19 de marzo de 2019
La nota es
larga, y bastante técnica, pero nada de lo que publica la BBC carece de
interés.
En este caso, Pierina Pighi -periodista
especializada de BBC para Latinoamérica) rescata un enorme trabajo del
psiquiatra brasileño Augusto Cury, que,
tras 25 años de estudiar el estrés, asegura que en los últimos años sus
estudios observan una aceleración de la ansiedad y un efecto en los niños,
totalmente inusual y vertiginoso.
Lo llama SPA: "síndrome del pensamiento acelerado", una condición
que, según él, afecta a tanta gente que puede considerarse el mal del siglo.
El Dr. Cury no es un desconocido en el
mundo de la ciencia psiquiátrica, todo lo contrario: tiene publicados más de 40
libros sobre la ansiedad, salud mental y fue él quien fundamentó la teoría de
la Inteligencia Multifocal, que
integra habilidades emocionales, sociales y cognitivas, abarcando los aspectos
conscientes e inconscientes de la construcción de pensamientos.
Parece ser que "el exceso de información, de
actividad, preocupaciones y presiones sociales pueden acelerar la mente a una
velocidad aterradora. En la era digital, esto está pasando con una intensidad
nunca antes vista. En otras palabras, hemos cambiado de manera irresponsable y
muy severa el proceso de construir pensamientos".
Según el trabajo de Cury este exceso de
información y la intoxicación digital hacen que el gatillo de la memoria
dispare muchísimo, y que abra un número espeluznante de ventanas (del archivo
de recuerdos), sin anclarse en ninguna, por lo que el individuo pierde el foco
y la concentración.
¿El resultado? una velocidad espantosa y estéril de pensamiento, sí, muchos pensamientos,
pero inútiles. Por ejemplo, un lector lee una página de un libro o periódico y
no recuerda nada. También genera repetición
de errores, infantilización de las
emociones, fatiga excesiva, aburrimiento atroz y dificultad enorme para
aguantar la soledad creativa.
Sabemos que hay muchos tipos de
ansiedad: el trastorno de ansiedad generalizada, el síndrome de pánico, el
trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C), el síndrome de "burnout"
(especialmente en el ámbito deportivo), la ansiedad postraumática...
Estos tipos de ansiedad surgen a partir
de conflictos, se desarrollan durante la formación de la personalidad, ante las
pérdidas, crisis, abusos y frustraciones no elaboradas. Pero Cury diferencia la ansiedad del síndrome
SPA: "el
SPA viene del estilo de vida estresante y agitado, y en muchos casos no hay
causas históricas".
Millones de niños, adolescentes y
adultos, a causa del exceso de información y de actividades, de redes sociales
e intoxicación digital, editan la construcción de pensamientos y emociones de
forma exagerada.
Nos
preguntamos si aparece de golpe, y bajo que síntomas..., pues señalemos algunos: falta de sueño, dificultad para quedarse
dormido, despertarse cansado, nudos en la garganta, trastornos intestinales,
bruxismo, a veces incluso aumento de la presión arterial.
Si hay dolores de cabeza y musculares
-sin actividad física de exigencia- son alarma de que el cerebro está agotado
por el exceso de pensamientos y preocupaciones.
Además de la falta de concentración, hay
que tener en cuenta como alerta característica el déficit de memoria. Hoy en día, es muy común que los niños,
adolescentes, padres, no puedan recordar nombres de personas, citas y
actividades diarias.
Este trabajo científico que rescata
Pierina Pighi, y proviene de nuestro vecino Brasil, afecta a todo el mundo,
dado que estamos "globalizados y pendientes de la tecnología" nadie se salva.
Según el estudio publicado por Cury, entre
el 70% y 80% de los seres humanos - incluidos los niños- tienen manifestación
de este síndrome. Es, sin duda, el mal del siglo, más que la depresión.
El S.P.A. en la era digital ya ha
causado un trastorno y una deficiencia intensos en la calidad de vida
socioemocional en todos los pueblos y culturas modernas. Los conflictos
aumentan enormemente, porque las personas ansiosas tienen un umbral bajo para
la frustración, son intolerantes a los contratiempos, están irritables, tensas
y ansiosas.
Los estudiantes no desarrollan un
razonamiento profundo y esquemático. Son mucho más reactivos, actúan según el
fenómeno estímulo-respuesta, acción-reacción, y no pueden ni asumir con
profundidad lo que les ocurre, no acceden a trabajar sus conflictos de una
manera más inteligente, colocan siempre la culpa AFUERA, y no demuestran el
coraje de pensar o debatir ideas... si no es con extrema violencia.
Los adultos también lo sufren en contra,
dado que un profesional ansioso tiene baja productividad. Piensa mucho, pero
sus pensamientos son más estériles, sus respuestas son menos inteligentes. Les
falta profundidad y asertividad.
La pérdida de serenidad, desemboca en
una mente tensa e irritable que predispone a una serie de trastornos
emocionales, como la depresión.
La SPA genera insatisfacción crónica. Como
dice el Dr. Cury: "Estamos en la era de los mendigos emocionales, niños, jóvenes y
adultos que necesitan muchos estímulos para sentir migas de placer"
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