2 de octubre de 2020
El grupo coordinado por la Comisión de
Producción, Trabajo y Medio Ambiente que preside la concejal María Haydeé
Condino, acordó promover una serie de recomendaciones útiles para evitar la
poda indiscriminada y si autorización.
"La mejor poda es la no poda", se escuchó como
corolario del tema abordado en la reunión desarrollada por Zoom.
La frase no apunta a prohibirla pero sí a
encausarla. Es decir, llevarla a cabo con supervisión externa o conocimiento
del tema y, lo más importante, siempre llevarla a cabo luego de haber pedido y
recibido autorización del ente de control.
"Nadie dice que los árboles públicos no pueden
tocarse, pero tenemos que hacernos a la idea de que las intervenciones deben
ser aprobadas por la Dirección de Espacios Verdes Públicos", apuntó Condino al
precisar los alcances de las recomendaciones que elaboró el consejo.
"No solo es importante para evitar una multa
-dijo la legisladora municipal de Juntos por el Cambio- sino, fundamentalmente,
para proteger los árboles como lo que son, un recurso vital para el
sostenimiento de la vida".
La comisión recordó que acciones como la poda
de levante -cortar las ramas por sobre los dos metros para que no interfieran
con el paso de peatones- o el tratamiento de raíces sólo deben llevarse
adelante con aprobación. Para eso se debe enviar un mail al correo de la
Dirección de Espacios Verdes Públicos, arboladopublicotandil@gmail.com. En el
mensaje se debe indicar la dirección donde se ubica el árbol (ese dato puede estar
directamente en el asunto del mensaje) y la práctica cuya autorización se
requiere, que puede ser poda, tratamiento de raíces o alguna otra de acuerdo al
caso puntual. La dirección no solamente fiscaliza. También brinda asesoramiento
a las personas que lo requieren cuando se trata de cuestiones relacionadas con
el arbolado público.
¿CUÁNDO
Y POR QUÉ PODAR UNA PLANTA?
La poda consiste en eliminar una parte de un
árbol, un arbusto o una planta florífera para ayudar a la naturaleza. Por
ejemplo, cuando una planta presenta un crecimiento defectuoso que obstaculiza
su propio desarrollo.
Otro ejemplo es cuando se trabaja con árboles
trasplantados, siempre quedan raicillas en el suelo y de esta manera se reduce
el número de raíces vitales. Por tal motivo dado que en el nuevo emplazamiento,
el árbol trasplantado no puede proveer los elementos necesarios para el
mantenimiento del mismo número de ramas que tenía originalmente, se recomienda
reducir la copa a fin de asegurar su adecuado equilibrio con el sistema radicular
reducido.
El resultado satisfactorio de la poda depende
de la cabal comprensión de los dos principios que rigen la naturaleza del
crecimiento de las plantas:
El primario o meristemático que consiste en
células especializadas capaces de dividirse indefinidamente y que se encuentran
en la punta de las raíces o en las yemas que nacen en los extremos o a los
costados de las ramas.
El tejido de crecimiento secundario o cambium.
Este se encuentra entre la corteza y el centro leñoso de la rama, el tronco o
la raíz, y conduce desde las raíces hacia las hojas las materias necesarias
para la elaboración de carbohidratos y lleva de vuelta a la raíz azúcares y
almidones.
La teoría de la poda se basa sobre estos dos
factores de crecimiento presentes en las yemas y el cambium.
PODA DE
CORRECCION
El podador no debe podar ningún árbol ni
arbusto antes de saber el por qué de esa poda. Examine cuidadosamente el
ejemplar que se propone podar, haga su "diagnóstico", observe primero las ramas
dañadas y muertas y determine después cuales son las ramas sanas adicionales
que tendría que eliminar. No suprima ninguna rama si no tiene una buena razón
para hacerlo, y antes de proceder a la poda considere el efecto que tendrá esa
supresión. Esto nos conduce a formular una segunda regla: en una misma
estación, no deben eliminarse más de 2 o 3 ramas sanas grandes, especialmente
si se trata de árboles de gran tamaño.
La Poda excesiva no solo deja muchas
cicatrices antiestéticas y expone demasiadas áreas a la acción invasora de los
hongos, sino que estimula el desarrollo de gran cantidad de chupones, los
cuales constituyen la reacción normal de la planta ante todo corte excesivo.
