5 de marzo de 2018
No es cuestión de
edad, ni raza ni geolocalización: la propagación del sentimiento de soledad es
sorprendente. Desde un chico que se comunica con sus amigos más por celular que
en persona, pasando al ejecutivo tan estresado con sus ocupaciones que fracasa
en las buenas relaciones con su familia y amigos, hasta llegar a la gente mayor
que transita un estadío de pérdidas...sin abrazos.
¿Una epidemia?
SOLOS EN COMPAÑÍA
Según la literatura:
Emily Dickinson
describió la soledad como "el horror que
no debe examinarse"
Según Nietzsche "nadie aprende, nadie aspira, nadie enseña a
soportar la soledad"
Víctor Hugo la
limitaba a una idea terrible: "el
infierno está todo en esta palabra: soledad"
Según Aristóteles "vivir en soledad, es solo para bestias o
dioses"
Lord Byron, aseguraba
"solo salgo para renovar la necesidad de
estar solo"
Para Schopenhauer "la soledad es la suerte de todos los
espíritus excelentes"
¿Por qué, en general,
se rehúye la soledad? Porque son muy pocos los que encuentran compañía consigo
mismos. Por eso los grandes autores -melancolía mediante- la definen, la detestan
o la consideran casi una virtud.
En cambio, algunas
plumas geniales lograron una definición menos patética, como Edgar Allan Poe
que comparaba la soledad con la luz: "silenciosa
y poderosa... pero sobre todo esencial al hombre, porque todos los hombres
vienen a este mundo solos y solos lo abandonan. Y quien quiera contemplar
frente a frente la gloria de Dios en la tierra, debe contemplar esta gloria en
la soledad".
Dado que el estrés parece ser la enfermedad de este siglo, y
sin duda este estado de ánimo se ha vuelto tan crónico que desencadena todo
tipo de males, entre otras cosas la
evasión del contacto con nuestro interior. Consideramos LA SOLEDAD como una
peste de la que huimos con fervor, pero el
mayor problema es que nos enfrenta con nosotros mismos.
Así las cosas, nos llenamos de trabajo, de relaciones
amorosas, de ocupaciones familiares, de discusiones, de enfermedades, de
problemas diversos sólo por evadir el contacto con ese yo, algo así como evitar
vernos a nosotros mismos, con el temor -diría Borges- "de estar
solo y que no haya nadie en el espejo"
Pero, una de las más fascinantes aventuras es descubrirse a
sí mismo. ¿Que produce miedo? Si, es verdad, porque tenemos tantos prejuicios y
culpas, tantos dolores y patrones de miedo, que sin duda el evadir es una
necesidad para no caminar por ese pasillo donde desfilan todos nuestros temores
y no abrimos las puertas por las dudas, siguiendo hasta el final. Allí donde en
algún momento nos vamos a encontrar con una puerta que nos permite descubrir
una fase de nosotros mismos... extraordinaria.
Tal vez, el animarse a husmear en alguna puerta del pasillo,
nos hubiera permitido ver alguna otra cosa maravillosa. ¿Quién sabe?
Para mirar y vernos sinceramente, es menester estar solo. Y en ese estado, perdonarnos todos nuestros
defectos y dificultades para sentirnos inocentes y bellos.
Nuestro INCONSCIENTE guarda un universo extraordinario,
vasto, infinito, mágico. Es tan grandioso que cualquier calificativo que agregue para poder
describirlo, es minúsculo porque todo está allí, dentro de nosotros.
Lo fantástico de la aventura de conocernos, entendernos y
escucharnos es que nos aleja de sentirnos desgraciados. Las multitudes nos
impiden esta mágica oportunidad: la de cambiar la "desgracia de la soledad"
para elegir cómo podemos aprovechar esos momentos de desolación que la vida nos
plantea, y usarlos para liberar tanta tensión que acumulamos por todos los
problemas exteriores donde nuestra energía se satura, se comprime. Esos instantes
de soledad, nos alejan del caos.
En los últimos cincuenta años se triplicó en el país la
cantidad de hogares en los que vive una sola persona. Las estimaciones indican
que el 19% de los hogares argentinos son
unipersonales. La cantidad seguirá creciendo: en 2025 las viviendas ocupadas
por solteros, separados, divorciados o
viudos - sin compañía - llegarán al 26%.
