1 de abril de 2021
El 31 de marzo, el grupo Feministas Unicen, en
articulación con el Programa Género
Unicen, llevó adelante un encuentro con el Dr. Marcelo Aba, Vice Rector, y con
la Prof. Mabel Pacheco, Secretaria Académica.
La reunión tuvo el objetivo de compartir el
documento elaborado, en el marco del #8M, por la Asamblea regional de la que
participaron alrededor de 300 mujeres de los distintos claustros y de todas las
sedes.
En la reunión se enfatizó el carácter político
de cada uno de los puntos explicitados, invitando a las autoridades, a entender
esas demandas como una Guía hacia una
universidad con políticas institucionales que pongan el foco en revertir las
desigualdades basadas en el género, así como en renovar los compromisos en
prevenir las violencias.
El documento evidencia la necesidad de
reconocer los sesgos de género, en las prácticas y discursos de la institución,
como primer paso hacia una renovación de la academia, en clave de género.
EL
DOCUMENTO
DOCUMENTO
DE DEMANDAS Y REIVINDICACIONES A LA UNICEN, EN EL CONTEXTO DE 8M 2021
¿POR QUÉ
PARAMOS? y ¿CUÁNDO PARAMOS?
Tandil, 8 de marzo 2021.
Al Rectorado de la UNCPBA
Cr. Roberto Tassara
Dr. Marcelo Aba
Prof. Mabel Pacheco
S/D
Nos dirigimos a Uds., y por su intermedio al
Consejo Superior, a los efectos de presentar nuestras demandas y
reivindicaciones de géneros y sexualidades en torno a las problemáticas vividas
cotidianamente en nuestra universidad.
En principio destacamos que las universidades
se han ido constituyendo, a lo largo de la historia, en un actor territorial y
político imprescindible para la lucha contra las desigualdades, a la vez que se
asumen como un territorio atravesado por diversas formas de exclusión, maltrato
y discriminación que es necesario reconocer y revertir.
En UNICEN nos reunimos para reivindicar los
derechos de las mujeres y disidencias trabajadoras
Nos
preguntamos ¿Cuándo Paramos?
Porque durante 2020, en el contexto de
aislamiento social preventivo obligatorio, por pandemia por Covid 19, nuestros
hogares se convirtieron en aulas, oficinas, boxes de investigación,
bibliotecas. Nuestros espacios domésticos fueron invadidos y lo laboral se impuso
sobre nuestra vida diaria. Como mujeres de la comunidad universitaria somos
parte de esta realidad que trastocó nuestras vidas e hizo recrudecer, poniendo
en evidencia, las desigualdades de género, especialmente en las tareas de
cuidado. Coexistieron en tiempo y espacio nuestros roles de teletrabajo con los
de cuidadoras. La pandemia nos empujó a la virtualidad y las mujeres nos unimos
para dar respuestas a la emergencia sanitaria en primer lugar y garantizar la
continuidad de nuestro trabajo para el sostenimiento de las funciones universitarias.
Y nos
preguntamos ¿Por qué Paramos?
Reconociendo que las desigualdades basadas en
el género, han sido y son tema de preocupación en el ámbito académico y han
dejado de ser sólo objeto de estudio y reflexión para instaurarse como un
modelo de gestión, necesario y estratégico para la cultura institucional de las
universidades.
En septiembre de 2015 se conformó la RED
INTERUNIVERSITARIA POR LA IGUALDAD DE GÉNERO Y CONTRA LAS VIOLENCIAS (RUGE). A
partir de allí en las universidades nacionales estamos promoviendo líneas de
intervención, a través de la conformación de Áreas, Programas 1o Secretarías de
Género y la implementación de dispositivos como los Protocolos en caso de violencia
de género.
Respecto de la UNICEN es necesario destacar
algunas experiencias que han ido creando condiciones materiales y simbólicas
para entender el género como un organizador de la vida social. La UNICEN cuenta
hoy con Grupos de Estudios, Carreras de posgrado, Líneas de investigación,
Cátedras Libres, Proyectos de Incentivos, publicaciones, Jornadas Académico -Científicas
e iniciativas de formación, extensión y producción artística que centran su
interés en los derechos de las mujeres y las disidencias sexuales, en la
historia de las mujeres, en la economía feminista, en la organización
patriarcal del espacio, así como en las dinámicas sexo genéricas
institucionales.
