26 de septiembre de 2017
por
Mauro Carlucho
No nació en Tandil, pero desde hace 40 años que vive en este
valle entre sierras. Vino al mundo en De la Garma, cuando el almanaque marcaba
el año 1955. Su familia era de extracción peronista, con un padre herrero, y
carpintero a la vez. En los pueblos es importante manejar varios oficios y
adaptarse a lo que haya que hacer.
Pese a vivir en un pueblo, alejado de las metropolis,
Jorgito abrazó los ideales hippies de temprano. Gustaba de andar con el pelo
largo, escuchaba música moderna y vestía muy estrafalario, para lo que era la
onda del pueblo en aquel entonces.
A nadie extrañó, cuando en los últimos años de la escuela,
abrieron un boliche junto a un grupo de amigos. Garino se hizo cargo de la
música y ponía a bailar a los jóvenes de la época. Esta aventura terminó
abruptamente con la llegada de los milicos.
También se casó de joven. Lo hizo en el pueblo y vestido con
una túnica onda Woodstock, que quedará por siempre en el recuerdo.
Estas actitudes y modas lo ponían en conflicto con sus
padres, quienes lo echaban cada dos por tres, para luego abrirle las puertas
nuevamente.
"Yo estaba en otra.
Estaba con la geometría espacial, dibujaba y pintaba todo el tiempo. En otra
época me fui de mochilero por toda la costa bonaerense y viví experiencias que
me abrieron la cabeza. No es que el pueblo me quedaba chico, pero quería vivir
otras cosas. Soy un hombre muy inquieto y no me gusta seguir la corriente. Yo
siempre hice la mía, sin importar que digan los demás", sostuvo ante el
grabador de ElDiarioDeTandil.
Luego se fue a vivir al sur con toda la familia. Allí tuvo,
quizás, su etapa más aggiornada de la vida, con un trabajo estable, pelo corto
y obligaciones como todos los hombres de su época.
"Nunca me pude hallar
en el sur, la gente era muy fría, muy distante. Creo que aguante dos años hasta
que me volví para Buenos Aires y ya me quedé en Tandil. Algo iba a encontrar
para hacer. Tenía experiencia como vendedor o como zapatero, un oficio que
practiqué en De La Garma", agregó.
Enseguida consiguió trabajo en la empresa Cruz del Sur, una
firma muy prestigiosa en la época. Después entró en la Usina y se quedó más de
10 años hasta que dijo basta de trabajar en relación de dependencia.
Tenía muchas inquietudes y quería estar en relación con el
arte. Con el retiro voluntario de la Usina se compró una quinta en la zona del
Manantial de los Amores e incursionó en la escultura. Esa estadía por la zona
del club Uncas terminó abruptamente: "No
me sentía cómodo en un barrio de ricachones, se había empezado a poblar mucho y
no me gustaba la onda. Fue así que salí a buscar otro lugar y terminé acá en el
barrio El Charito o Cabildo, como le dicen otros. Esto era todo retamas, no
estaban las calles, los servicios, nada. Era un monte y de a poco le empezamos
a dar vida. Era otra cosa. Estaba trabajando como serigrafista. Hacíamos
gorras, calco, remeras. Un trabajo muy artesanal, pero nos iba bien. Ya para
ese entonces había formado familia con mi compañera de toda la vida. No es
fácil encontrar a alguien que te siga en todas y yo tuve esa suerte", dijo
emocionado sobre su relación con Silvia, con quien lleva 35 años caminando a la
par.
Para esa época nace el Tala de Macollando. A Larralde lo
seguía de hace mucho tiempo. Quizás como herencia de su hermano, quien le
prestaba los long play. Tenía toda la discografía oficial del Pampa y su mujer
lo alentó para hacer un programa sobre su obra.
Corría el año 1996 cuando se le ocurrió el pseudónimo que lo
acompaña hasta el presente: el Tala de macollando.
"Cada vez me empecé a
meter más en su obra, estudiaba las letras, su vida en Huanguelen. Le escribía
preguntando que quería decir con esta canción o aquella. El viejo se me enojaba
a veces. Me decía que cuanto más cerca estaba, más le veía las cascarrias.,
porque Larralde es así como lo conocen todos. Un tipo muy especial. Retobado.
