11 de octubre de 2017
por
Brando Bruni
El último laburo de Esteban Román es bastante complicado de
describir. El artista tandilense logró fusionar de un singular modo sus dos
maneras de expresarse: la música y la pintura. Así armó "Luna Sola", una serie de discos donde cada uno tiene una
ilustración exclusiva hecha por sus propias manos, incluso el packaging fue
personalizado. Este enorme trabajo, concluye con una muestra que incluye los
últimos ejemplares, los cuales a su vez conforman una obra única. Si,
complicado.
Charlando con El Diario de Tandil, tratando de
explicarnos, dijo que "es una obra en
concepto con anteriores trabajos tanto musicales como pictóricos. Por un lado,
funciona como un embudo donde trato de meter todo el trabajo de autor, por eso
invita a conocer todo lo que hice anteriormente".
"Tengo la fortuna de
haber de haber atado cada cosa que hice. Eso es parte del goce artístico, pero
por otro lado tiene un costo, es trabajar por fuera de lo que está determinado
como una industria musical. "Luna Sola"
va por fuera de eso, creo en una manera de llevar mi carrera, es creer en el
arte y en la música. El éxito de este disco es un hallazgo personal, se
trasluce en la búsqueda que pude llevar a cabo. Más allá de la foto clásica de
estar acompañado por masividad, me interesó basarme en algo muy personal",
analiza sus pasos Esteban.
Y recordando cómo surgió este asunto, menciona que "venía trabajando en un caos total.
Dibujando y pintando mucho, y el mismo día escribía canciones a lo pavote. Era
imposible poder traducir eso en su momento. Tenía las intenciones de armar una
nueva exposición, también estaba con Trafo trabajando las canciones de "Viamotriz", disco que sigo tocando.
Estaba en una vorágine caótica. Agradezco haber tenido el flash y poder
fusionar todo eso".
DENOMINACIÓN DE
ORIGEN
Un valor agregado de esta producción, tiene que ver con que
la hace en nuestra ciudad y se podría decir que es imposible de trasladar. Es
una apuesta a Tandil. Román señala que "siempre
jugué a que Tandil era mi Buenos Aires, en el sentido de no visualizar el
techo, que realmente desde hace tiempo lo sentía muy encima. Sobre todo después
de haber tenido una carrera con Decavendish y haber disfrutado tanto de logros
a nivel musical, transitamos un circuito comercialmente mucho más prometedor.
Hay un sentido de origen en "Luna Sola",
aunque algunos ejemplares se fueron de acá, es una obra para Tandil".
Sumado a esto, afirma que "lo siento como un disco político por lo personal. En estos tiempos de
guerra, que alguien pueda traslucir su arte en un sentido tan sanguíneo, es
demostrar que se puede hacer. Es otorgarle a tu lugar, tu barrio, tu comunidad,
ciertos valores. Es manifestarle que hay un bien detrás de los autores. Todo
independientemente de las banderías. De hecho hay una canción que le canto a
Tandil, hice un poquito más evidente esta intención nueva en mí. Es así como
crecen las ciudades. Yo agradezco ser parte de una ola artística como nunca
antes se vivió en Tandil. La ciudad está en un momento nunca vivido, inclusive
a nivel provincial o nacional. Me siento que no estoy solo, más energías me da
para seguir apostando al arte acá".
Recuerda también que hace unos cuantos años, en el 2000,
intentó irse, no pudo, perdió el micro a La Plata y eso le hizo un clic, "un momento de quiebre", como él dice. "Hubo deseos que los empecé a trabajar, me
aferré a la idea de hacer, había que curtir un público. Hay muchos músicos y
artistas en Tandil que en los últimos 10 o 15 años han creído en eso. Hoy no se
le tiene tanto miedo a la canción propia. Me siento orgulloso de ser de esta
camada que se animó a salir a cantar canciones sentidas".
Los temas se van hilvanando, y nos lleva a su trabajo como
docente de canto y su contacto frecuente con los adolescentes: "En nuestra época no veíamos autores de 30
años cantando al lado nuestro. Hace unos días canté un par de canciones mías en
una escuela secundaria, un circuito que agradezco tener la posibilidad de
transitar. Hacer mis canciones en las escuelas es muy flashero, y encima que me
lo agradezcan. Lo que diría a esos chicos es que se queden acá, Buenos Aires
siempre va a estar ahí, el hecho de buscar horizontes es genial, pero valoro
que chicas y chicos de 16 años, talentosos, se queden. Es parte de la gestión
cultural que va paralela a la gubernamental, desde ahí tiene un sentido
político, una militancia estética. Pero para que esos chicos se queden acá, los
que estamos más grandes tenemos que seguir haciendo".
Y así, vuelve a lo político: "muchos políticos de acá hacen la plancha porque saben que muchas saben
que muchas cosas van a funcionar hagan o no hagan. Con o sin lugares, la música
nunca va a dejar de sonar. Hay artistas que toman su música como una gestión
cultural propia y hacen la política más sana para su comunidad. Cuando la otra
política apoya eso, bienvenida sea".
Sobre el final de la charla, volvemos a la exposición. Nos
recuerda que está puesta en el Teatro Bajosuelo (Rodríguez 457) hasta el 22 de
octubre, junto a otros de sus trabajos. El
jueves 19 le sumará su música a la muestra. "Después, tengo la necesidad de ver todo este trayecto de afuera. Si
eso me tiene debajo de los escenarios por un tiempo, bienvenido. Tocar por
tocar tampoco me hace feliz, aunque negarse es muy difícil", cierra Esteban.
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