27 de julio de 2019
por
Marcelo Bettini
Son dos las
organizaciones que pesan fuerte en este entramado productivo. Una es el Clúster
Quesero, constituido por un conjunto de productores, pymes, instituciones y
organismos de asistencia vinculados a la producción de quesos en la zona
comprendida por los partidos de Ayacucho,
Benito Juárez, Rauch y Tandil. Hoy nuclea a 20 fábricas de queso y subproductos
de la leche que trabajan de manera articulada con el fin de promover el
desarrollo competitivo de los quesos de la región.
La otra es el
Clúster Porcino, donde confluyen la Asociación de Productores Porcinos de
Tandil (APPORTAN), el Grupo de Técnicos y Productores de la Provincia de Buenos
Aires (GTPC), el Consejo del Salame de Tandil (DOT - denominación de origen
Tandil), la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación, el Colegio de
Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires distrito VI y la Facultad de
Ciencias Veterinarias. En el seno de esta entidad tienen como meta transformar
al Partido de Tandil en el centro productivo porcino de mayor trascendencia en
la Provincia de Buenos Aires, posicionando a los productos generados por la
cadena porcina en todo el país y el
exterior con un sello de calidad asociado a su origen.
El sector
primario destaca dos grandes áreas: los criaderos y la industria.
Son una veintena
de criaderos habilitados y concentran de manera estable 4000 madres y 40 mil
cerdos (la hembras reproductoras tienen dos pariciones al año por lo que el
número anula de cerdos criados se duplica a 80 mil).
Esos cerdos son
enviados a faena a razón de 1800 por semana, con picos de 2000. Aquí se sostienen
150 trabajos directos, 50 indirectos y hay 20 profesionales contratados.
En la industria
todos los números se disparan. Las siete fábricas habilitadas procesan 1500
medias reses por día para producir, cada mes, 600 toneladas de cortes cárnicos
y 800 toneladas de chacinados y embutidos. La actividad sostiene más de 700
trabajadores directos, más de 500 indirectos y 30 profesionales contratados
como personal externo.
Por su parte, la
industria del queso tiene una matriz cien por ciento familiar y emplea de forma
estable a otras 150 personas.
NO HAY PICADA SIN CERDOS
El médico
veterinario Fabián Amanto explica que la producción primaria se concentra en
los criaderos de cerdos, donde viven las madres que producen los lechones y
donde además se engordan los capones -machos y hembras- que luego de ser
alimentados por un período de entre 150 y 160 días van al matadero y vuelven a
Tandil como medias reses.
Aunque la
denominación 'capones' corre indistintamente para hembras y machos, a estos
últimos se los castra cuando son lechones por una de dos formas, la quirúrgica
o por inmunocastración. Si bien se sabe de antemano que no llegarán a la edad
reproductiva, la castración es para evitar que tengan olor y sabor
característico a cerdo macho. A las cerdas de igual edad también se las llama
primerizas.
El dato que
resalta es que unos 2000 cerdos por semana están obligados a dar su último
paseo fuera de la ciudad (incluso del partido) por la inexistencia aquí de un
frigorífico con escala y calidad suficientes para el estándar de la industria
local. Por eso hay que enviarlos para su faena a los frigoríficos de Coronel
Vidal (170 km) o Marcos Paz (322 km).
Esto implica un
contratiempo para la industria y un aumento de costos. "Por cada animal que sale pagamos una guía
municipal de $30, más los costos de flete para transportar los animales en pie
y el regreso de medias reses con camiones refrigerados", apunta Amanto.
El sector
productivo y la industria piden a gritos la instalación de un establecimiento
de procesamiento primario de alta calidad, pero las condiciones de política
económica no están dadas: "Se necesita una inversión privada para llevarlo a
cabo y si bien interesados existen, lo que no hay es financiamiento", explica
el profesional y se lamenta porque cree que se pierden oportunidades de oro.
