11 de mayo de 2016
(Por Brando Bruni) Es difícil saber por donde empezar a hablar con Heber Marchioni sobre su vida. Todos los temas y todos sus oficios se fueron mezclando. Por eso, lo primero que le pedimos es que nos cuente que es, según él mismo, y disparó que considero que soy un laburante que ama cada cosa que hace. Si hago televisión, la hago al 100 por ciento, poniendo a riesgo un montón de cosas. TE CONOZCO DE LA TELEVISIÓN A principios de los 90, todos los tandilenses conocimos a Heber Marchioni por la tele. Junto a Guillermo Gil y Tato Dinucci armaron Ritmo de Match, un programa que estos tres pibes no especularon jamás que iba a llegar a lo que fue. Lo primero en que pensaron fue en el campeonato de fútbol 5, donde distintas empresas de la ciudad se enfrentaban entre si y los partidos se televisaban. Con eso dándole el sustento económico, salieron a la cancha, o mejor dicho, a la pantalla. Les dábamos mucha importancia a las personas que estaban ahí, jugaba desde el Gringo Bertolín hasta cualquier empleado y eran todos iguales, comenta Heber sobre aquella aventura. El plus se lo pusieron con el humor. Los cara rotas armaban personajes como el superhéroe Castroman o la parodia de Los Chips, que los instalaron como pequeñas celebridades locales, incluso invitando más de una vez al intendente Julio Zanatelli. Además, fueron pioneros con las cámaras ocultas: Muchas no las mostramos porque me venían a tocar timbre a casa. En una, me disfracé de mina y un gomero que estaba en Mitre y Rivadavia vino, me tiraba aire por debajo de la pollerita, no le importaba nada, incluso quedamos en vernos al otro día en una esquina. Fuimos al con la cámara y se quedó una hora esperándome. Cuando salió al aire, el tipo estuvo como una semana esperándome en la puerta de Cerrovisión, cuenta y, por suerte, zafó de la golpiza. Ritmo de Match logró una repercusión inédita para una transmisión de TV local, y una anécdota describe que un día llevamos 300 gorras a Pumper Nic, y antes de volver a nuestras casas se habían terminado. Era una cosa increíble. Tengo guardadas como 500 cartas de chicos de Tandil que escribían al programa. Pero Heber llevó su experiencia televisiva mucho más allá de las sierras. Por aquel entonces también participó un tiempo en el detrás de VideoMatch, como productor de ideas. Llevó un VHS con lo suyo, un productor lo vio y le encantó. La experiencia le sirvió muchísimo, y aprovechamos para confirmar algo que parecía un mito: si, le robaron ideas. No podes registrar algunas cosas. Pero si, salieron muchas ideas mías que se vieron acá y otras que acá no se vieron, confiesa. En el año 2001 apareció otra oportunidad, donde iba a mezclar esta pasión con la tele con otras dos que lo siguen desde chico: el futbol y el golf. Ese año estrenó en la pantalla de América 2, Loco For Heber, ciclo donde jugaba al golf con deportistas famosos, mientras charlaban de todo: A partir de ahí le empecé a dar clases de golf a un montón de futbolistas que hoy siguen jugándolo. Como el Chelo Delgado, Carlitos Tévez, Batistuta, Forlán, ahora todos son fanáticos del golf. Aunque desde afuera se creería que las cosas marchaban de maravillas, Heber confiesa que el ambiente era una carnicería con otros que hacían televisión. Pensé que marcar bastante de rating iba a hacer que me quisieran en el canal, pero era al revés. En TyC Sports marcábamos más que Mar de Fondo, y como era un programa de media hora, lo repetían muchas veces. Primero me cobraron, después me dieron el espacio, pero nada más. Los primeros tres programas que hice en América dormí en Retiro, no tenía donde vivir. Y ya tenía un hijo, una locura. Lo podía hacer porque Río Paraná me daba los pasajes, Bertolín nos seguía dando una mano, Café Cabrales, Turismo Parque, gente de Tandil que me apoyaba. Luego, tuvo su revancha en México, donde trabajó en Azteca Televisión y firmó un convenio con una aerolínea Mexicana, para que en los vuelos se transmita Entrevista con clase, programa con un formato similar al que nos acostumbró. Más allá de todos los contactos y alegrías profesionales que le dio la pantalla chica, se anima a decir que con el único programa de televisión con que gané dinero, fue con Ritmo de Match acá en Tandil. En Buenos Aires no gané nunca un peso, perdí plata. Lo único que extraño de la televisión son los canjes, dice siempre con una sonrisa, pero reconoce que me encantaría hacer televisión. Pero hay una diferencia entre querer lo que haces y hacer lo que queres. Yo no hago lo que quiero, pero quiero lo que hago. Ya tengo la familia conformada, los