27 de diciembre de 2021
por
Ana de Pietro - Facilitadora de Memoria Celular
Navidad es una festividad Cristiana que
celebra el Nacimiento de Jesús. Viene del latín 'nativitas' que
significa nacimiento. Por tanto, no es sorprendente que el momento más
importante para el cristianismo sea este, el nacimiento de Jesucristo
Se cree que en la Edad Media los líderes de la
Iglesia cristiana, inspirados en los evangelios de San Mateo y San Lucas,
fijaron esta fecha para alejarse de las celebraciones paganas vinculadas al solsticio de invierno
(de verano para nuestro hemisferio). Ciertamente, en estas fechas los
romanos celebraban las festividades dedicadas a Saturno, dios del
tiempo y la agricultura, que también incluían el intercambio de regalos y terminaban
con la festividad del Sol Invicto el día 25 de Diciembre.
Y si bien algunos cronógrafos dicen que la
Navidad Cristiana se comenzó a celebrar más de 2 siglos después del nacimiento
de Jesús, aún hoy seguimos manteniendo la tradición de armar el arbolito (que
representa la prosperidad) con sus bolas de colores (los frutos) las luces (la
búsqueda espiritual) y la estrella (la guía) con el intercambio de regalos
correspondiente. Sumando por supuesto a Papá Noel (Santa Claus en el hemisferio
Norte) devenido de San Nicolás que entregaba regalos a los niños y a los
necesitados. Esa, entre otras varias versiones.
De todo esto, podemos rescatar dos cosas:
Primero que los humanos siempre hemos ido evolucionando y cambiando nuestras
costumbres, pero siempre "cargamos" y repetimos algunos patrones aunque no
sepamos bien, donde se originaron. Segundo que el Espíritu Navideño, es casi un
inconsciente colectivo donde tratamos de reunirnos con nuestros seres queridos
y agasajarlos con regalos o con alimentos, manteniendo en los más pequeños esa
magia de lo desconocido.
Si unimos el espíritu pagano donde se hacían
peticiones y deseos de salud, amor y abundancia, con el espíritu cristiano de
celebrar el Nacimiento de Jesús, nos da una celebración actual que es concebida
cada año como un deseo de Paz, Armonía, Alegría y Prosperidad para todos.
¿Pero cómo nos preparamos durante el año para
llegar a esta celebración?
Cada día nacemos a una nueva oportunidad de
hacer nuestra Vida mejor. Cada momento de nuestro día nos acerca o nos aleja de
ese "Espíritu Navideño" que renace en esta época, según como decidamos sentir y
hacer.
Cada día podemos crear una navidad interior
realzando los buenos deseos aún para aquellos con los que considero opuestos.
Cada día puedo ofrecer "regalos" a quien lo
necesite: tiempo, experiencias, afecto, gratitud, sonrisas, silencio, respeto,
compromiso, honestidad, y todo aquello que no requiere más que un poco de amor
para unir y un poco de esperanza para florecer.
Llegan estas fechas y algunos disfrutamos
mucho de ese "olorcito" a Navidad, vislumbrando encuentros, abrazos y calor
familiar. A otros les duele y "detestan" las fiestas, porque los conecta con su
soledad, con el vacío que dejaron los que partieron, o con las desavenencias
surgidas en la familia. Sin embargo, no existe la Navidad ideal... eso es sólo
una construcción ficticia que nos muestran hace tiempo a través de cuentos o
películas donde ocurren milagros de Navidad. La Navidad será el reflejo de lo
que hemos vivido cada día previo a esta celebración, con nuestros valores o
dolores a cuestas, y con cada milagro diario que va sucediendo a veces, sin que
nos demos cuenta.
El verdadero trabajo será activar nuestro
Espíritu Navideño en estas fechas, pero mantenerlo a diario vibrando lo más alto
que se pueda, en amor, en despego, en compasión, en paciencia, en buenos
deseos, en sinceridad, en nacer cada día a una mejor versión de nosotros
mismos.
Puede parecer inocente creer en eso, sin
embargo, yo creo que es posible, creo firmemente en los milagros, y creo
absolutamente que cada Día es Navidad.
Felicidades Querido Lector.
Ana De Pietro - Facilitadora de Memoria Celular
Contacto:
WhatsApp: 249 4557618
Email: anadepietro@hotmail.com
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