8 de julio de 2019
Se sabe todo, menos quién apretó el gatillo y por qué. A dos
meses del doble crimen de Congreso del que fueron víctimas un diputado y un
funcionario, esas son las dos incógnitas en las que trabajan los
investigadores.
El ataque que conmocionó al país ocurrió el 9 de mayo pasado
cuando el diputado Héctor Olivares (61) y su amigo, el funcionario Miguel Yadón
(58), salieron a caminar alrededor de la plaza Mariano Moreno, frente al
Congreso de la Nación.
Dieron una vuelta y cuando estaban empezando la segunda, los
tiros interrumpieron la rutina para siempre. Yadón recibió tres: murió casi en
el acto. Olivares, uno: agonizó tres días. Todo quedó grabado por una cámara de
seguridad.
Por el caso hay dos integrantes de la comunidad gitana
procesados con prisión preventiva por "doble homicidio agravado por haber
sido cometido con alevosía y por placer". Pero en lo que el juez del caso
Mariano Iturralde y la fiscal Estela Andrades trabajan ahora es en determinar
quién disparó la pistola Bersa calibre .40, si Juan Jesús "Gitano"
Fernández (42) o Juan José Navarro Cádiz (25).
Para eso ordenaron pericias balísticas que confirmen la
posición y el ángulo de tiro, un barrido electrónico de todo el habitáculo del
auto y de la ropa de los sospechosos, además de los que les hicieron en sus
manos, y exámenes psicológicos y psiquiátricos profundos.
El video del ataque muestra que Yadón y Olivares caminaban
por la vereda de la plaza sobre Avenida de Mayo hacia Sáenz Peña y cayeron
heridos cuando pasaban por al lado de un Volkswagen Vento gris mal estacionado
y atrás de un micro. Del lado izquierdo del coche se alcanzan a ver los
fogonazos de los disparos. Después baja Fernández y luego "Juanjo"
Navarro Cádiz, a quien la Policía apodó erróneamente "Cebolla", como
le dicen a otro allegado de la colectividad.
En medio del shock y la confusión, Olivares se levantó como
pudo del piso y se sentó en el cordón. Fernández, en ese momento, le dijo:
"Ya viene la ayuda", según su propia declaración.
Por su parte, Navarro Cádiz también salió del auto por el
lado izquierdo, a pesar de que estaba en el lugar del acompañante. Los
investigadores analizaron esta cuestión y creen que fue porque cuando Fernández
se bajó, se activó el cierre centralizado del auto y su primo quedó encerrado.
Se retiró caminando del lugar hacia su casa y, de pasada, descartó balas en un
tacho de basura. Fernández volvió al auto y se fue manejando.
Los dos fueron detenidos horas después en Concepción del
Uruguay (Entre Ríos) y Montevideo (Uruguay). El gran problema es que tanto
Fernández como Navarro Cádiz reconocen haber estado en el Vento en el momento
del ataque, pero los dos niegan haber disparado. Y hay indicios que sugieren
que podría haber sido cualquiera de los dos.
A Fernández lo complica primero el hecho de ser el dueño y
el conductor del Vento. Al procesarlo, el juez Mariano Iturralde hizo hincapié
en que el auto estaba "convenientemente acondicionado con vidrios
polarizados y estratégicamente estacionado detrás de un micro de gran
porte", según dijo el propio magistrado en un comunicado. Y resaltó que
las víctimas fueron "emboscadas".
Para los investigadores, Fernández también pudo haber sido
quien llevó la pistola calibre .40 esa madrugada e "incluso quien efectuó
los disparos". Iturralde resaltó el dato de que "Gitano" fue
"usuario de armas de fuego, incluso de similar calibre a la empleada"
en el ataque.
Por último, al mayor de los procesados también lo complica
el hecho de que los tiros salieron del lado del conductor, donde Fernández
estaba sentado.
"Aun cuando Fernández no hubiera sido quien accionara
la pistola, por su ubicación en el vehículo -del lado de la acera por la que
transitaban las víctimas- y la trayectoria de los disparos, como hipótesis
mínima, debió correrse y hacer espacio para que se empuñara el arma en la
dirección pretendida. A su vez, en el caso de que estuviera elevado, accionar
el dispositivo para bajar el cristal de la ventanilla", consideraron los
jueces de la Sala 7 de la Cámara Nacional de Apelaciones al confirmar el
procesamiento.
De igual manera hay elementos que complican a Navarro Cádiz.
Uno es que fue él quien se llevó balas sin detonar en el bolsillo para
descartarlos en un tacho de basura. "Ello es demostrativo que cuanto menos
Navarro Cádiz debió manipular y saber de la existencia del arma homicida",
dijo Iturralde. Otro es el hallazgo de la pistola en su casa.
Ahora la Justicia está a la espera de los resultados de
pericias balísticas, de video, de teléfonos y hasta psicológicas de los
acusados para poder tener la certeza de quién disparó. También, avanzan sobre
la trazabilidad de la pistola que terminó matando al diputado y su asesor.