Es una tendencia creciente a nivel mundial y muy fuerte en las grandes ciudades. Se los
conoce como los neosolteros; viven
solos, ya sea por elección o por dificultades de la vida. Dentro de este grupo,
hay 2 categorías: aquellos que padecen
la soledad, y generan síntomas de tristeza y depresión, y quienes la ven como
una oportunidad y un modo de vida alternativo.
No es lo mismo la soledad en la juventud que en la tercera
edad, como tampoco es igual cuando aparece
por un período corto de tiempo (soledades transitorias), que como algo
permanente. La persona puede darse cuenta de que ese no es un momento apto para
estar acompañada, pero también advertir que es algo que va a desaparecer.
El asunto no es admitir, conformarse o resignarse a la
SOLEDAD, sino superarla, sacar de ella algo bueno, tomar aliento para edificar
otra forma de vida. Hay atenuantes -que no son fármacos- hay recetas probadas...
para encontrarse productivamente con "otros" y enamorarse de nuevo de la vida:
EL ARTE.
Nos dimos una vuelta por talleres, escuelas, saberes nuevos
y viejos que pueden devolvernos la sonrisa, desde aprender a bailar tango o
salsa, hacer teatro, aprender a pintar o a escribir.
Porque este siglo también nos trajo nuevas soledades.
NUEVAS SOLEDADES
¿Quién no sintió alguna vez ganas de que no le rompieran los
quinotos? ¿Cuántas veces nos fuimos a dormir solos, luego de haber fracasado en
una cita? ¿Quién no contuvo los deseos de zamarrear a la compañía en la cama
porque roncaba como una motosierra? Sobran los motivos y excusas para vivir en
soledad sin darle cuentas a nadie, aunque detrás del alivio aparente aceche la soledad;
esa pesadilla de la que pueden hablar con propiedad los separados, viudos y
divorciados que extrañan su pasado en compañía, extrañan a los hijos o todo
aquello que esperaban obtener y no lograron en la vida. Eterno disconforme, el
ser humano sigue siendo el más indescifrable objeto de estudio del reino
animal.
No hay un único tipo de soledad. Como tampoco hay una sola
tipología de solitarios.
Se distingue entre la soledad
del aislamiento y la soledad de apertura.
La soledad del
aislamiento representa a aquellas personas que no saben cómo
relacionarse y se aíslan de la gente.
Tímidos con miedo al mundo que se
perciben altaneros, distantes, antipáticos cuando en realidad están inundados
de temor por alguna vivencia de mucho peligro al exterior, así se repliegan
reduciendo sus contactos al mínimo y solo con familiares. Esta actitud no ayuda
a encontrar la salida y acerca a la depresión.
La llamada soledad de
apertura implica un encuentro con uno mismo, para luego poder abrirse a
otros espacios para interactuar con otras personas. Por un lado implica una
pérdida, un riesgo a vivir sin algo o
sin alguien, sin un ideal, sin una persona, pero también puede significar el
volverse dueño de uno mismo, tener autonomía personal y practicar la
autosuficiencia emocional.
Hay que tener en cuenta la diferencia entre vivir solo, a sentirse solo en la vida. El mundo está lleno
de parejas que se comunican mal o que no se comunican. Asimismo hay personas
solas que tienen una gran capacidad de conexión social, llenas de amigos, de
proyectos, de viajes, de salidas, deportes; entonces la soledad es un
sentimiento que para algunas personas es un pesar y para otras es una
liberación. Depende como se la aborde.
"A este mundo le
faltan abrazos", esta frase partió en 2004 desde Sidney, Australia, con la
arenga de Juan Mann (www.freehugsguide.org), un joven inglés
que decidió pararse en la calle principal del centro "The Rocks"y sonreír, extender sus manos y ofrecer
abrazos. Estaba triste, extrañaba su familia inglesa, buscaba contacto humano y
casi sin querer, al lograr una sonrisa en los extraños que aceptaban sus
apretones, cambió su vida. Así nació la Campaña
de Free Hugs: "Un símbolo de esperanza, que ilumina la vida de las personas",
como reseñan en el sitio web. Con el tiempo, Juan ya no estaba solo, varios se
unieron a compartir en plena calle.
¿Qué tal si lo intentamos con quienes nos rodean y dejamos
el WhatSapp de lado?
A UN PASO DE LA
LOCURA
La psiquiatría suele conceptuar como enfermedades algunas conductas vinculadas entre nuestro entorno y el cerebro.
