1 de mayo de 2018
por
El Chacarero
Durante las últimas semanas, se comenzaron a
relevar las primeras intenciones de siembra con el cultivo de trigo para el
ciclo 2018/19. Asimismo, se ajustaron la producción final de la campaña 2016/17
a 17.600.000 toneladas sobre un área sembrada de 5.400.000 hectáreas, y de la
2017/18 a 17.750.000 toneladas con una superficie de 5.700.000 hectáreas.
Bajo este panorama, los resultados
preliminares del relevamiento indicaron una posibilidad de expansión del 3,5 %,
ante un escenario de mejora climática que recomponga la humedad en los perfiles
para el comienzo de la siembra, y permita al productor responder a los
incentivos económicos dados por la suba del precio del cultivo para la campaña
nueva y la mejora de la relación insumo producto.
Frente a esta situación, el área destinada al
cereal alcanzaría las 5.900.000 hectáreas durante la campaña 2018/19. No
obstante, en un escenario donde la evolución climática no acompañe durante la
ventana de siembra del trigo, la superficie a implantarse se reduciría a
5.400.000 hectáreas, un 5 % inferior al ciclo previo.
PANORAMA
CLIMÁTICO
Si bien durante las últimas semanas se
registraron precipitaciones sobre el centro y sur del área agrícola nacional,
gran parte del norte argentino mantiene un estado hídrico regular a escaso que
limitaría la expansión del cereal. Sobre las regiones NOA y NEA, las labores de
siembra se extenderían entre los meses de mayo y junio, y de no registrarse
precipitaciones durante las próximas semanas, la implantación de los primeros
lotes podría verse demorada, impactando sobre la intención de siembra final.
En paralelo, gran parte del norte de Córdoba,
centro-este de Entre Ríos y norte de Santa Fe también presentan una situación
hídrica desfavorable para el comienzo de la campaña triguera, aunque en dichas
regiones aún restan varias semanas para las primeras siembras. Es por esta
razón, que ante una mejora en la condición de humedad, se podría registrar una
expansión del cereal.
Por otra parte, durante el mes de abril la
provincia de Buenos Aires logró recomponer parte de la condición hídrica para
la nueva campaña, principalmente sobre el sector centro y sudeste de la región.
De mantenerse dichas condiciones, las labores de implantación comenzarían
durante el transcurso del mes de junio con un incremento interanual en la
superficie sembrada con el cereal. Además, la región podría recuperar el área
triguera que no fue incorporada durante la campaña 2017/18 debido a excesos
hídricos acumulados durante el final de la ventana óptima de siembra.
En cuanto a las regiones del Sudoeste de
Buenos Aires-Sur de La Pampa y Norte de La Pampa-Oeste de Buenos Aires, el
escenario es más crítico ante un pronóstico de reposición de humedad menos
alentador, razón por la cual la intención de siembra presenta gran
incertidumbre aún. Ante una evolución climática favorable, el área sembrada
podría incrementarse entre un 7 % y 15 % en comparación al ciclo previo, pero
de no producirse una mejora en el estado hídrico, no se descarta la posibilidad
de registrar una reducción en la intención de siembra.
ESCENARIO
ECONÓMICO
Frente a la fuerte demanda externa, el precio
del trigo ha mostrado un significativo incremento en los últimos meses, tanto
para las posiciones disponibles como para toda la curva de futuros. En el
Mercado a Término de Buenos Aires (MATba), la posición disponible ha registrado
un incremento del 30% en promedio para el mes de abril en comparación con igual
mes del año anterior. A la par de este aumento, los insumos más representativos
de los costos de producción del cultivo de trigo mostraron subas
sustancialmente menores. Esto resulta en una mejora en la relación Insumo -
Producto superior al 15% respecto de abril de 2017, que alienta la inversión en
tecnología.
Adicionalmente, los valores del trigo para la
cosecha 2018/19 ofrecen una perspectiva positiva para el cierre de los márgenes.
Si consideramos el futuro MATba a cosecha (enero '19) como un indicador del
valor del cereal para la campaña nueva, este se ubica un 20% por encima de la
cotización registrada para esta posición en los meses de marzo y abril de la
campaña anterior.
De esta manera, las señales de precios para la
nueva campaña, sumadas a la necesidad de los productores de obtener ingresos
para sobreponerse a los impactos negativos de la sequía y financiar la próxima
campaña de granos gruesos, generan incentivos positivos desde el punto de vista
económico para la siembra del cereal.
En conclusión, se estima que para la campaña
2018/19 ante un escenario climático húmedo, que permita recomponer los niveles
hídricos para el comienzo de la siembra, el área triguera podría registrar un
incremento interanual del 3,5 % y alcanzar las 5.900.000 hectáreas. Caso
contrario, la superficie se reduciría a 5.400.000 hectáreas, un 5 % inferior al
ciclo previo.
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