30 de diciembre de 2020
Queridas
vecinas y vecinos:
Como todos ustedes saben cerramos un año muy
complejo, inesperadamente grave, que nos demandó un gran esfuerzo en todos los
órdenes. Llegar hasta diciembre ha tenido el tinte de una epopeya cívica que
aún no ha terminado.
Suele ocurrir para estas fechas que uno, tanto
en su vida personal como en su función dentro de la comunidad, traza balances,
sopesa los resultados, apunta los aciertos y los errores. Sin duda cada uno lo
hará, pero seguramente que ese balanza se impondrá dentro del contexto de la
pandemia que alteró y cambio la vida de todos.
Este año, sinceramente, no hay lugar para
festejos ni para celebraciones, como no sea tal vez la más importante: estamos
vivos y hemos podido contar esta historia. Pero también debemos recordar que
hemos perdido a vecinos y vecinas a manos del Covid, y que todavía la lucha
continúa.
También me gustaría dedicar estas palabras a
todas las trabajadoras y los trabajadores de la salud, sin distinción, a todos
ellos que han estado en la primera línea de la batalla, sosteniendo nuestro
sistema de salud público y también privado. También a todos los integrantes de
Protección Ciudadana, de las fuerzas de seguridad, que durante meses estuvieron
en las rutas y caminos, poniendo un inmenso esfuerzo para cuidarnos. Y al
mencionar tanto lo público como lo privado, quiero decir que la pandemia, con
todo el daño que hizo, finalmente terminó fortaleciendo esa alianza virtuosa
entre los emprendedores y el Estado, entre los que crean trabajo y entre los
que gestionan los recursos que aporta la ciudad, porque a pesar de las
tremendas dificultades para todos los sectores de la economía, estamos saliendo adelante. Lo hicimos juntos, con
todas las voces, con consensos y disensos, pero juntos, y ese es sin duda el
camino para lo que viene, que no será fácil, pero donde tenemos a favor el
diamante de la experiencia.
Mi fe es el optimismo; mi credo es la acción,
el trabajar día a día; mi política como intendente sigue siendo la del primer
día: estar al lado de todos los vecinos.
A pocas horas de que este año terrible por fin
concluya, les agradezco la compañía, el apoyo, el aliento y si caben también
mis disculpas por lo que nos faltó. Todos hemos aprendido algo nuevo este año
tan particular que entre tantas cosas nos negó el abrazo.
Vaya entonces el abrazo del alma para todos
ustedes. Les pido por favor que nos expongamos lo menos posible al contagio y
que celebremos en la intimidad de la familia el tesoro de estar vivos y juntos.
Para decirlo concretamente: seamos respetuosos de las medidas de prevención.
Hemos hecho un terrible esfuerzo durante todo este año. No lo dilapidemos en
una noche, con reuniones masivas, con la violación de los imprescindibles
protocolos para una batalla que todavía estamos dando. Seamos responsables,
solidarios, tengamos conciencia de que la vida de otras personas también
depende de nuestros actos.
Nunca en cada uno de todos estos días de 2020
perdí la esperanza, ni siquiera en las horas más críticas, a tono con una
hermosa cita: "La esperanza es el sueño del hombre despierto".
Sigamos adelante. Feliz año nuevo para todas y
todos los tandilenses.
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