No discutiremos con los psiquiatras, pero si sabemos qué nos
pasa, y porqué nos pasa, podríamos -porque no- jugar con ventaja. No es un invento
mío, sino el resultado de un estudio publicado por la Universidad de Yale, a través de un equipo de investigación en Trends
in Cognitive Sciences.
Las enfermedades psiquiátricas surgen a través de
interacciones que vinculan la función
cerebral, el comportamiento y las experiencias. Según Abraham Holmes, autor principal de este trabajo, doctor en
Psicología clínica e investigador del equipo Yale, señala la variedad de
sujetos y de soledades diferentes que
pueden "adaptarse" y
"resolverse": "Si te centras en un único fenotipo, no hay
una línea específica que separe la salud de la enfermedad. Debemos considerar
múltiples fenotipos simultáneamente, a veces ciertos grupos simulan ser
homogéneos y resulta que es imposible separar sanos de enfermos".
Por ejemplo, el trastorno del espectro autista (TEA) está
catalogado como trastorno, pero es posible que algunos casos permitan que un programador con síndrome TEA, sea más
competente en entornos como Silicon Valley.
Olvidamos que algunos rasgos
patológicos en cierto entorno, con otro tipo de estructuras son
productivos, adaptables y presentan habilidades desconocidas con desempeños
fenomenales.
Lo mismo ocurre para la ansiedad. Según Holmes "Es
posible estar más inhibido en ciertos entornos sociales y que resulte difícil
construir amistades. Sin embargo, esa misma ansiedad, en un lugar de trabajo,
es lo que te motiva a prepararte para una gran presentación. O si estás en la
escuela, a estudiar para un examen. A veces seleccionar un grupo nuevo de pertenencia
anula la ansiedad. El miedo a nuevas vinculaciones podría calmar no solo la
ansiedad o la timidez, podría también combatir la soledad y la depresión...sin
fármacos"
Chicos, jóvenes, adultos y mayores. No es tan sencillo
resolver la sensación de soledad, de exclusión, esta especie de epidemia
alentada por tecnologías y fármacos en
pos de encapsular nuestras reacciones.
Los niños necesitan de los mayores y viceversa, los jóvenes
de los jóvenes y de su cercanía, sus olores, su contacto. No hay "mensajito" ni
facetime, ni likes o fotos, memes, gifs o lo que sea... capaz de reemplazar el
contacto y la mirada cara a cara.
Todos nos perdemos en un mundo caótico pero podemos encontrarnos sencillamente para
hacer unos dibujos, amasar cerámica, combinar una coreografía, enhebrar unas
pastillas... o batir claras para hacer unos cupcakes.
¿Y si nos disfrazamos? ¡Ningún disparate! Desde la noche de
los tiempos los humanos usaron pinturas y máscaras en rituales y ceremonias
para las guerras o aquellas situaciones donde requerían coraje extra. Esas
máscaras y pinturas, casi iguales unas de otras, conformaban un grupo compacto
que escondía el verdadero yo. Por tanto inhibida la inhibición, salía el coraje
como por arte de magia. Desde lo vikingos y sus valkirias, el ejército persa,
el otomano o las huestes de babilonia, se camuflaban. Los chinos y según "El
Arte de la Guerra" (de Sun Tzu Siglo IV a.C), lo colores, los estandartes y las
pinturas rituales armaban un conjunto que disimulaba cobardes entre valientes y
escondía la identidad para ser un todo único, lleno de potencia para las
acciones temidas y violentas.
Los griegos actuaban con máscaras, una idea de Thespis
(dramaturgo del Siglo V a.C) que cambiaba según se interpretara tragedia,
comedia o drama satírico mantiene vigencia y coherencia 2500 años después.
Llevaban además pelucas, una túnica: negra, para personajes tristes, púrpuras
para los reyes con coronas que ayudaban a distinguirlos de los otros personajes
y mostrar su símbolo de poder, utilizaban colores vivos para personajes
importantes, y colores corrientes para personajes del pueblo. Para las tragedia
los actores se ponían unos coturnos
(suecos altos con plataformas) para significar la superioridad de los
personajes de héroes y dioses.
Esta forma de expresión, encubría protegiendo las verdaderas
personas.
Podríamos pensarlas como antecesores de las fotos trucadas
en los perfiles de redes, los nicknames, los avatar, los datos falsos para ser
quienes no somos pero -tal vez- querríamos ser, además de dotar de una
impunidad fantasma a quien actúa. Una hermosa puerta que bien usada asiste para superar los miedos, la soledad y el pánico
a relacionarnos. Y viene de la mano del arte.
