12 de septiembre de 2020
Daniel Uranga tiene una dilatada trayectoria dentro del automovilismo. Nadie puede negar su capacidad de trabajo y los conocimientos que ha adquirido desde la época que estaba junto a Fabián Acuña.
Tras esa separación, formó su escuadra junto a Pablo Romero (URR), transitando transitaron durante varios años en las distintas categorías del automovilismo nacional y dejando en claro la capacidad para la preparación de los coches.
Pasado el tiempo, el Chispa, sobrenombre con que se lo reconoce dentro del mundillo automovilístico, formó el Uranga Racing (UR) junto a su hijo Nicolás y ayer, en el retorno de la actividad tras 6 meses de parate por el coronavirus volvió a ver a un auto suyo cruzando primero la línea de llegada.
Volvió a demostrar su vigencia, conocimientos, capacidad y tenacidad con la misma Dodge que había ganado el recordado Tati Angelini (integraba en esa época el URR).
El Chispa lo hizo, de nuevo, aunque ahora, con su propio equipo.
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