Habla las mismas cosas en un escenario que en un asado. La primera vez que lo
ví fue haciendo el sonido en un concierto. Yo ayudaba a Alejandro Bocacci en
Estudios Alex y tuve la oportunidad de acercarme. Después cuando tenía el
programa de radio me contactó un amigo de Larralde y me invitó a conocer sus
orígenes en Huanguelen. Cuando fui, aproveché para conseguir material para el
libro. Ese fue mi objetivo por muchos años. Quería escribir un libro con su
vida y su obra. Cuando le presenté la idea me sacó carpiendo. No le di bola y
lo saqué igual. Le entregué una copia a sus hijos y fue un éxito en todos
lados. La gente le llevaba los libros para que Larralde los firme y el viejo
los sacaba cagando. Casi me hace un juicio, pero se lo tuvo que aguantar. Es un
gaucho muy difícil", dijo sobre uno de sus referentes máximos.
El programa radial del Tala ganó seguidores en toda
Argentina. Se puede escuchar por radio o a través de internet. Así le llegan
mensajes y llamados de todo el país. De a poco se transformó en un
coleccionista de la obra de Larralde. Tiene incontables fotos, cartas,
grabaciones y anécdotas de todo tipo. También organizó shows de Larralde. En el
año 1998 llenaron el gimnasio del Club Unión y Progreso, en un record de sus
pasos por Tandil.
"Aprendí mucho
escuchando a Larralde. Dice muchas verdades y cosas que tenés que pensar. Soy
un gran admirador de su obra. También fue un vehículo para conocer a mucha
gente. Me han pasado tantas cosas en la radio que no se puede creer. Se genera
un lazo muy fuerte con los oyentes. En una época el Tala recomendaba remedios
naturales y se me ocurrió pedir que alguien me traiga ortigas. Resulta que al
otro día se me apareció un loco con un camión cargado de ortigas. Tengo muchas
historias de esas. Cuando empecé con las películas necesitaba como 100 caballos
y un avión. Al otro día me llamaron muchos oyentes para poner las tropillas y
el avión. Una cosa de locos", sostuvo.
En su relato, Garino comienza hablar de sus proyectos
cinematográficos. En ese trayecto pasó de productor a director, sin escalas. En
su humilde taller del barrio El Charito pueden salir muchas cosas. De a ratos
es luthier, carpintero, pintor, constructor o realizador audiovisual.
"Yo siempre digo que
elijo muy bien a mis amigos. Acá no entra cualquiera, pero los que ingresan al
círculo es porque son de primera. Así conocí a Eduardo Charlone. Un tipo
excepcional y que sabe mucho de cine. Con mis hijos habíamos armado una exposición
sobre el Cristo Gaucho, con fotos muy impactantes. Después le llevamos ese
material a Charlone y salió la película. Era la historia de un gaucho mártir,
en la época del Fuerte Independencia. Yo produje todo. Recuerdo que hice la
corona de espinas con alambre de púa y trabajamos en familia. Acá hacemos todo
en familia. Esa es una gran ventaja. Después salieron otros proyectos. Hice una
película con mi hijo Joshua, después El Hombre del Piano y ahora estoy filmando
una historia sobre hippies y motoqueros que es una locura. No tengo un trabajo
estable, pero siempre estoy haciendo algo. Hoy me levanté a las 4 de la mañana.
Estoy haciendo instrumentos, una torta, de todo. Es mucho laburo hacer una
película y nosotros hacemos todo a pulmón", indicó.
La familia vive casi en comunidad. Su casa de estilo
Mediterráneo la levantaron codo a codo. Desde los cimientos hasta el techo.
"Vivo como lo siento.
Creo que cada vez me vuelvo más hippie. Estoy lejos de la sociedad de consumo.
No me da vergüenza decir que no laburo desde hace más de 10 años, como lo hace la mayoría de la gente. Nosotros
hacemos la nuestra y somos felices o tratamos de serlo. Estoy lejos de la
política. Me putean los kirchneristas y tampoco me gusta Macri. Pero tengo
claro que soy un buen tipo y voy a dar una mano cada vez que pueda. Esa es mi
onda", finalizó.
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.
Solo suscriptos
Solo suscriptos
29 de mayo de 2025
Solo suscriptos
Solo suscriptos
28 de mayo de 2025
Solo suscriptos
Solo suscriptos
28 de mayo de 2025
Solo suscriptos
Solo suscriptos
28 de mayo de 2025
Solo suscriptos
Solo suscriptos
28 de mayo de 2025
Solo suscriptos
Solo suscriptos
28 de mayo de 2025