Desde 2016 contamos con un Protocolo de
actuación ante situaciones de violencia por razones de género y en 2017 el
Consejo Superior aprobó el Programa de Abordaje Integral contra la violencia y
discriminación por razones de género e identidad sexual, dos herramientas centrales
para combatir, prevenir y erradicar las violencias de género.
Además, la UNICEN es una de las Universidades
que participa con representantes institucionales en la RUGE-CIN. Si bien
celebramos estos compromisos institucionales en el camino por revertir
desigualdades basadas en el género o la identidad sexual, seguimos sosteniendo
las demandas que hemos elaborado colectivamente en los espacios de asambleas feministas
interclaustros.
En el marco del Paro Internacional y
plurinacional de Mujeres Trabajadoras, Lesbianas y trans-travestis del 2021,
presentamos los siguientes ejes:
Sostenemos la necesidad de profundizar las
políticas institucionales en materia de prevención y combate del acoso y la
violencia laboral por motivos de género, en el marco de la ratificación del
Convenio 190 de la OIT. Y en tal sentido, más allá de que las Universidades no
conforman la Administración Pública Nacional, instamos a poner en marcha
estrategias para tomar medidas que acompañen ese gran paso (tal como se hizo
con la Ley Micaela, a través de la adhesión del CIN).
Valoramos las acciones de capacitación en
género, previstas por la Ley Micaela, desarrolladas en 2020 y exigimos la
continuidad y ampliación para toda la comunidad universitaria, en su organización
y puesta en práctica, en articulación con las propuestas del Programa de Género
Unicen.
Reclamamos la paridad de género en la
conformación de los órganos de cogobierno, y en todos los ámbitos de representación
académica y de gestión de la Institución (Comisiones evaluadoras, tribunales de
tesis, conformación de mesas de congresos, paneles institucionales, etc.).
Sostenemos la necesidad de iniciar un camino en la búsqueda de la paridad en la
conformación de las secretarías y áreas de gobierno de rectorado. Asimismo,
exigimos la incorporación de les becaries en los ámbitos de representación de
la Unicen.
Requerimos la incorporación de la perspectiva
de género en los planes de estudio de todas las carreras de grado y de
posgrado, así como las referencias de autoras mujeres e identidades sexo-disidentes
en los diversos campos disciplinares.
Entendemos necesaria la incorporación de
contenidos de la Ley ESI (Ley N° 26.150), en los planes de estudio de los profesorados
universitarios -dado que en el futuro desempeñarán el rol docente en los
distintos niveles educativos-. Paralelamente sostenemos la necesidad de la implementación
efectiva de la Ley de Educación Sexual Integral con perspectiva de género en los
espacios maternales, jardines de infantes y escuelas preuniversitarias.
En el marco de la Ley N° 27610, de Acceso a la
interrupción voluntaria del embarazo, de la Ley 26.743 de Identidad de género,
y de la Ley 26.657 de Salud Mental, de la Ley 26.529. Sobre Derechos del
paciente, necesitamos un equipo de atención a la salud, que considere en sus prácticas
y discursos la legislación vigente en materia de derechos sexuales y no
reproductivos, alejándose de intervenciones moralizantes y normativizantes.
Asimismo y en virtud de la injerencia del
Departamento de Legales, en el dispositivo del Protocolo de Actuación ante
situaciones de violencia por motivos de género, así como en otras instancias
donde se dirimen situaciones relacionadas a las desigualdades basadas en el
género, sostenemos la necesidad de
diseñar e implementar estrategias de sensibilización en género para los Equipos
de Salud y de Legales.
Denunciamos la falsa idea de la meritocracia
académica y exigimos políticas afirmativas que garanticen la igualdad de género
en la trayectoria institucional. Es necesario revertir las asimetrías de poder
instauradas en los ámbitos universitarios y por ello reclamamos que se contemple
la multiplicidad de tareas que sobrecargan especialmente a las mujeres en la
vida familiar, a la hora de analizar el rendimiento en la producción académica
en la Carrera Docente y en todos los espacios laborales.
Directamente relacionado con las exigencias
habituales que nos imponen las tareas de cuidado y el trabajo no pago de
reproducción de la vida, entendemos la necesidad de definir estrategias,
acordadas con los espacios sindicales, que garanticen el derecho a la
desconexión. Solicitamos se contemple el cupo laboral para personas trans y
travestis, como ha sido ya implementado en otras universidades nacionales desde
2018. En relación a ello y dados los avances de trabajo en torno a la temática
en UNICEN, solicitamos el tratamiento del Proyecto de Acceso a la educación y
al trabajo para personas trans, en el transcurso del 2021, por el Consejo
Superior.
