19 de junio de 2020
Walter May es el titular del hotel alojamiento
La Morada, uno de los dos establecimientos del rubro de la ciudad, que
inexplicablemente hasta el momento no pudieron volver al trabajo, como sí lo
hicieron los distintos alojamientos, ya sea para trabajadores esenciales o para
residentes en Tandil.
Pese a manifestarse en el Municipio y la
promesa de "volver a enviar otro protocolo", la habilitación para la reapertura
sigue sin llegar.
Si ya consideraban injusto volver al trabajo a
la par de los hoteles de pasajeros porque "nuestro
público está acá, no con el turismo", la situación de hoy los desconcierta
aún más. "Estamos en una situación
desesperante. No tenemos ningún horizonte claro, no sé en qué etapa estamos", dijo
en diálogo con El Diario de Tandil. "Si
no estamos incluidos en esta etapa de turismo interno y los hoteles sí, que
jamás trabajaron con los locales... no sé, estoy perdido", afirmó.
"Nadie
nos dijo 'haciendo tal cosa pueden abrir' o 'de esta manera no se puede'. Nada.
Han abierto todo, faltan las canchas de fútbol, los teatros, las escuelas y
nosotros. Una cosa ilógica", agregó el propietario de
La Morada.
Con más de noventa días con la persiana baja,
la situación económica se comienza a tornar irreversible: "No damos más, no podemos hacer más nada, ya no nos alcanza ni para
pagar los sueldos, es mucho tiempo cerrados". En ese sentido, agregó: "Eso sí, los impuestos nos siguen
corriendo, pero después nadie nos atiende, confirma ni nos aclara el panorama".
Comparando con otros rubros, May expresó que "a todo el mundo le han dicho 'bueno, si
entramos en tal fase, con tal protocolo empiezan'. Con nosotros no pasó eso,
está bien que somos dos nada más, pero tenemos siete u ocho personas a cargo
cada uno"
Consultado sobre si podría existir otro tipo
de problema de fondo, afirmó: "Jamás
tuvimos algún problema con nadie, somos gente de trabajo. No creo que sea una represalia,
pero no le encontramos una explicación lógica. Deben tener la decisión de no
dejarnos abrir, no hay dudas"
Reiteró que "estamos desesperados porque no tenemos respuestas, los días pasan y la
gente está trabajando, todo continúa. Nosotros estamos al límite de la quiebra
con los clientes en la puerta tocándonos timbre"
¿Cómo
trabajan y por qué es de bajo riesgo?
"Con la
gente no tenemos ningún tipo de contacto, tocan timbre y es todo por teléfono.
No hay otro rubro que tenga menos contacto, es casi como una venta
online", explicó Walter May.
A su vez, indicó que "desinfectamos con una máquina de ozono las habitaciones, que es
cien veces más fuerte que el cloro. Además se dispersa en el aire, mata
todo".
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