chicos y hay mucha tentación en la tele. No hablo de la droga o el alcohol. Yo estoy seguro que tiene que venir una televisión más solidaria, más transparente, más humana. PELOTAS, ARCOS Y HOYOS El deporte es una parte esencial de su vida, primero encaró para el lado del fútbol, pero a los 17, después de lesionarse la pierna, le sentenciaron el fin de su carrera. Me dijeron que fortaleciendo el cuadriceps podía jugar, y después salí campeón con Ferro y con Grupo Universitario con el ligamento roto, comenta orgulloso. Pero con una trayectoria en las canchas que no sabía si iba a poder sostener, decidió ponerle pilas al golf. Fui caddy desde los siete años, trabajaba de eso. Cuando me rompo la rodilla, me dijeron que me dedique al golf porque al futbol ya no podía. Si la tele fue complicada, el golf mucho más, pero de todo lo que hago, es lo que más quiero, dice y así, llegó a jugar profesionalmente, dar clases, además de entrar a la tele palo en mano, como contamos. Jugué profesionalmente, pero cuando nació mi primer hijo, dejé. Porque el golf es una timba, jugás por plata, es como el póquer, con la diferencia que no juega la suerte, relata sobre porque fue dejando también el deporte de las pelotitas y los hoyos, aunque reconoce que después de los 50 se va animar a volver al tour desde el Senior. Además, sigue organizando anualmente un torneo con famosos, cuya recaudación tiene como destino distintas organizaciones como la Fundación Favaloro o el Hospital Fernández. HABLÁ CON MI MANAGER Hoy, entre sus múltiples proyectos, lo que más lo mantiene ocupado laboralmente es la representación de jugadores de fútbol, a través de su M&M Producciones, donde labura con sus hijos. La gran mayoría de los jugadores de futbol que pasaron por mi programa, el que no es técnico es manager deportivo. Entonces, todos ellos para llegar a su objetivo también necesitan de lo que puedo ofrecer, que es el marketing, publicidad, gestionar ciertas cosas como entrevistas, despertar el interés. Al ir conociendo muchos jugadores y ver los problemas que cada uno tenía, empecé a ayudar a algunos. Mi mayor virtud fue ir, sentarme con el jugador, su mujer, su padre y decirles lo que querían escuchar. No solamente sobre plata, explica. Su último gol como representante fue el pase de Alan Ruiz al Sporting de Lisboa: Alan para mi es un orgullo. El padre me dio la derecha para gestionar todo lo que yo tenía en mente, y hoy es el primer jugador que vendí a Europa. Así colocó a muchos players en distintos equipos de primera división de nuestro país y otras ligas. Asociando el tema con Tandil, dice que a Santamarina traje a varios jugadores pero solo para dar una mano. Incluso con varios dije que no los contrataran, e igual lo hicieron. EN EL GOLF Y LA TELE, NO DI EL 100 POR CIENTO Sabe que, como le pasa a muchos que dedican a trabajos poco comunes, muchos tandilenses lo tildan de chanta. Simpático, entrador, pero chanta. Igualmente, a él los comentarios poco le importan. Mi satisfacción es que mis hijos y yo, somos felices. Todo lo que hice, lo hice por ellos. Todos los problemas, abrazo a mis hijos y se me acaban, afirma, y agrega una frase que lo define: Hay una diferencia entre decir la verdad y ser creíble. Yo por ahí no soy creíble, pero te digo la verdad. El problema de quienes hacemos este tipo de trabajo, es que gastamos el triple. Lo más problema de cada 10 reuniones una salga bien, y las 10 las tenés que pagar ahora, explica, por eso siempre pone en valor a su familia y como lo bancan, sobre todo su mujer, Ana María, que lo acompaña en sus locuras hace 23 años, desde aquella noche que se cruzaron en Yamó. Viendo hacia adelante, se anima a confiar que yo se que cuando jugué al futbol, fui número uno porque di todo de mi. Pero en el golf y la tele, no di el 100 por ciento, y se que esas dos cosas son las que me apasionan. Con el golf, cuando cumpla 50, voy a jugar el Senior. Y tele es algo que quiero hacer Con el tiempo fui entendiendo que el estar adelantado también es un problema. Yo hice un montón de cosas que hoy se están haciendo, y otras que tengo archivadas que el día de mañana se van a hacer, cierra, siempre con una sonrisa. Se vienen las fotos, y al contrario de con otros invitados, sabemos que Heber no le va a tener miedo a la cámara. FOTOS NICOLÁS PROCOPIO / ARCHIVO HEBER MARCHIONI [gallery ids="126263,126264,126265,126266,126267,126268,126269,126271,126272,126273,126275,126276,126277,126278,126279"] NOTA PUBLICADA EN EL SEMANARIO EL DIARIO DE TANDIL DEL SÁBADO 7 DE MAYO DE 2016
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