"China tiene una
gran demanda de carne de cerdo y podría ser una muy buena oportunidad para la
industria porcina local pero no tenemos estructura, va a pasar ese tren y no
vamos a poder subirnos, lo vamos a perder como cadena porque estamos un poco
faltos de mataderos de cerdos en Argentina y en Tandil también. Las empresas
crecen con financiamiento, eso es así en todo el mundo, pero nosotros en los últimos
años estamos complicados por las tasas muy elevadas".
Estas
condiciones, que vienen dadas por la situación económica, han frenado tres
proyectos que el clúster había previsto para el período 2018/2019: El
frigorífico de faena porcina con calidad de exportación; el crecimiento de
criaderos existentes con 200 madres adicionales y la creación de diez nuevos
criaderos pequeños. Los tres proyectos en stand
by impactarían de manera directa con 150 nuevos puestos de trabajo directos
y 100 indirectos.
"No es por llorar
-se ataja Amanto- pero las empresas estamos peleando para mantener las fuentes
de trabajo. Compramos el maíz y la soja, pre mezclas vitamínicas, vacunas e
insumos para inseminación a precio dólar
y vendemos al mercado interno en pesos, al precio que el mercado puede pagar.
La buena notica es que estamos comiendo más cerdo. Llegamos a 16,5 kilos por
habitante por año, un kilo y medio más que el año pasado. Lo que salga de carne
bovina al exterior lo podemos cubrir con cerdo".
Otro dato que habla
de un potencial que no se concreta -la eterna promesa argentina- es el déficit
en la balanza comercial (se importa más de lo que se exporta). El año pasado
Argentina importó 44 mil toneladas de cerdo y exportó 23 mil. Las ventas al
exterior vienen impulsadas desde un grupo exportador creado hace siete años que
vende medias reses a Rusia, Europa y China. Pero ingresa mucha carne de Brasil,
principalmente bondiola. "Hace un año y medio el gobierno quería abrir la
importación aún más y nos salvó el aumento del dólar. Lo ideal sería no
importar, cubrir el mercado interno y luego exportar".
Ese ideal
expresado por el Dr. Amanto no es un sueño sino la posibilidad no concretada
por factores de política económica y productiva. "Somos muy competitivos, en
Argentina y Brasil se produce muy bien. A los técnicos de ambos países nos
llaman a congresos por toda Latinoamérica para contar nuestras experiencias,
pero es una industria que no crece si no es por la fuerza de la inversión
privada, que es lógico, pero quiero decir también que nunca tuvimos incentivos,
salvo indirectamente cuando se pusieron retenciones al maíz y quienes
transformaban ese cereal para engordar animales tuvieron un aliciente. Nunca
fue el sector muy estimulado para crecer, lo que necesitamos son frigoríficos,
caminos y rutas para llevar la producción".
Amanto señala,
con cierto desencanto, que están dadas muchas condiciones para el despegue pero
falta decisión política. "Tenemos autoabastecimiento de maíz y soja de alta
calidad. En el mundo no entienden por qué con estas condiciones no explota la
producción de cerdo, de leche, de carne. Simplemente no lo entienden. Creo que
es porque nunca hubo políticas a largo plazo y el productor termina haciendo
malabares".
En línea con esta
descripción del escenario, el presidente de APPORTAN, Federico Juana, consideró
que el más afectado en los últimos doce meses fue el productor de mediana
escala. Mientras el grande tiene respaldo para sortear meses malos y el pequeño
emprendimiento familiar se acomoda más fácil a las vicisitudes, "el mediano
está obligado a sostener una estructura, no puede cerrar de un día para otro y
mientras tanto paga costos fijos aunque el negocio esté en pérdida".
Juana sostiene
que 2019 muestra signos de recuperación (el precio del kilo vivo subió de $26
el año pasado a $43) y confirma que en Tandil el consumo de cerdo está por
encima de la media nacional, contemplando cortes cárnicos y chacinados, con una
tendencia a que siga en crecimiento.