El ARTE, en cualquiera de sus manifestaciones, siempre
propone salidas - o entradas- a nuevos mundos posibles. Están al alcance de la
mano.
En esta recorrida recogimos algunas experiencias.
ENTRE PRIMAVERALES Y MADUROS
Todos escriben. Unos poco, otros mucho, la mayoría lo
suficiente, todos leen y todos hablan? ¡vaya que si hablan! Algunos no paran. Y
claro, entre tanta palabrería, unas escritas y otras no, pues de cuando en
cuando y bastante a menudo se diría, nacen risas. Todas las risas posibles para
difuminar el nexo entre primaverales y maduros.
El proyecto ya cumple 25 años y se aloja en la emérita
Biblioteca Rivadavia: QUEBRANTAHUESOS-
Taller de creación literaria.
A Griselda Crespi
(Profesora de Lengua y Literatura) le gusta decir que algunos humanos "andamos a la caza de las palabras". Palabras
perdidas, palabras extraviadas, palabras encontradas, palabras que surgen en
nuestros relatos como una flor salvaje y desconocida. De esto trata el taller.
Todos tenemos algo para contar, para recrear o sacar de lo más profundo del
alma, y en compañía todo es mejor, más fácil, más valioso, más hermoso. No se
separa por edad sino por niveles, es buena la interacción, el juego y la risa.
La charla es distendida y enamora su amor por el viaje entre
las letras: "Los llamo talleristas, aunque propiamente "talleristas" somos los
dictantes. Pero es nuestro código. En 1° nivel abordamos las herramientas
fundamentales para la escritura: la re-flexión (flexionarse de nuevo ante lo ya
sabido para revisar la mirada anterior), encontrar juntos las experiencias que
sirvan para contarse con ilusión y corazón. El nivel 2° y 3° arman un mix de
rebeldes que emocionan, y el nivel de mayores es el placer de los viernes a la
tarde temprano. Todos hacemos un "laboratorio de vida", porque todos estamos
habitados por historias...hay que tirar el hilito y sacar eso oculto"
¿Cómo llegan y por qué? " En tantos años se repiten:
porque me jubilé, siempre quise escribir mis memorias, me gusta leer y a veces
escribo poesía y querría mejorar.En cada tallerista anida el deseo de cambiar
el mundo, hay un inconformismo rebelde, existe la idea de usar su texto como
disparador para lo que se busca cambiar. Son detalles sutiles, se perciben
lentamente y deben tratarse igual. Con extrema suavidad. Es fundamental el
autoconocimiento, ordenar las ideas, controlar los proyectos enormes y hacer
valer los pequeños, un cuento corto o microcuento, una poesía, luego llegará la
prosa más compleja o el ensayo. Entender que ampliar el idiolecto es abrir el
mundo... no siempre es fácil. La idea de economía verbal también es compleja:
desechar los párrafos engorrosos y complicados, simplificar es una tarea
mayúscula. En eso se trabaja en un taller, tanto el profesor como los alumnos
se abocan a retocar, quitar y poner, tachar y cambiar, evolucionar. A mi los
alumnos me ponen alas"
Se acomodan alrededor de la mítica y enorme mesa de la
biblioteca, algunos se llevan sus almohadones favoritos para estar más
mullidos, otros la PC, aunque el papel y la birome siempre protagonizan los
primeros esbozos. Luego se pasa a digital. Para Griselda "es un refugio estimulante que
genera amistades también fuera del taller, la magia de las palabras y sus
silencios, ese tráfico de alma a alma conforma una estructura superior a la
propia definición de literatura. Ellos son idealistas y como tal aportan un
intangible que solo se puede definir como magia"
Las técnicas llevan a que cada quien se libere y manifieste
su identidad, sin copiar a nadie, cuidando que el grupo tampoco se contamine.
Sino parece que todo el producido es de un único autor y pierde calidad.
