29 de julio de 2019
por
Brando Bruni
Nuestra recorrida
por los clubes de nuestra ciudad, nos lleva esta vez al Barrio Las Tunitas.
Allí, la institución que representa a la barriada desde hace varios años, es el
Club Defensores del Cerro, entidad que con mucho esfuerzo de su gente, no para
de crecer.
En marzo de este
año, Javier Gorozo retomó el cargo de presidente, y con él charlamos sobre la
actualidad del club.
Nos contó que
cada vez que se pregunta porque se decidió a asumir el cargo, "la conclusión siempre es la misma, tratar
de darle a los chicos del barrio lo que uno no tuvo. Creo que hasta los 11 o 12
años fui muy feliz, con nada, una pelota
de futbol y las canchitas del barrio".
"Cuando volvi, surgió lo de agarrar el club y
hacer la sede social. Ahí empezamos con el baby y después las infantiles de la
liga", recuerda sobre las
primeras épocas donde también presidió y remarca que con mucho trabajo en
equipo lograron en 2011 inaugurar la sede social.
Dice que el
trabajo se sigue haciendo de igual forma, y entre la gente que lo acompaña
nombra a Gabriel "Pepo" García (tesorero), Carmen García (vicepresidenta),
María Zampatti, Sandra Gil, Marcelo Gorozo, Carlos Moyano y "Balín" Ledesma,
entre otros, que "me meten mucha garra,
da gusto. Es difícil conseguir gente que trabaje en una institución".
Hoy, en
Defensores del Cerro además de futbol masculino y femenino, se practica patín,
y hay otras actividades como folclore, danza y zumba. Están prontos a inaugurar
el gimnasio, donde se proyecta que haya básquet, handball y vóley.
Y no paran, van
por mucho más. "El anhelo grande es la
cancha, ser locales ahí", señala Gorozo, hablando del proyecto que los
tiene trabajando a full, para hacer su estadio en una manzana que está a dos
cuadras de la sede. "Me tengo mucha fe.
Yo les dije a los muchachos, si agarro es para hacer algo, no sirvo para estar
parado. Lo que hicieron los demás está 10 puntos, pero hay que agregarle
cosas", afirma.
Para esto, van
haciendo bingos, campeonatos de truco, peñas, rifas, lo que sea necesario.
Además de contar con apoyo del gobierno local. "Tenemos mucha ayuda del Municipio. Sino, hacer el movimiento de suelo
para la cancha, por ejemplo, es imposible. El intendente siempre nos acompañó.
Parte de la sede social y el gimnasio del club que estamos inaugurarlo, vino
por ahí", repasa Javier.
Entre los eventos
destacados que realizó el club en los últimos días, y del que están muy
orgullosos, está la fiesta donde festejaron los 8 años de la sede social.
Gorozo dice que "estamos super felices.
Sabemos que salió bien porque la gente nos lo dijo. Fueron alrededor de 500
personas del barrio. Muchos volvieron al barrio para la fiesta, muchos
conocieron lo que son las instalaciones. Todos se fueron muy contentos".
LOS CHICOS PRIMERO
Durante toda la
charla, Javier no se cansó de decir que lo más importante son los chicos del
club. "Si nos remontamos hace 40 años
atrás, no teníamos nada. Si hoy está la posibilidad, trabajando, de conseguir
cosas para los chicos, lo hacemos. Tenemos una premisa en el club que es:
primero los chicos, segundo los abuelos, terceras las mujeres y cuartos los
hombres. Si todas las actividades son de los chicos, es lo mejor que nos puede
pasar", explica.
Agrega que "Algunos chicos que estaban en 2011 con
nosotros en baby, hoy ya son grandes y algunos lamentablemente están en otras
cosas. Es difícil recuperar esa gente. No quiero decir que el club sea la
solución, pero es parte. Entonces, queremos que los chiquitos que vienen de
atrás, no les pase eso. Para eso trabajamos, lo principal para nosotros son los
chicos del barrio. Necesitan contención, y está el club con las puertas
abiertas para toda la gente de Tunitas".
"El club es la puerta a que los chiquitos puedan
desarrollar todas las actividades, pensamientos, ideas. Podemos sacar
dirigentes que puedan continuar. El club es alguien más de la familia que
realmente los quiere cobijar y dar amor. Es la taza de leche después del
entrenamiento, con un alfajor o una torta frita que hacen las madres. Hay algo
especial en el barrio, que no sucede en muchos clubes. Los chicos cuando van a
jugar, pueden ser superados, pero ellos lo hacen por la camiseta. Ellos tienen
en la sangre ser tunitero. La idea es que el barrio tenga sentido de
pertenencia con la institución", cerró el presidente.
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