29 de mayo de 2019
«Para hacer las cosas bien es necesario: primero, el amor, segundo, la técnica»
Desde la reja de entrada, saludan colores y texturas; flores de vidrio, enormes murales brillantes y modernistas colocan un punto referencial en Uriburu al 1400. Solo hace dos años que está en Tandil, pero Marcela Moabro (48) ya deja huella.
En su hábitat natal y trabajando con su esposo (Fernando Giménez, Ing. Forestal) se dedicaban a Parque y Jardines, que al iniciar el siglo trajo -y se instaló- el nuevo criterio de los jardines minimalistas, a decir de Mares: "arrasando esa maravillosa vegetación de Gonnet y City Bell... porque la moda simbólica era tener jardines con mucho cemento, poco césped, muchas piedras y sin perfumes. Yo moría de pena, inclui color con mis mosaicos, en las macetas, los escalones. En la Facultad había trabajado con cemento, vitrocemento, calado y arte con cemento, más otros métodos de fusión como porcelanato y vidrio. Entonces decidí aportar compensando con estas técnicas lo que arrancaban de la naturaleza. Así empecé en 2003 hasta que en 2005 tomé conciencia que esta moda era el verdadero fracaso del diseño y el color, porque soy una naturalista. Creo que uno es un todo y combina su vestimenta con su hábitat, y yo no era así, estaba participando de un movimiento que no sostenía un fundamento como la Bauhaus o el brutalismo, sino solo la moda del sillón blanco, las macetas de cemento geométricas con cañas peladas o algún quinoto solitario. Por tanto, decidí desafiarme y enseñar...transmitir el arte como color y forma, porque no vivimos sin color, la gente se vuelve gris cuando abandona el color. El color puede estar en los anteojos, en un anillo con una piedra fucsia, una chalina, un bolso y el resto del atuendo negro total... no necesitamos el arco iris de vestuario, pero sin color... no concibo la vida"
Mares afirma que tiene un ojo pixelado, sí, ella ve la vida en mínimos cuadritos de colores, como cuando la TV en HD recibe mala señal y descompone la imagen en miles de trocitos, ella percibe su entorno así: "pixelado". Ese es su mundo. Por tanto, al tomar la decisión de ser docente -por primera vez desde la facultad- pensó en adultos, porque con niños esas técnicas son peligrosas. Empezó con seis clientes curiosos y al poco tiempo llegó un grupo que cantó mantras y colgó un atrapasueños. Vino más gente, los horarios estaban llenos, se confundían los días, las obras se apilaban y el caos la superó: "Una alumna me avivó porque iba a un GYM LIBRE que estaba abierto todo el día y ella entrenaba cuando podía y se quedaba el tiempo que tenía ganas. Pensé mucho y definí que trabajaría por obra terminada entregando todos los materiales... LA RAZA HUMANA ALCANZA SU MEJOR ESTADO CUANTA MÁS LIBERTAD TIENE, decía el Dante, bueno yo lo probé y funcionó. Tuve que mudarme a un local sola, porque usar la trastienda del negocio de Parques y Jardines... ya no era posible. Es el mismo sistema que reproduje aquí, cuando hace poco más de dos años nos mudamos a Tandil"
Recorro el taller y la cocina merece un capítulo aparte, hay latas de café, cajas de té, pocillos, todo con nombres... es un espacio común del que se apropian los grupos que no son ni fijos ni estables, se van armando por necesidades y tal vez (solo tal vez) por el momento que cada quien transita: la soledad, la tristeza, el nido vacío, alguna enfermedad o pérdida... y esos son los temas en las charlas entre mosaico y mosaico.
MOSAICOS: había una vez...
Siete siglos antes de Cristo, en Anatolia (Turquía) ya hacían pavimentos con guijarros, y los griegos en Macedonia central, dejaron en Pélla maravillosos senderos coloreados y brillantes bajo el sol, con un sinfín de fragmentos que daban volumen a los diseños.
En Pérgamo (Italia) por el S II a.C., encontramos pavimentos y escaleras con una concepción parecida a la actual.
Marco Vitruvio, considerado el padre de la arquitectura (S X a.C.) ya describía estas técnicas, y Plinio el Viejo daba detalles para lograr reflejos. En todo Medio Oriente las cúpulas de mezquitas y palacios presentan bellísimas decoraciones con fragmentos de mosaicos.
Durante el Renacimiento -por el 1400- en la Florencia de los Médicis renace con fuerza el mosaico, que también contemplamos en la decoración de la Basílica de San Pedro en Roma.
El pasado romano en gran parte de Europa, se manifiesta por los siglos I y II en la actual Cataluña: pavimentos geométricos hechos con escallas de mármol o de piedras volcánicas. Hay mosaicos sepulcrales en Barcelona, Sant Cugat del Vallès, Terrassa y Tarragona, llenos de color y responden al siglo X. El siglo XX se inicia arrastrando desde finales del 1800, el famoso "modernismo catalán", dando un nuevo rol para el mosaico y su condición decorativa: es más reconocido el estilo por su decoración que por su concepción estructural. Pavimentos, vitrales, revestimientos que construyen la parte fundamental del ornamento modernista.
ANTONIO GAUDÍ, con sus poco conocidos colaboradores geniales: Lluís Brú, Mario Maragliano y Eliseu Querol, aportaron una renovación sorprendente, artística, única y característica: la Casa Batlló, el Palau de la Música, la Casa Comalat, la Pedrera, la Casa Milá, las chimeneas del Palau Güell, y el increíble soñado Park Güell... un mundo fantástico que desde el 1900 sigue asombrando.
Pero no hay un solo tipo de "mosaiquismo". El Mosaico Romano usa materiales duros, mayormente escallas de mármol, y es muy adecuado para los pavimentos en jardines y villas; son pequeñas piezas (teselas) de varios colores que forman dibujos de un gran valor decorativo.
