
trayectoria compartió escenario con infinidad de artistas. "La inquietud por las artes me llevó a conocer a muchas personas.
He tenido y tengo amistades hermosas y aproximaciones inolvidables. Conozco y
he compartido el hacer artístico con muchos músicos, talentosos y buenos
compañeros". En 1994 empezó a
cantar junto a Juan De Felice, un dúo, guitarra y voz. En la Escuela de Música
Popular conoció varios músicos. Tuvo varias formaciones dentro de esa búsqueda.
No quiere quedar
mal con nadie, a causa de un involuntariado olvido. Pero igual se animó a
mencionar unos cuantos artistas con quienes compartió escenario: "Me
gustan las mezclas de estilos, por eso los músicos han ido variando con el
tiempo. Son muchos los que han sido y son parte de ese crecimiento musical,
desde hace algunos años. Entre los que me acompañan
siempre: Gabriel Porta, Diego Pedraza, Juan Orbaiceta, Leo Xifra, Martín
Castelli, Ricardo Viñas, Nicolás Schrott, Ezequien Lavayén, Francisco
Margueritte, Jorge Suárez, Mariano Gonnett, Cristian Buzeki" detalló a El Diario de Tandil.
También
ha compartido con algunas mujeres cantantes, formando un ensamble vocal con
Carla Ekeroth, Ruth López Flora y Laura Deguer. Varias de ellas comenzaron
siendo sus alumnas y hoy han recorrido un camino propio. "Es muy importante la motivación entre las mujeres, salir de esta cosa
de estar de 'invitadas' tomar la posta y copar la escena local, no es fácil ya
que estos ámbitos también son machistas, y el trabajo de las músicas no es
valorado, no es fácil abrirse camino entre esa especie de 'desvalorización', yo
he pasado por algunas situaciones con músicos y músicas donde el machismo está
tan presente y naturalizado que esto
hace que no se pueda llegar a 'buen puerto' o llevar a cabo un proyecto
determinado porque existe una especie de subestimación hacia la labor de las
cantantes y las músicas en general. Por eso es importante seguir estudiando,
tener herramientas para poder comunicarnos dentro de ese gran lenguaje musical.
Después de todo, lo que hablará de nuestro hacer es la continuidad, la
permanencia y el crecimiento, comprometernos a esta gran pasión que no es un hobby
o algo terapéutico, si tenés un don hacéte cargo , reconócelo y estudiá, no
basta solo con tener talento", sentenció Mariana, con esa firmeza y
convicción clara que la caracteriza.
Si bien es nacida y
criada en Tandil, viajó mucho, vivió en otros lugares, su perspectiva de
identidad es mas bien cosmopolita. "Yo
sé que la 'casa' es la que vamos elevando con el tiempo y es fundamental
habitar en ella, viajar es una buena forma de construir esa casa, el sitio es
ese el lugar que nos está esperando siempre, el cual no es un territorio sino
más bien un espacio sin fronteras, una verdadera conquista. El permitirnos
'ser' es una buena vivienda". Expresiones propias de un espíritu
libre.
En 2010 conoció a
Natalia Fernández Cisneros, con quien comparte su vida hasta hoy. "Es mi compañera y una gran artista
plástica. Vivo con una especie de Maga que está en movimiento creando y
transformando hermosas obras de arte". En el 2012 llegaron los
confites. Su casamiento fue uno de los primeros matrimonios igualitarios de la
ciudad de Tandil. "Visibilizar
nuestras elecciones, ha sido una decisión para poder ir más livianas por la
vida y un desafío para este pueblo que muchas veces se muestra hostil ante la
presencia de lo diferente. En ese momento fue necesario decirlo, dos mujeres se
casan, se aman. Creemos que esa decisión
le lleva esperanza a otras chicas que están encerradas en esos innumerables
"closet" familiares, donde ser una misma parece una tragedia". Ambas
son artistas, y hacen ver en sus creaciones lo que tienen para decir. "En nuestro caso, ser artistas las
dos, hace que todo arte puesto en práctica sea para romper estructuras, de todo
tipo. Son muchos los closet's que hay que romper, inclusive el matrimonio.
Entonces ambas recorremos este camino artístico, muchas veces difícil y
solitario porque los tiempos que vivimos tratan de aniquilar toda autenticidad
del ser. Parecería que siempre triunfan los que suenan parecido o iguales a
otros, y lo que pretende ser arte, cae en
manos de una repetición de algo que ya suena remanido y está gastado".
Es evidente que
para Mariana cantar no es una actividad, es su vida. "Me ha curado unas cuantas heridas en el amor propio y hace de mí
una persona más segura y comunicativa. El lenguaje es fundamental, por eso no
podría cantar canciones que estén desprovistas de un compromiso humano".
