HISTORIA DE EMPRENDEDORES. Santiago Pons: emprendedor se nace... y la capacitación ayuda

La ciudad se ha transformado en un faro para el resto de las ciudades intermedias del país, pero también se ha colocado como el centro de una zona geográfica que comprende cientos de kilómetros a la redonda.

En este proceso de transformación pasamos de una industria metalmecánica fuerte, con gran demanda de mano de obra, a un modelo más diversificado, con el desarrollo de la industria del software, el turismo y un gran crecimiento en todo lo referido  a servicios.

Emprendedores como Santiago Pons surgen en este contexto. Son parte de una sociedad en contacto directo con la Universidad, que no necesitan irse a las grandes urbes para llevar adelante sus proyectos y desde aquí extienden sus fronteras más allá de las sierras milenarias.

Ser emprendedor estaba en su genética. Quizás heredado de su padre. Pasó su infancia en Venezuela y volvió a Tandil en el comienzo de la adolescencia con un camino muy marcado. Desde temprana edad estuvo orientado al mundo de la tecnología.

El secundario lo cursó en la escuela técnica y comenzó su camino universitario en la Facultad de Exactas, más precisamente en la carrera de Ingeniero en Sistemas.

Su primer emprendimiento comenzó a mediados de los 90. Junto a un amigo se dedicaban a "pasar" música de cassettes a cd, cuando todavía no existían las descargas por internet y la música online.

El siguiente paso fue más "serio". Estaba comenzando la Universidad cuando crearon una página web de fotos y eventos nocturnos llamada SuperMani.com. Este proyecto logró cierta relevancia entre los jóvenes de aquel momento. Los ingresos no eran importantes, pero se trataba de empezar a hacer algo y daba rienda suelta a la creatividad.

Después siguió un tiempo en relación de dependencia. Entró a trabajar en Talleres Tandil como operario y pasó por varia estaciones. Todavía eran años de formación, de buscar un norte.

Por esa época cambió de carrera. Pasó de sistemas a económicas, para estudiar administración de empresas.

Esta carrera es una verdadera incubadora para los jóvenes emprendedores de la ciudad. Los forma, los organiza y los pone en contacto con pares que potencian la circulación de experiencias.

En ese contexto nació Waros Software Factory, la empresa que dirige junto a Sebastián Colavita y Nicolás Yanuzzio.

Sus socios vienen de sistemas y él se encarga del área comercial. La Industria del software se encuentra en constante desarrollo y no se encierra solamente en la ciudad, sino que su mercado es el mundo global. Desde Tandil se realizan trabajos para empresas ubicadas en países muy lejanos.

Este proyecto también dio vida a una plataforma E-commerce de gran futuro en la región. Tu Shop es un servicio al alcance de cualquier comercio o empresa que quiera comenzar a vender productos y servicios online.

Por otro lado, junto a otro amigo de la universidad, llevan adelante una distribuidora de artículos de bazar. Este emprendimiento tiene base en Tandil pero opera en toda la región.

Esta dualidad de proyectos lo hace pasar de cargar cajas de vasos en un camión a reunirse con gerentes de empresas líderes para ofrecer productos de software. La adaptación es una cualidad de estos jóvenes emprendedores.

Pero no todo es color de rosa. Hay que hacer muchos sacrificios para llevar adelante dos empresas. Santiago no tiene un horario de trabajo y las responsabilidades son full time.

Los desafíos a futuro son grandes. Es difícil pasar del estadío de emprendimiento a empresa estable. Las cargas impositivas y la inestabilidad económica atentan contra el desarrollo de estos proyectos.

Muchas veces, estas vicisitudes desalientan a los emprendedores y pone a prueba su espíritu independiente.

Estos son los desafíos a futuro. El emprendedorismo se ha transformado en una ola que cada vez se hace más grande y demanda la atención de los gobiernos. Es necesario acompañar sus inquietudes y generar las condiciones para que se fortalezcan en el tiempo.