5 de agosto de 2021
En las últimas horas dejó de existir Carlos Emilio Magaró, un hombre que dedicó gran parte de su vida a trabajar en pos de los demás, realizando una obra que perdurará en el tiempo desde la Capilla de Loreto, en beneficio de toda la barriada de La Movediza.
Había nacido en 5 de enero de 1935 y siempre tuvo en claro su ideales. Sabía que junto a su esposa Chiquita debían trabajar por los que menos tenían, estar al lado de los desposeídos para tratar de alivianarles la carga.
Ordenado Diácono el 7 de septiembre de 2001, supo ganarse un lugar en una barriada donde las necesidades estaban a la orden del día. Desde la Capilla de Loreto fue quien salió a buscar colaboraciones para acercarle muchas veces un plato de comida a más de un vecino.
En este bendito país donde las debacles económicos siempre golpean a los que menos tienen, cada tanto debían agudizar el ingenio para poder repartir lo que recibían en cada uno de los muchos que se llegan a golpear la puerta.
"Cada uno debe comer en su casa", repetía en ocasiones de ser entrevistado porque entendía que "la familia debe comer unidad, sentada a su mesa" y, entonces, cambió el hábito de tener un comedor para entregar los alimentos o una vianda.
Campechano, bonachón y de pocas palabras, pero con un corazón enorme dejó en La Movediza una huella imborrable. Sus restos, fueron enterrados hoy jueves en el Cementerio Parque El Paraíso.
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