19 de septiembre de 2025
El presidente de Santamarina destacó los esfuerzos realizados para estabilizar la economía del club, aunque admitió que aún se deben sueldos y alquileres. También habló de los juicios iniciados por Martín Michel y Navarro Montoya, la continuidad del plantel y las dificultades de la categoría.
El 2025 no es un año fácil para Santamarina.
El club tandilense atravesó una temporada marcada por la inestabilidad
institucional y deportiva, en la que apenas logró salvar la categoría en el
Torneo Federal A. El presidente Javier Brazzola reconoció en Radio Voz (FM
106.9) que "fue un año durísimo, se dieron muchas cuestiones institucionales y
deportivas. Todavía seguimos trabajando, hay mucho para hacer. Estamos hablando
con jugadores, viendo la situación económica, que no nos permite bajar los
brazos en ningún momento".
La crisis de la institución no solo se reflejó
en el campo de juego, sino también en la comisión directiva, que sufrió varias
renuncias de peso. Frente a quienes planteaban la necesidad de un llamado a
elecciones extraordinarias, Brazzola se apoya en lo que marca el reglamento:
"yo valoro mucho la parte institucional y hay un estatuto que dice que, en la
medida que la Comisión tenga quórum para sesionar, no se debe llamar a
elecciones extraordinarias. Hoy, la CD tiene quórum, por ende el estatuto no te
permite llamar a elecciones". Y agrega que las dimisiones llegaron en un
momento inoportuno: "sí nos sentimos diezmados, pero la situación se dio en un
momento donde se venía una vorágine de Torneo Federal y local. Creímos que era
peor dar un paso al costado y llamar a Asamblea, que lleva por lo menos 30
días".
El panorama financiero tampoco es sencillo. La
actual conducción asumió en diciembre de 2023 y recién en ese momento se estaba
presentando el balance de 2021. "Había que acomodar un montón de cosas que
venían complicadas, con el costo económico que eso conlleva", detalla Brazzola.
Consultado sobre la gestión anterior de Pedro Capellutti, el presidente señala
que "se está evaluando con los abogados del club, pero hemos tenido charlas con
Pedro y está cumpliendo lo que se comprometió".
Hoy, Santamarina arrastra compromisos
elevados. Según su presidente, "con los cheques retrasados estábamos en 88
millones, hoy hemos cubierto arriba de 75 millones. Después, se deben sueldos y
algunos alquileres, pero la parte más urgente se levantó en un 80%". Y admite
que el Federal A es un escenario difícil de sostener: "el Torneo Federal,
económicamente, es realmente desangrante. Los recursos se sacan de lo que envía
AFA, sponsors, venta de jugadores y derechos de formación, entre otras cosas".
A pesar de esa compleja realidad, rescata un aspecto positivo: "es una
situación compleja pero tenemos que considerar que, en cuanto a los jugadores,
Santamarina siempre ha sido vidriera, mucha gente quiere venir para Tandil".
En lo deportivo, el futuro inmediato está
atado al plantel y al cuerpo técnico. Duilio Botella tiene la prioridad, aunque
no está asegurada su continuidad. "Con él hay que hablar, fueron estos dos
partidos lo que se habló. Por lo que tengo entendido, él tiene aspiraciones de
dirigir B Nacional, en ese caso se nos complicaría mucho poder retenerlo",
explica Brazzola. Mientras tanto, varios futbolistas han pedido jugar el Torneo
Regional Amateur. "No les vamos a cortar esa posibilidad. Por otro lado, esta
es una categoría imposible, estar seis meses parados pagando sueldos no tiene
sentido. Con muchos se volverá a charlar más adelante y nos dieron el ok".
La dirigencia también arrastra cuentas
pendientes con el pasado reciente. El presidente no duda en admitir que "con el
diario del lunes, fue un error" haber contratado a Navarro Montoya como
entrenador, aunque en ese momento lo vieron como un proyecto interesante. Hoy,
asegura que "la deuda con Navarro Montoya está cancelada pero él está haciendo
un reclamo en la Justicia, el cual hemos desestimado y tenemos las pruebas
suficientes para avalar que no es real".
Otro capítulo delicado fue la salida de Martín
Michel, ídolo del club y excoordinador. Brazzola aclara que la medida respondió
a la necesidad de ajustar gastos: "hay que separar la parte personal con lo
institucional. Con Martín no tengo ningún tipo de inconvenientes en lo
personal. Pero cuando tomamos la decisión fue para achicar los costos del club
y considerábamos que estaba cumpliendo algunos puntos de su contrato. Él no lo
consideró así, hizo declaraciones fuera de contexto, no llegamos ni a hacerle
una propuesta económica. Además, le inició juicio al Club Santamarina para
cobrar lo que él considera que le corresponde y eso lo están evaluando los
abogados".
Con la mira puesta en la reconstrucción y en
medio de un escenario cargado de desafíos, Brazzola sostiene su compromiso con
el club: "si la salud me lo permite, la idea es seguir hasta el final del
mandato en diciembre de 2026".
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