El dirigente le
confió a El Diario de Tandil que los pequeños productores están mejor que el
año pasado y lograron una cuota de rentabilidad.
En este panorama
Juana menciona a los jugadores del mercado: "Tandil tiene cuatro grandes
productores, alrededor de diez medianos y el resto son pequeños. De estos
últimos, 30 están asociados a APPORTAN".
Y reitera que "el
mercado está firme y hay más demanda que oferta". Esta crece por una cuestión
económica -el cerdo es más barato que la carne vacuna- pero también por un
cambio de hábito. Así lo explica: "La carne vacuna de feedlot tiene más grasa que las vacas alimentadas a campo, entonces
el paladar argentino se fue acostumbrando y, en paralelo, la carne de cerdo
realizó el camino inverso y se fue haciendo más magra. Entonces, si bien el
sabor es distinto, quien come carne de cerdo puede incluso consumir menos grasa
que en carne vacuna de feedlot. Esto
hizo que mucha gente que hace 15 o 20 años no comía cerdo porque era una carne
con mucha grasa comparada con la carne ovina, haya cambiado de parecer".
Este crecimiento
del consumo de cerdo abrió el camino para que cada vez se aproveche mejor la
media res porcina. "Hace 15 años vendías un par de cortes y ahora aprovechás
casi todo. Lo que terminaba en chacinados ahora lo compran para consumo doméstico,
cualquier churrasquito de cerdo tiene salida para consumo en la mesa familiar,
ya sea a la parrilla, el horno o en otras muchas preparaciones".
Juana asegura que
la bondiola es el corte que más sale pero también las chuletas. Luego, en la
integración, sale el chuletón, "porque no todo se puede convertir en jamón
entonces es un corte que empezó a entrar en los hogares".
Y el pernil de
cerdo que algunos cocineros locales ofrecen completo con panes y salsas para
eventos, si bien no marca un impacto grande en términos de venta, sí ayuda como
acción de marketing indirecto por la
difusión del tipo de carne, su sabor y su equilibrado componente de materia
grasa.
"El desafío del
sector es crecer y tener más animales para cumplir con la demanda. El de
APPORTAN es la formalización de los productores y la lucha contra la
triquinosis. Estamos trabajando en esto hace dos años con el Municipio y la
Facultad de Veterinarias. Y la creación de un frigorífico con categoría para
exportar es una inversión muy necesaria pero requiere crédito y acompañamiento
que por ahora no están disponibles".
UN GIGANTE ASOCIADO
Cagnoli es un
faro de la industria. Además, el coloso nacido hace más de 75 años puso en 2005
la piedra angular de Uniporc, una empresa consolidada en el encuentro con
productores de cereal, las familias Zubiaurre y Rossi con sus establecimientos
San Lorenzo y La Negra. El plan de negocios planteado para la producción de
carne porcina consistía 500 madres para crecer de forma escalonada hasta 1000 y
3000.
La alianza
estratégica quedó sellada y en julio 2007 Uniporc comenzó la operación con 500
madres. En diciembre 2010 arrancó la obra de ampliación para contener 1000
madres en producción finalizando con las primeras ventas de animales en abril
2012. Hoy apunta a dar el próximo paso del business
plan, alcanzar 3000 madres en producción.
Esta cadena de
valor conformada por productores agropecuarios, el criadero de cerdos y la
fábrica conforman una cadena agroalimentaria modelo que crea productos de alta
calidad.
Todo comienza en
las estancias San Lorenzo y La Negra, donde se producen el maíz y la soja de
alta calidad proteica necesarios para la elaboración del alimento de los
cerdos.
Este cereal es
trasladado a la planta de alimento balanceado de Uniporc, donde se transforma
en el insumo indispensable para ganar kilogramos de carne porcina.
La superficie
inicial del criadero es de 6500 metros cuadrados. Allí el proceso de cría de
cerdos pasa por distintas etapas: padrilleras, laboratorio de inseminación
artificial y análisis de materias primas, galpón de gestación, galpón de
maternidad, galpones de destete y galpones de engorde.