CONDICIONES
CLIMATICAS VERSUS PODA
La relación directa entre clima y poda es un
factor que todos los podadores deben conocer. En un clima húmedo se pueden
eliminar más ramas que en un clima seco. Un árbol aislado expuesto a los rayos
solares y a vientos secos, no se adapta fácilmente a una poda severa. La ramas
laterales inferiores dan sombra a la base del árbol y hacen las veces de
sombrilla, resguardando y protegiendo el suelo que rodea a la planta.
Se aconseja a menudo asegurar una adecuada
circulación de aire debajo de la planta; pero una excesiva aireación seca y
evapora la humedad, tan necesaria para el adecuado crecimiento de los
vegetales.
De aquí se desprende que las condiciones del
medio ambiente (luz, calidad del suelo, cantidad de aire y agua retenidos en el
suelo, el clima general de la región y en especial el grado de precipitación)
influyen considerablemente sobre las plantas.
Es necesario saber cómo responde la planta a
estos factores, lo cual se logrará estudiando los árboles, los arbustos y las
malezas de cada zona.
¿CUÁL
ES LA MEJOR ÉPOCA PARA LA PODA?
Depende de muchos factores, del tipo de
planta, del clima, de lo que queremos lograr (mayor crecimiento leñoso o mayor
producción de flores y frutos)
En líneas generales, los árboles de sombra
deben podarse cada tres o cuatro años a fin de mantener la copa abierta.
El verano o principio del otoño es la mejor
época para la poda de: Abedul, Olmo, Arce.
Los árboles floríferos pueden podarse tan
pronto como termina el período de floración, generalmente en primavera.
La poda de Abetos, Piceas, Enebros, Cedros,
Tuyas, Pinos puede efectuarse entre primavera y verano sin que la planta sufra
daños.
La mayoría de los árboles se podan mejor a
comienzos de la primavera porque en esa época la cicatrización de las heridas
es más rápida; pero algunos como el Abedul y los Arces "sangran" tan
profusamente cuando son podados en esa época del año que es preferible diferir
la poda hasta el verano, cuando la savia fluye y circula más lentamente.
Poda invernal: Lo único que se puede hacer en
el invierno es suprimir las ramas muertas y los daños producidos durante el
verano; pero esto no incluye las posibles ramas muertas por las heladas, porque
este daño no puede verse ni detectarse hasta que la savia empiece a fluir al
principio de la primavera.
La poda
otoñal tiene pros y contras
Desventaja: Si algunas de las ramas más
delgadas están destinadas a morir por congelamiento, conviene planear la poda
de acuerdo a esa posibilidad y dejar que quede en la planta la vegetación
excesiva de verano que es el material que resultará dañado durante los meses de
invierno. Esta vegetación dañada podría eliminarse en la estación siguiente,
mientras que si es removida en otoño, podrían morir más ramas y su remoción
podría representar un problema grave y una desventaja para el árbol.
Ventaja: Las yemas que quedan sobre la planta
después de la poda otoñal se beneficiarán con la acumulación de sustancias
nutricias almacenadas en la planta, que de lo contrario deberían distribuirse
entre mayor número de ramas. Por consiguiente brotan con mayor vigor en
primavera, su crecimiento avanza más rápidamente durante el verano y se acelera
el proceso de maduración, hecho de gran importancia en algunas regiones donde
la temporada estival es bastante corta.
La mejor manera de comprender el proceso
consiste en observar en la estación siguiente la respuesta de algunos árboles
podados en los meses de otoño e invierno.
Poda estival temprana: ¿Por qué no podar en
los meses de verano? Durante este período la vegetación está bien establecida y
la poda no producirá un exceso de chupones. La poda efectuada en verano
favorece el desarrollo de yemas fructíferas o de frutos de mayor proporción que
el de yemas de madera. En cuanto a los árboles frutales, al inicio del verano,
una vez desarrolladas las flores y cuando ya son visibles los pequeños frutos,
suprima el exceso de ramas verdes -inclusive las que llevan frutos- puesto que
la reducción de la cantidad de frutos favorece a los que quedan en la planta,
dándoles mayores posibilidades de crecer sobre ramas vigorosas. Aumentará el
tamaño de los frutos e incluso realzará su sabor.
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