Sociedad. Era cambiar o partir

Hoy no hay boliche que se pueda mantener solamente vendiendo café, contó a este portal de noticias un avezado trabajador del otro lado del mostrador de los bares. El bar por sí mismo, entonces, hace rato que dejó de ser negocio, de allí el nacimiento del restobar que modificó para siempre la tendencia. Si bares al paso con parroquianos de pie y o sentados en butacas- ya no queda ninguno, bares con meses solamente para el café o el trago entraron en vías de extinción. Ahora se impone el nuevo ritual gastronómico del buen comer a precios manejables. Esta ha sido la circunstancia que motivó la transformación de Liverpool. Se observa que en su piso superior ya exhibe la geografía de una cocina espaciosa. La nueva cartelería da cuenta de la novedad a los clientes. El pub de neto corte inglés de la ciudad de Los Beatles se ha puesto en sintonía con la demanda del mercado, aunque el tiempo dirá si logra acertar un triplete complejo que pocos negocios del rubro alcanzan: cautivar una clientela unánime, esto es para los tres tiempos del comercio: mañana, tarde y noche. Por distintas razones, casi nadie lo ha logrado. Fundado antes de la gran crisis de 2001, Liverpool venía conectado al piloto automático de la costumbre, pero en franca pérdida frente a las novedades de La Vereda, Molly y el Golden. El gigante fino de San Martín y 9 de Julio (emblemática esquina de la célebre tienda La Pampa Florida de los años 40) vuelve con la idea recuperar la iniciativa perdida. Una variante a considerar también estará en los precios que ofrezca a su clientela. Es un tiempo nuevo para un bar que aunque se inscribe ya en el registro de lo clásico también depende, como todos, de lo moderno. Dicen que reabre sus puertas el domingo luego de tres meses de profundas reformas. El centro se mueve: se asegura que pronto también habrá novedades en el petrificado paisaje del Paseo del Banco, o sea sobre los restos mortales del Banco Comercial de Tandil.

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