Para Crespi "la fantasía es primordial, para enhebrar un
policial hacemos salidas nocturnas al lago, llevamos linternas y por un
trayecto que previamente yo elegí de día, nos adentramos. Es sumamente
divertido y la producción es sorprendente. Otro recurso es ir al ámbito rural o
sentarnos en varios bares y observar detalles, esas salidas son fabulosas. Y
ese mundo se corporiza casi sin querer en textos reales y no tanto. Porque la
literatura -salvo que haya algún Bradbury
escondido - se ríe- es la reinterpretación de la realidad con nuestro
sello"
Cuando leemos algún microcuento, cuando debo seleccionar las
fotos para esta nota, me atraviesa la felicidad de las expresiones. Una calma
manifiesta en aquellos que se juntan para tirar con fuerza del hilo invisible
que los saque de la soledad, del ensimismamiento, que les permita vomitar
jardines de letras atragantadas para nuevos textos promisorios. No importa si
son noveles, porque según Bernard Shaw, "los escritores son como extrañas máquinas
parecidas a los vampiros que absorben todos los placeres, todo lo que pasa en
la vida...para contarlo como les dé la gana".
De eso se trata, y la irrepetible Griselda Crespi con su
candor casi ingenuo los acompaña llevándolos a soñar esos mundos posibles bien
lejos de cualquier soledad.
EL ESCENARIO DE LA
VIDA
Marcos Casanova
es un bicho de teatro. Profesor, licenciado de la Facultad de Arte UNICEN,
escritor, guionista, director de teatro...ACTOR.
Hace 25 años deambula en ese universo fascinante que -como
asegura- es tan natural como vivir los
roles de la infancia: "en cada uno de nosotros se guarda el lugar
del niño que fuimos, encontramos al indio, al cowboy, al pirata y a la
princesa, y eso debe salir afuera. El juego de la vida nos propone roles: jefe,
padre, hijo, profesional, y los vamos ocupando y respondiendo según el rol lo
pida. Pero, cuando "nos soltamos" porque el teatro nos da las reglas que
debemos respetar para liberarnos, la experiencia es fantástica. El goce es tan
fuerte, divertido, sanador y satisfactorio, que cura"
Llegar al taller del CLUB DE TEATRO, ocurre por diversas
causas, desde me jubilé, siempre lo quise hacer pero no me daba el tiempo, me lo
recomendó el psicólogo, no quiero estar solo, necesito vincularme, soy
tímido...hasta acompañar a una amiga. No son excusas sino causas que la
vida coloca delante como opciones.
Para Casanova, es como "jugar a la mancha, yo organizo los grupos
-tengo varios y de diferentes niveles y estilos- y vamos trabajando las REGLAS
para poder romperlas. Mi equipo de profesores, atiende la dinámica de cada
grupo...porque hay un POST y un PRE taller, con asados, reuniones, fiestas. Eso
marca la sinergia que se logra. Soy consciente que debo tutelar lo personal,
para que funcione lo grupal, y trabajar el conjunto para el goce final. Soy
obsesivo, insisto, presiono, sé que el teatro es sanador... y soy exigente
porque soy responsable del goce de ese grupo"
Llegan al taller con expectativas pero no es sencillo romper
las "cápsulas individuales", por eso se inicia con ABRAZOS. Enormes y largo
abrazos grupales, luego de a dos o de tres, por varios minutos y en silencio. "Los
humanos hemos perdido la capacidad de TOCARNOS, por eso es importante
experimentar, corregirnos, perder el miedo, para llegar a disfrutar. Reírnos de
nuestros errores y defectos, aprovecharlos con otras intenciones favorables,
jugar, jugar mucho. Creo que haber olvidado cómo jugar es motivo de muchas
angustias que se guardan y fermentan, nada bueno sale de allí si no se lo ayuda
con un juego de roles, una intención, una trama. Armo los talleres con "tutela"
de cada personaje para que el grupo entero se supere. Cada uno asiste a la suma
del todo. "
A Marcos no le interesa la perfección aparente, ni la panza,
la nariz, la pelada, los anteojos o la estatura. Marcos trabaja con el puro
material humano, de allí parte y desafía a sus alumnos para ser el personaje
cuyo rol representan. "Yo me doy cuenta si son felices por los
avances, en lo que cada uno suma y en las risas, en los preparativos o los
finales de cada clase. Hay asados, salidas, festejos, eso me marca que el
camino es el correcto. No vamos por un premio ACE ni por una nominación, vamos para desangrar las angustias, vencer los
miedos y lidiar con la soledad"
Mantener los grupos consolidados requiere guía, sostener los
desafíos, trabajar la técnica y celebrar los logros.
No acepta la falta de respeto de nadie y por nada, allí es inflexible.