Su perspectiva
acerca del hacer artístico es clara: "estar
involucrada con el arte me lleva a no 'transar' en esta cosa comercial, quizás,
de buscar repertorios que le gusten al público. La música que escucho y que
elijo cuando armo un recital es muy bella y quiero que la gente sea acariciada
por esas canciones, que están envueltas, además, en una puesta escenográfica y
contenidas por un clima profundo. No me interesa ser una 'animadora' o 'entretener',
voy por ese compartir y quién quiera sumarse en ese viaje, será siempre
bienvenide". En el mismo sentido se expresa al respecto de su relación
con los colegas cuando desarrolla un proyecto propio: "Yo no me preocupo por ganar dinero con las presentaciones, me ocupo de
que la banda tenga su 'remuneración' que para mí es la inversión que hago para
llevar a cabo lo que quiero".
En la línea de su
compromiso van sus preocupaciones acerca de las dificultades para expresar el
arte en nuestra ciudad. "Nadie se
pone a pensar en tener un lugar para tocar música y para que este arte sea
protagonista. Tenemos muy pocos espacios en la ciudad donde somos 'bien
tratados' y se hace difícil conseguir fechas y llevar a cabo lo que hacemos.
Los bares son un lindo punto como para empezar, pero muy peligrosos porque
generalmente están manejados por gente que trata a la música como los
ingredientes del menú, se favorecen y sostienen gracias al público que los
músicos llevan, pero no se ponen a pensar en darle un trato importante. Tenemos
que seguir reflexionando de qué lado queremos estar. Yo no quiero cantar para
gente que va a comer o a llenar un vacío. A mí me gusta la belleza, que es una
especie de verdad y yo quiero encontrarla y que los demás sean parte de ese encuentro,
no quiero descender hacia los lugares comunes. Si me convocan que sea porque me
quieren escuchar, no para calcular 'cuánta gente entra'".
Luego agregó: "Hoy en día casi nadie contrata a los
músicos, la gente no tiene un mango y mucho menos para el arte, no es una
prioridad. Mi labor es sumamente independiente, no suelo participar para ciclos
culturales del municipio, también desde allí no existe una política de pagarle
a los músicos en tiempo y forma, a veces cobrás a los tres meses después de una
fecha, este tipo de 'movida con el dinero' habla de esa carencia y de la falta
de respeto hacia los trabajadores y también habla de los pocos espacios en la ciudad que hace que muchos
caigan en esta especie de 'escenarios' porque no hay otra cosa donde desarrollarse.
Pero bueno, no es fácil unirnos entre los músicos y para muchos, aunar
criterios, están aquellos que no viven de la música, les importa poco si cobran
o no, entonces la problemática que tenemos es también esa, los lugares están
'copados' por gente que no se dedica a la música, que no vive de ella, lo hace
como un hobby y muchas veces falta un compromiso total con lo que se está
haciendo, por eso , en la mayoría de esos ciclos que son gratuitos para que el
público asista, vamos a escuchar a un montón de simpatizantes y amigos del
canto, desafinados y con poco estudio. Lo que es gratis también puede ser
bueno, cópense y pongan gente que tenga una visión cultural más amplia a la
hora de las convocatorias".
Es importante
mencionar que además de las pesentaciones, Mariana dedica gran parte de su
tiempo a compartir su vasto conocimiento con otros que tienen las mismas
inquietudes de cantar. "Las clases
de canto son una tarea que llevo a cabo hace unos dieciocho años. Me hace muy
feliz ver los cambios en las personas que se descubren cantando, se dan cuenta
que hay una voz que pide salir y vamos
construyendo ese lazo que nos dan las canciones, nos identificamos y vamos
aprendiendo esta tarea de darle afinación y forma también a los sentimientos
que nos provoca el canto".
Una vez más se hace
presente su compromiso, y además su convicción de que el arte nos transforma. "La mayoría de mis alumnos son
mujeres, realmente un fenómeno que se repite en casi todos los talleres, las
mujeres, de todas las edades se animan a estudiar canto y a pasarla bien. De
aquí salen empoderadas , eso es lo que hay que lograr, reconocernos y aceptarnos".
Su agenda no para.
En éste momento está trabajando en un próximo recital, que será el 7 de julio
en el Teatro Bajosuelo. Se llamará "Música de las gatas", y la banda que la
acompaña está conformada por Juan Orbaiceta en piano, Nicolás Schrott en bajo,
Cristian Buzeki en batería, Leo Xifra en guitarra y Sandra Charatti en saxo. La
propuesta involucra no sólo al lenguaje musical, pues Natalia, su compañera,
realizará una instalación de objetos lumínicos. Y toda la puesta interactúa
junto a la poesía de Olga Orozco, que es la musa de este futuro recital, donde
se leerán textos que dialogarán con la música y la puesta en general.
Además está
pensando en grabar algunas canciones con arreglos y versiones donde pueda
recrear a autores que le encantan. "En
esta 'proeza' de seguir apostando por la música en vivo, me acompañan
talentosos músicos, grandes compañeros, que hacen que una cantante pueda seguir
formándose en esta tarea que es el aprendizaje de la interpretación. Sin
músicos y músicas no vamos a ningún lado y es crucial para la formación
artística nutrirse de estas buenas compañías", finalizó.
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