Reiteramos la necesidad de la incorporación de
la licencia laboral por violencia de género, a dos años de haber sido
presentada ante la Unicen y no tener respuestas de su implementación.
Queremos que se garantice el derecho a la
educación, en situaciones de violencia de género, a través de la implementación
de modalidades alternativas a la presencialidad y a la sincronicidad en los
espacios virtuales.
Solicitamos ampliar y garantizar espacios de
cuidado no mercantilizados para toda la comunidad universitaria que transite la
etapa de crianza de sus hijes.
Instamos a las distintas unidades académicas y
áreas a considerar en sus estructuras edilicias y mobiliarias, la posibilidad
de espacios inclusivos para corporeidades no hegemónicas. Requerimos que se
habilite el uso del lenguaje inclusivo/incluyente en la universidad, tomando como
base las experiencias de las tres unidades académicas que en 2019 aprobaron la posibilidad
de su implementación. En tal sentido, evidenciamos la necesidad de diseñar estrategias
para evaluar el impacto de género que ha naturalizado la invisibilización de mujeres
e identidades no binarias, en las prácticas cotidianas académicas y
administrativas.
Consideramos necesaria una revisión de la
actual distribución de espacios que contemple la equidad de género, tendiendo a
la justicia espacial de una universidad cuidadora que ponga en el centro de sus
decisiones a la vida de las personas (Ej:baños universales, paradas de colectivos
transparentes, iluminación, espacios verdes y de sociabilidad, galerías
cubiertas que garanticen el desplazamiento en los campus de las distintas
sedes)
En relación al Programa de Abordaje Integral
contra la violencia y la discriminación por razones de género e identidad
sexual (aprobado por OCS 6871 en noviembre de 2017) solicitamos su jerarquización
y financiamiento, de modo que pueda profundizar estrategias de sensibilización y
formación en las distintas sedes, así como ampliar efectivamente acciones de
asesoría y acompañamiento a la totalidad de la comunidad universitaria. En tal
sentido, se hace evidente la necesidad de destinar presupuesto que permita
además consolidar un equipo de trabajo con profesionales formades específicamente
en perspectiva de género y diversidades, que pueda tanto orientar, como diseñar
e implementar las acciones necesarias para revertir las desigualdades basadas
en el género y las violencias por motivos de identidad y orientación sexo-genérica,
como asesorar a los equipos de gestión.
Pedimos entonces la creación de Secretarías de
géneros, igualdad y diversidad tanto en el ámbito de Rectorado como en las
unidades académicas.
Requerimos también reforzar y ampliar el
equipo de trabajo afectado al Protocolo de actuación ante situaciones de
violencia de género y discriminación por cuestiones de género (OCS 4589 de
noviembre de 2016), dado que en los últimos 3 años se efectivizaron mas de 40
denuncias de estudiantes, docentes, nodocentes e investigadoras de las
distintas unidades académicas y áreas. Complementariamente requerimos formación
permanente para el equipo, en perspectiva de Derechos Humanos, Género e
Interseccionalidad.
Solicitamos la implementación de las
Consejerías de género por sede, previstas en el Programa de Abordaje Integral contra
la violencia y la discriminación por razones de género e identidad sexual.
Por último entendemos necesario que quienes
integren los futuros espacios de gobierno y conducción de la Unicen consideren
en sus propuestas compromiso con acciones que tiendan a visibilizar y combatir
el régimen de género, sexista, binario y jerárquico, en la búsqueda de una universidad
plural, democrática y feminista.
Coincidimos con Marta Lamas, en que "Solo
mediante la crítica y la deconstrucción de las creencias, prácticas y
representaciones sociales que discriminan, oprimen o vulneran a las personas en
función del género es posible reformular, simbólica y políticamente, una nueva definición
de la persona. El género es cultura, y la cultura se transforma con la
intervención humana"
Nos despedimos, poniendo a disposición
nuestros saberes y la experiencia activista y militante, herramientas con las
que estamos convencidas forjaremos no sólo una universidad, sino una comunidad
más justa.
Feministas
Unicen
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