Está profundamente convencido "que la vida es un constante escenario, y
los transitamos como se transita el teatro vocacional...a puro corazón.A medida
que vamos teniendo herramientas somos mejores; cuando se aprende a soltar el
estereotipo, el humano es más feliz. Para eso trabajo, y es un laburo precioso,
sé que es sanador, es exigente porque soy responsable del placer de ese grupo".
Los requisitos de las dos horas semanales son sencillos:
comprometerse con la clase, apagar los celulares (él o sus asistentes filman y
sacan fotos para socializar y analizar los resultados) y estar convencidos que
al entrar cada uno puede hacer magia, porque el escenario iguala y modifica.
Los grupos se repiten año tras año, abandonan solo por algún
viaje o por trabajo, pero vuelven. No importa si llevan un yeso o un bastón...
tiene "actores" que superan un accidente o una enfermedad sin faltar a las
clases y pensando siempre en la presentación de fin del año.
Como diría García Lorca: "El teatro es poesía que se sale
del libro para hacerse humana"
BELLA SOLEDAD
Las ciudades -grandes
y chicas- están llenas de solitarios. Crece el número de viviendas ocupadas por
una sola persona y el trato físico se sustituye por las relaciones a distancia,
por Internet. Parece ser que el "virus" se asienta en el hiper individualismo,
¡SI!... en la muchedumbre solitaria que sembró el siglo pasado y explotó en
este milenio con el auxilio tecnológico. Un siglo donde los individuos no se
han entrañado ni abrazado más entre sí, pero electrónicamente se han comunicado
de tal modo que el fenómeno de la interconexión parece haber acallado las
inquietudes o las voces del aislamiento.
Se trata, sin embargo, de dos realidades paralelas. Mientras
la relación en el cuerpo a cuerpo
sigue debilitándose, la relación a distancia, máscara a máscara, aumenta y prolifera. La aventura de ser un individuo
diferente (mejor dicho, siempre dependiente de la imagen proyectada en los
demás), se ha provisto ahora de un artilugio mediante el cual la apariencia de
nuestra identidad se enreda con nuestras artes de engaño. El "diseño" de
quiénes somos se modela en nuestras manos a través de falsos perfiles, fotos,
diversos alias o nicks, el avatar, los juegos del sexo y la edad u otros
recursos para hacer personajes de la
persona y versiones virtuales de lo real.
Durante miles de años, el prójimo resultó insustituible para poder ser algo, hoy con las nuevas
formas de vincularse pueden ser
sustituidos. ¿POR QUIEN? Por nosotros mismos, según cuanta habilidad tengamos paro fingir en la pantalla,
travestirse en la #red y recrearse en el nuevo espacio virtual, algo
inconcebible hasta ahora.
Se sabe que la satisfacción no será comparable a la de un
amor encarnado o un contacto tangible, pero así como el "contrato emocional" es
más Light, la rotura de ese contrato es sencilla, no deja culpas, ni siquiera
debe discutirse. Se "desaparece" y listo. Aunque se finja que por ello "no hay
dolor".
Tras el boom de las compañías punto.com tras casi 15 años
de vida desde el 2000 hasta hoy y con muchos fracasos entre los humanos
"buscadores de compañía", han logrado que las redes de negocios, lleven la
delantera.
Ahora la #red oficia de descarga, de protesta, propicia
atracones de compras/ofertas un Black, red, Friday o Monday. Transversal a lo
que necesitamos como humanos, al conocimiento científico, a las informaciones
de consumo, donde las opiniones políticas se cruzan en una trama que ha
facilitado y estimulado la relación con la virtualidad.
La fantasía casi concretada, igual falla por algún lado:
conectamos con más gentes sin tener que sufrir la penalidad de su aliento, sin
su olor o su tufo desagradable. Y el click del mouse define si seguimos o nos retiramos de la
partida.
Crece la conexión y hasta la implicación, pero no los
compromisos fuertes ni los extrañamientos profundos.
¿En qué punto, por ejemplo, se encuentra hoy aquella amistad que
amortiguaba la desazón de estar solo? De un lado crecen los tele
contactos, aumentan las sectas, se multiplican los clubes, las pandillas y las
tribus urbanas, y por otro se incrementan los hogares ocupados por una sola
persona hasta alcanzar más de la tercera parte de las viviendas en las grandes
ciudades...incluso la nuestra.
¿Hay alguna clave? Tal vez diferentes tipos de SOLEDADES.