Al final del
recorrido Uniporc entrega cerdos de alta calidad genética para faena.
Luego, ya en la
fábrica, seleccionan carnes vacunas, las de cerdo que provienen de Uniporc y
especias naturales. Las carnes son despostadas a cuchillo. En la sala de
especias el artesano controla la selección, molienda y mezcla de los
condimentos. Luego, el atado es artesanal y el oficio se transmite de generación
en generación. Si en la sala de desposte se ven hombres, aquí reinan las
mujeres.
Ya embutido y
atado el producto pasa a los secaderos, donde juega un papel importante el aire
de Tandil para lograr un producto bajo en acidez y de sabor característico.
El último estadio
del proceso productivo es el reposo de los salames en las cantinas. Aquí se
estabiliza el sabor y se forma en la piel el color blanco, propio del hongo que
desarrolla en esa etapa. Finalmente, la logística de transporte permite llevar
el producto a los principales supermercados del país.
Pero en su punto
de venta ubicado en el centro de Tandil los productos más vendidos son de una
nueva línea desarrollada para el paladar del consumidor tandilense. "En
salamines lo que más estamos vendiendo son el picado grueso y el picado fino,
ambos con la denominación tipo tandilero, y el fuet desnudo con emplume, que es
una versión distinta al que vendemos habitualmente envasado al vacío y
desnudo", explica Mariano Frías en su oficina de Syquet.
Y revela que
comerlos con la piel les da un plus de sabor, por la interacción del hongo
blanco característico de la maduración en las denominadas 'cantinas'. "Nosotros
nos hemos acostumbrado a quitarla pero, por ejemplo, a un vasco, le sacás el
emplume y es como si le sacaras el producto, te mata".
SALAMES CON SELLO DE ORIGEN
La Denominación
de Origen Tandil (DOT) contribuye a elevar el valor de los productos que llevan
ese sello y le dan a la ciudad una ventaja competitiva en el mercado de este
tipo de productos.
La creación de la
Asociación Civil Consejo de la Denominación de Origen de Salame de Tandil data
de principios de 2010, cuando un grupo de productores y comercializadores de
Tandil aunaron esfuerzos para promover y regular la Denominación de Origen
"Salame de Tandil", que buscaba proteger una producción típica ligada
al patrimonio cultural de la región, atacada por permanentes copias e
imitaciones.
"La búsqueda de
la Denominación de Origen para el Salame de Tandil demandó aproximadamente 15
años de trabajo hasta la conformación del actual Consejo Promotor, la
definición del producto típico y la elaboración del presente Protocolo",
explica Juana Echezarreta, presidenta del consejo del DOT.
El "Salame de
Tandil" se obtiene a partir de una cuidadosa selección de tres tipos de
materias primas fundamentales: carnes de cerdo (mínimo 54 % - máximo 60 %);
carnes bovinas (mínimo 18 % - máximo 21 %) y tocino dorsal en proporciones
mínimas de 20 % y máximas de 25 %.
El momento de la
selección de las materias primas que se utilizaran para elaborar el Salame de
Tandil constituye un punto crítico del proceso y esta tarea es realizada
únicamente por personas que tienen el conocimiento y experiencia adecuados. Las
carnes de calidad deficiente o bien los tocinos flojos son descartados evitando
que ingresen al proceso de elaboración.
Aunque el Salame
D.O.T. es la marca distintiva, los salames tandileros en general son muy
solicitados en el país por sus características diferenciales.
-El Diario de Tandil: ¿Cuántos establecimientos
producen chacinados en Tandil?
-Juana
Echezarreta: De manera formal son ocho, sin contar la producción familiar o por
fuera del sistema informal.
¿Cuántas personas trabajan en el sector?
-De manera
directa son unos 800 trabajadores y de forma indirecta estamos alrededor de
600.
-¿Qué variedades se producen en Tandil?
-Hay una gran
variedad de productos, que podemos clasificar en chacinados, salazones, cocidos
y crudos.