El famoso Mosaico Veneciano, usó teselas de vidrio opaco (opalinas) procedentes de la Isla de Murano, no eran muy resistentes, por lo que se hallan revistiendo superficies verticales o cúpulas delicadas.
El Modernismo catalán, en cambio, usó cerámica de "gres" que es muy resistente y permite incorporar variedad cromática. El Mosaico Cerámico parte de formas regulares y decoradas; al tener doble cocción (el bizcocho y el color) resulta eficiente para columnas, frisos hasta asientos, pero acusa el desgaste.
Lo que aportó el modernismo de Gaudí, es el "trencadís" (quebradizo o picadillo en catalán) una técnica con pequeñas teselas irregulares de cerámica u otro material de fácil fragmentación, rotas o cortadas a propósito o bien seleccionadas entre restos de baldosas que no tendrían otro uso y serían descartadas. El maestro arquitecto Josep María Pujol, cuya fábrica de cerámica "Pujol i Bausis", en Esplugas de Llobregat logró la policromía y el reflejo metálico brillante de gran variedad y riqueza, fue el impulsor del "trencadís" en el modernismo.
La colocación directa de estas teselas cara arriba sobre la superficie de mortero blando, normalmente sin diseño previo, crean desniveles que reflejan la luz sobre los diferentes fragmentos. La habilidad artesanal del operario determina la belleza del resultado, que incluye alteraciones en la superficie y cambios de plano, dando una sensación de espontaneidad. A veces, el propio Gaudí insistía en ser más espontáneos: «A puñados se tienen que poner, si no, no acabaremos nunca».
Mares da talleres en muchas provincias, y a su ARTES MARES acuden desde Rauch, Ayacucho o Juárez. Cuando sus alumnas viajan para asistir se quedan todo el día, sino el tiempo es de 2 a 3 horas promedio. Hay épocas que van casi todos los días, o por ahí dejan alguna semana. Ha recibido derivaciones de psiquiatras que la han llamado para conciliar la cualidad del arte con el trabajo de "los deditos" como terapia. Acepta que ella detecta cuando alguien llega de mal talante, observa que la energía del taller lo calma, y tras una hora ya está integrado en alguna mesa. La sonrisa de Mares es tan especial como su mirada. Lo confirmo al charlar compartiendo el café: "Necesito regenerar mi energía, tengo tres hijos y solo una esta con nosotros, los otros dos ya volaron del nido... y mi marido es lo más, es la columna fundamental, es mi punto de equilibrio, me acompaña, me comprende, tiene una sabiduría naturalmente expansiva. Todo lo hace sencillo, y me modera en mis excesos. Yo necesito conectarme con mis alumnos, no es el resultado final lo único importante, el objetivo es que el PROCESO le sea bello, agradable, sanador, gratificante, ¡¡divertido!! La risa cura, tener un proyecto lleno de formas y colores, con pequeñas partes para combinar, con nuestros deditos trabajando y concentrados... nos eleva, nos limpia la cabeza y traslada los colores al alma. En oriente los colores reconocen vibraciones...y nosotros en la física convencional también, hablamos de INFRArrojos, de ULTRAvioletas, por "colorimetría" sabemos la temperatura que emite una fuente de luz, también por color determinamos niveles de PH, detectamos composición mineral. Insisto que la luz blanca es una mezcla de radiaciones de longitudes de onda diferentes, que se extienden desde la luz roja, cuya longitud de onda es más larga hasta la luz violeta, que tiene la longitud de onda más corta. No vemos estas cosas de manera científica sino NATURAL, pero un pigmento solo absorbe luz de una determinada manera...sustrae un color y deja la sombra que es el color que vemos, el que captamos. Es una variante en la longitud de las ondas... por eso algunos colores calman, otros exitan, algunos exaltan otros dan placidez. La física cuántica nos demuestra que vibramos como los colores y nos agrupamos o rechazamos de la misma manera. Aquí lo comprobamos... sin racionalizar demasiado".
En dos años ya tiene 240 alumnos (sin tomar en cuenta sus talleres), tan lejos de las aulas convencionales, tan rebelde de los formatos didácticos, tan sanador para tantas mujeres "suprimidas" como denomina Mares: "ni sometidas ni reprimidas, yo las llamo SUPRIMIDAS, porque sentirse acompañada parece lo más difícil de la vida, y acá -al mejor estilo peluquería- afloran muchos dramas, y también se sanan. Un día decidimos ir al Puerto de Frutos de Tigre, y allá salimos en un bus. Fue maravilloso, inspirador, experimental... y solo fue un viaje en estado de LIBERTAD. Acá tenemos pocas reglas, pero no se rompen: nada de religión, ni de política, ni de pañuelos celestes o verdes... porque el ARTE es otra cosa. Aunque alguien en la familia les diga "ya estás haciendo esas boludeces de colores", yo les explico que el ARTE MENOR -como nos enseñan en la facultad- es solo una desafortunada mención al ARTE COTIDIANO, que es el arte más tangible y más necesario: porque lo tocamos, nos convive, nos rodea en casa... no es un edificio, ni un palacio, ni un mural. Pero un huevo Fabergé también es pequeño, las "figurine da vetro Murano" son super mínimas, y los camafeos de Piedra de Sadoine que vienen de la Persia de hace 4.000 años, son joyas chiquititas... Todos estos ejemplos son puro arte, puro talento, pura pasión y dedicación. La expresa decisión de elaborar un objeto que exprese algo, el parir, alumbrar una obra nacida así... jamás puede ser una estupidez o una tontería"
ArtesMares
@artesmares
e-mail: mares33@msn.com
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