Que no posee una única forma, porque también existe la soledad de la
independencia, esa soledad elegida donde nadie acarrea su desolación y la
soledad posterior a un desacuerdo que no se traduce en devaluación o suicidio.
Somos, en suma, seres
comunitarios y solitarios, ciudadanos e individuos.
Y creo que la idea de las "cosas compartidas" siempre nos
hilvanará una más alegre concepción del mundo.
El agobio de la presencia constante del otro, ha tenido como
cómplices los nuevos sistemas de comunicación: permitir hallarse presentes sin presentarse.
Un dato para tener en cuenta es QUÉ SOMOS COMO ESPECIE.
Hay especies de contacto, que se apiñan por placer y
permanecen piel con piel durante horas, como el hipopótamo, el cerdo o el
erizo.
Y existen especies de "no contacto", entre las que se encuentra el caballo, el perro,
el gato, la rata y también los seres
humanos. No nos aguantamos demasiado tiempo cerca. En estado adulto toda
confortabilidad requiere holgura, como hábitat primordial de la supervivencia.
El hacinamiento nos mata, y bastaría una excesiva proximidad
para enfermarnos. El individuo (indivisible) requiere para su definición una
esfera en la que reine el olor y el amor propio. El abrazo amistoso, la
asociación religiosa, el equipo, el vecindario, son elecciones desde la soledad
primigenia en que nos fundamos y nos reconocemos. Nada que ver con el pantanoso
cosmos del cerdo, la aglomeración de erizos o el apegamiento de los
hipopótamos.
En el fondo, además, siempre estamos solos. Más solos que la
luna y a casi cualquier hora, pobres o ricos, sanos o con hernias, como la
reflexión de mi adorado Marcel Proust "En
Busca del tiempo perdido",
mientras caminaba Por el camino de Swann: "Nos comunica alguien su
enfermedad o su revés económico, lo escuchamos, lo compadecemos, tratamos de reconfortarlo
y volvemos a nuestros asuntos. ¡Qué solas estamos las personas!".
LA SOLEDAD DE LA
ESTEPA
Hermann Hesse
nació en Alemania a fines de 1800 y falleció en 1962 nacionalizado suizo. Vivió
ambas guerras, el signo de la angustia, las crisis y el propio destierro, que
tornan a "El Lobo Estepario" (1927) una novela casi autobiográfica, con un
toque de esa ficción que posee -siempre- cada vida.
Para Hesse, su obra fue "malinterpretada", pero releyéndola
a través del tiempo, posee tantas interpretaciones como instantes y lectores
atraviesen sus páginas.
La soledad envuelve al protagonista: Harry Haller, dividido entre un sistema deshumanizado y una vida
precaria.
El lobo de las estepas es la corporización del hombre
aporreado por su propio yo, por el entorno, por las angustias propias y ajenas.
Sin casa siquiera, viviendo en un cuarto alquilado sin otro proyecto que
proveerse su comida para no morir. Como sea. En una oscura habitación en
Basilea, lee, se rodea de tabaco, vino y música. Descree de la sociedad, y se
refugia en su mundo oscuro, preservado y casi cómodo.
Un antiguo profesor de su juventud lo vuelve al mundo
social, donde se enamora de Amanda. El placer y la vida alternan con su
oscuridad siempre acechante. Desconfiado y temiendo sufrir, imagina la infidelidad de su amada y la mata. Se interna en un mundo
complicado y frenético con las responsabilidades y los desafíos de la sociedad.
Obligado a asesinar - él que era enemigo y temeroso de las guerras- debe asistir a su propio juicio. Múltiples
situaciones incontrolables: "el hombre consta de una multitud de almas,
de muchísimos yos. Descomponer en estas numerosas figuras la aparente unidad de
la persona se tiene por locura, así tienen a muchos por locos, que son genios."
Al despertar de esa alucinación (no solo no había matado a
nadie, ni había ido a la cárcel ni había sido juzgado por tribunal alguno),
Harry Heller asesina su propia vida,
reduciéndola a la soledad de ese lobo que conoce bien, volviéndose ermitaño en
la estepa de su cuartucho.
Para mis consecuentes finales prestados, elegí este
fragmento oportuno: "la soledad era fría, es cierto, pero también era tranquila,
maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo espacio frío en el que
se mueven las estrellas". El Lobo
Estepario- H.Hesse-1927
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