-Si se pudiera elaborar un ranking de las
variedades más vendidas: ¿Cómo quedarían los primeros 5 puestos?
-El primer
escalón de ese podio sería para el jamón cocido y la paleta cocida, luego sigue
el lomo cocido, en tercer lugar los salamines, cuarta entra la bondiola y en el puesto número cinco tenemos
el jamón crudo. Un 50 % de la venta es en jamonería, donde el producto se
consume como insumo para sándwiches, pizzas, tartas, empandas y otras
preparaciones. El 40 % son salamines y milanés y un restante 10 % son
especialidades.
-¿Cuál es el volumen aproximado de lo producido
por el sector?
-Tenemos que
hablar de unas 1000 toneladas anuales. Obviamente hay una marcada
estacionalidad. Se vende mucho más en la época de verano y se registra el piso
de consumo en los meses invernales.
-¿Cómo se distribuye la venta en el plano
regional?
-Con respecto a
esta venta Tandil representa el 10 % del total de lo que se vende en el país.
Acá conviene aclarar la diferencia entre empresas con tránsito nacional,
provincial y las de venta local. A Latinoamérica se exporta menos del uno por
ciento.
-¿Dónde se venden más chacinados?
-Lo que llamamos
canal retail alcanza un peso del 30 %
del total, esos son todos los supermercados y mayoristas nacionales. El restante 70 % se vende a través de
distribuidores o venta directa a mercados, autoservicios, despensas y negocios
de productos regionales.
-¿Cómo evalúa la actualidad de la industria?
¿Cuáles considera que son las oportunidades y las desventajas?
-Hoy día la
comercialización a nivel general se encuentra estancada, más allá de que
algunas líneas o especialidades se vendan bien. Por otra parte, las inversiones
son muy complicadas por la falta de financiamiento acorde a las necesidades de
las pymes. Lo más difícil es saber cuándo se recuperará el mercado interno, es
decir el poder adquisitivo del consumidor porque, salvo algunas líneas de
producto, no son comestibles de primera necesidad y sufren el impacto de la
merma del consumo. El desafío más grande sin dudas es transformar a esta
industria en exportadora, por el alto valor que agrega y los empleos que
genera.
EL COMPAÑERO IDEAL
A nadie escapa la
preeminencia de los salamines tandileros a la hora de la picada, pero sin los
quesos la experiencia no sería completa. Tal es así que, aprovechando el
desarrollo de los fiambres embutidos, la industria del queso se acomodó para
acompañar la demanda sin desentonar y abrirse su propio camino.
El productor Raúl
Mastrángelo, presidente del Clúster Quesero de Tandil y el coordinador Lucio
Rancez, recibieron a El Diario de Tandil y dieron detalles para completar el
marco de este reportaje sobre la industria del salame y el queso de Tandil.
-¿Cuántos establecimientos producen queso en
Tandil?
-En el Clúster
Quesero hay asociadas 20 empresas de diversos tamaños y caudales de producción.
Si bien el clúster involucra los Partidos de Tandil, Rauch, Ayacucho y Benito
Juárez, la mayoría de los productores son locales. Aimá "Queso de pasta
hilada"; Asoc. Coop. Escuela Agrotécnica Ramón Santamarina; Tandileofú; Don
Atilio; Doña Cuchara; Don Mateo; La Herradura; Viejo Nacho; El Holandés; Daleju
(Benito Juárez); Fábrica de quesos Moreno; Cooperativa de trabajo Nuevo
Amanecer; Tradición Inza; Abuelo Marcelino; La Juanita; 4 Esquinas; Tangralac;
Doña Catalina; Ña Lupe y Maitilac (Ayacucho).
Sabemos de la
existencia de otras empresas que por ahora no forman parte de la institución
pero estamos abocados a recibirlos.
-¿Cuántas personas trabajan en el sector?
