17 de abril de 2023
Durante la mañana vecinas del Barrio La Unión
se acercaron a la Secretaria de Desarrollo Humano Y Hábitat del Municipio de la
Ciudad a la espera de respuestas del Director de Niñez, Juan Manuel Iocca, a
quien hace 15 días habían dirigido una nota reclamando por la reapertura de la
"Casita de la Unión", histórico espacio del Barrio destinado al
trabajo con la niñez, la juventud, la promoción de la salud y el acceso a
derechos, que permanece cerrado desde diciembre tras el cese de actividades de
Pajaritos de la Calle.
EL CIERRE DE LA CASITA DE LA UNIÓN
Desde hace años la Casita era un espacio de
abrigo, de contención, para las niñas, niños y jóvenes del barrio, un espacio
donde se dictaban diversos talleres, se aprendía, se jugaba, se compartía. Las
familias del barrio estaban tranquilas que sus hijos estaban cuidados y
acompañados mientras trabajaban o realizaban las tareas del hogar. Hoy, la
ausencia de este espacio deja un vacío enorme, en un barrio donde no hay escuela,
no hay plaza, no hay salita, ni centro de salud en un radio de 15 cuadras. El
único espació de referencia del barrio fue cerrado y desde diciembre no habré
sus puertas.
A la preocupación por el cierre del espacio se
le suma el deterioro del predio, que en palabras de las vecinas sirve de
espacio de "ranchada" por las noches en el barrio. Hay vidrios rotos,
abundan los pastizales y la basura. Un espacio que era de la comunidad queda
abandona por la desidia y el olvido del estado Municipal.
LOS TIEMPOS DE LAS OFICINAS, LOS TIEMPOS DEL
BARRIO
Desde la Secretaria expresaron que el Director
había estado con "mucho trabajo" y por qué por eso, desde hace 15
días, no puede darle una respuestas a las familias del barrio, que desde
diciembre esperan la reapertura del espacio. El tiempo de la barriada no va al
compás de la burocracia municipal, todos los días las niñas y niños del barrio
juegan en la calle, pasan frío, no tienen un espacio de cuidado y de
contención, no cuentan con alguien que los acompañe en su trayectoria
educativa. Por su parte, las vecinas del barrio se organizan, se turnan para
cuidar a los niños mientras las otras trabajan, inventan juegos y meriendas
donde no hay recursos para acompañar, pero están cansadas de que el estado
municipal se olvidé de su barrio, y quieren una respuesta.
Por lo pronto, las vecinas queda a la espera
de la respuesta del funcionario. Mientras tanto, el espacio de la Casita
permanece cerrado y los niños del barrio en la calle.
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