Lo que se sabe hasta
ahora es que el arma pertenecía a un tandilense que falleció en 2006 y que
Fernández o Navarro Cádiz la habrían comprado algunos meses atrás en un viaje
para vender perfumes en esa ciudad. Para reconstruir cómo llegó la pistola a
las manos de los acusados del doble crimen, esta semana fueron citados a
declarar allegados al ex dueño del arma. La sospecha es que la podrían haber
vendido ilegalmente a Navarro Cádiz o Fernández.
La otra gran incógnita del caso es el porqué del ataque. Sin
conocimiento previo entre víctimas y victimarios -a pesar de la insólita
versión que lanzó la Policía sobre una relación amorosa entre Yadón y la hija
de Fernández, entre otras falsas hipótesis- para la Justicia se trató de un
doble crimen premeditado y por placer. Los camaristas confirmaron la imputación
de primera instancia.
Para el juez Iturralde y la fiscal Andrades, Navarro Cádiz
tenía "disfrute y placer" por las armas. En su celular encontraron
fotos con pistolas y balas de distinto calibre. Y en su casa, además de la
Bersa .40 utilizada en el doble crimen, encontraron un revólver calibre 22
largo y municiones.
Tampoco pasaron por alto los investigadores las siluetas
humanas y los círculos dibujados en las paredes "a modo de blanco"
con marcas compatibles a las de disparos de balines y las municiones de aire
comprimido 4.5 mm encontradas en su casa. Además, Fernández declaró que cuando
salían a la ruta, Navarro Cádiz y su padre solían tirar contra los carteles.
Aunque según la defensa de "Juanjo", él "nunca disparó un arma
de fuego".
En tanto, al "Gitano" lo complica que fue
"legítimo usuario" de "múltiples armamentos". Casualmente,
tuvo un arma calibre 40, como la que se usó en el ataque contra Olivares y
Yadón. "Ello también denota el afecto por las armas y que bien pudo haber
sido él quien aportó la pistola utilizada, tal como sugiere Navarro Cádiz en su
descargo", consideró Iturralde.
"Se puede inferir que considerando la 'mira láser' que
llevaba instalado el aludido armamento, los coautores decidieron de común
acuerdo efectuar una prueba de tiro en la cual se pondría en juego la
efectividad del sofisticado y particular dispositivo, utilizando como blanco a
dos personas indefensas; (...) difícil encontrar calificativos para tamaño
desprecio a la vida humana", sostuvo el juez.
Por su parte, los defensores de Fernández y de Navarro Cádiz
quieren demostrar que sus clientes no quisieron matar a Olivares y Yadón. Del
lado del "Gitano" la abogada Natalia Stagno sostiene que él "no
era consciente de que había un arma en el auto" y, por ende, "no hubo
consentimiento" de su parte en los disparos.
En cuanto a Navarro Cádiz, su abogado, Ramón Arigós,
sostiene que los primos "no estaban tirando contra Yadón y Olivares, sino
a un tacho de basura y que las víctimas se cruzaron en la línea de tiro".
RECONSTRUYERON EL
RECORRIDO DEL AUTO ANTES DEL ATAQUE
En base al testimonio de testigos e imágenes de cámaras de
seguridad, los investigadores lograron reconstruir el recorrido del VW Vento
del "Gitano" Fernández antes del ataque.
La noche del 8 de mayo cerca de las 22, Fernández salió de
una cochera privada ubicada en Bartolomé Mitre al 1400 junto a dos amigos.
Fueron a un negocio de la zona a comprar algo para tomar.
Durante toda la noche, el auto permaneció en la zona de
Congreso. "Van a un lugar, paran, compran algo, arrancan de nuevo y
estacionan para seguir tomando en un lugar. Se los ve dando vueltas por la
zona", dijo a Clarín una fuente del caso.
Ya de madrugada, los dos amigos del "Gitano" se
fueron y llegó Luis Cano (65). Con él tomaron algo en un bar de Avenida de Mayo
y Talcahuano.
Cerca de las 5, el auto apareció de nuevo en Avenida de Mayo
y Montevideo, a muy pocos metros del lugar del ataque. En ese momento entró en
escena "Juanjo" Navarro Cádiz y Cano decidió irse porque no quería
compartir el momento con él, según informaron fuentes del caso.
El "Gitano" y su primo más joven dieron una
primera vuelta y volvieron a la puerta del departamento de "Juanjo"
en Montevideo 76. Este se bajó, entró a su casa, y a los pocos minutos volvió
al Vento. Una posibilidad es que en ese momento Navarro Cádiz haya ido a buscar
la pistola calibre .40.
Finalmente, los dos se fueron en el auto hasta Avenida de Mayo y Saénz Peña, donde estacionaron atrás de un micro. A las 6.50 asesinaron a Olivares y Yadón.
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