-Más del 70 por
ciento de los emprendimientos son de carácter familiar. No obstante y por la
diferencia de volúmenes de leche producida, algunas empresas cuentan con gran
cantidad de personal y otras se arreglan en el núcleo de la familia, que se
dedica exclusivamente a la actividad. En total la industria emplea de manera
directa unas 150 personas y, salvo la Cooperativa Nuevo Amanecer, el resto de
las empresas parten de un núcleo familiar y se refuerzan con otros empleados
según el tamaño.
-¿Hay estimaciones sobre el volumen de producción?
-Acá se procesan
unos 160 mil litros de leche diarios. Si lo transformamos a kilos de queso
tenemos que decir que es el 9 % porque esa es la relación porcentual de queso
que resulta de leche fluida, pero esos números son difíciles de establecer
puesto las fábricas más grandes no solo hacen quesos sino leche fluida y otros
derivados. Hay que tener en cuenta además que unas pocas fábricas tienen su
propia materia prima, el resto la compra a los tambos de la cuenca.
-¿Existe un queso típico de Tandil?
-Aún está en
definición el queso típico de Tandil bajo la categoría de Producto Tradicional
Tandil, pero uno de ellos es el famoso Queso Banquete. Según el Código
Alimentario Argentino, "Con el nombre de Queso Tandil se entiende el queso
madurado que se obtiene por coagulación de la leche, del cuajo y/u otras
enzimas coagulantes apropiadas, complementada o no por la acción de bacterias
lácticas específicas. El Queso Tandil es un queso de mediana humedad y graso,
de acuerdo con lo establecido en el artículo 605 inciso 2 de dicho Código. El
producto se denominará Queso Tandil o Queso Tandil de uso industrial según
corresponda".
-¿Hay un top 3 de los más vendidos?
-Claro, de los
que se producen en Tandil los más vendidos en cantidad de kilogramos son
Cremoso, Gouda y Sardo.
-¿Cómo se distribuye geográficamente la
producción?
-En líneas
generales el 70 % se vende a nivel país, mientras que el 30 % restante se
comercializa en Tandil y ciudades cercanas. Solo una de las empresas se
encuentra en condiciones de habilitación para exportar, Don Atilio, aunque
actualmente no lo está haciendo.
-¿Han pensado en avanzar en algún proceso similar
al DOT de los chacinados?
-Sí, se está
trabajando junto a la municipalidad y la Cámara Agroindustrial en la puesta en
marcha definitiva de la ordenanza del Producto Tradicional Tandil. Y bajo ese
marco regulatorio se impulsará el queso que nos identifique a nivel nacional e
internacional.
-Cuando se consumen chacinados caseros puede haber
peligro para el consumidor. Si se compra un queso a algún productor que fabrica
fuera del esquema comercial habitual ¿También hay riesgo?
-Sí, tiene
riesgos, los productos deberán estar habilitados por Agroindustria de la
Provincia, ya que de esta forma se realizan análisis de agua y queso, como
controles del proceso de elaboración. Los riesgos serían por un lado
enfermedades patógenas como brucelosis o tuberculosis; y por otro enfermedades
de tipo digestivas, náuseas, vómitos o descomposturas.
A medida que el tiempo
de maduración aumenta el riesgo se reduce significativamente.
-¿Cuáles son los desafíos y proyectos actuales?
-Desafíos hay
muchos. Lograr el Producto Tradicional Tandil, para el cual tenemos el
acompañamiento de la Cámara Agroindustrial y el Municipio. Por otra parte queremos materializar un mini museo en Villa
Onena, donde están las oficinas de Turismo. Por parte estamos trabajando para
lanzar la 1era Fiesta del Queso Tandilero con apoyo del Municipio y Turismo de
la Provincia.
Con respecto a proyectos
de crecimiento no podemos avanzar por ahora porque no hay financiamiento, pero
estamos trabajando fuerte en la difusión del producto para que aumente el
consumo y beneficiar así a todos los productores del clúster. Estas acciones de
marketing son buenas porque involucran poco dinero pero tienen grandes
beneficios.
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