9 de junio de 2016

Sociedad

Sociedad. Del Ideal al Tito, un mozo como los de antes

El nuevo Bar Tito La transición no fue tan brusca. No solo por la exigua distancia que separa los dos establecimientos, sino también por el aura que impregna los ambientes. Yo vengo al Tito cuando Cesáreo Rodríguez vende el fondo de comercio, por suerte encontré muchas similitudes y me pude adaptar rápidamente. Estábamos en los primeros años del nuevo milenio y la nueva administración del Tito supo mantener la estética y el sello clásico del Tito. Aquel bodegón de Cesáreo evolucionó a una fonda de platos repletos y ambiente familiar. Pero mantuvo ese aura que se mantiene inalterable. En el Ideal se servía mucho café, acá en cambio piden el vaso de vino, la caña o ginebra. Son dos lugares distintos, pero me adapté muy bien al cambio. Debe ser que me gusta el trabajo, disfruto atender a la gente y conocer sus apetencias, dijo a ElDiariodeTandil. Gómez guarda el raro privilegio de dominar el arte del mozo. Es una cara muy reconocida del pueblo, pero pocos saben su nombre. En su vida, como en el trabajo, sabe aparecer cuando el comensal lo requiere. No hace falta hacerle un gesto ampuloso para llamarlo, o al contrario, ponerle mala cara para que nos deje continuar con lo que estábamos haciendo. Él sabe el momento justo en que debe acercarse a la mesa para ofrecer la carta, rellenar la panera o interceder en una conversación ante el pedido de alguno de los comensales. Con estas experiencias descubrí que me gusta trabajar con la gente, sobre todo atender a personas mayores. Oirá historias, anécdotas. De sus palabras se desprende que prefiere escuchar antes que hablar. Toda una definición de la sabiduría. Este nuevo Bar Tito comprende la tercera generación, luego de su fundación en el año 1934. Su origen estuvo al lado de donde hoy vemos al Hotel Dior, con el sello de un tal Antúnez. Luego vino la mudanza y la época de oro con el Gallego Rodríguez, hasta estos tiempos en que el Bar se transformó en un punto obligado para la familia de clase media, los viajantes e incluso para el turismo que ve en su fachada una invitación irresistible. Hay que destacar que todo ese aura, luego es correspondido con suculentos platos. Porque si algo destaca en el Tito es la exuberancia. Ese es un sello que le supo dar Juan (el dueño) al lugar. La comida es muy rica y abundante. Los clásicos son la milanesa completa y el bife de chorizo, pero sale de todo. Hay comensales para todos los gustos, dice entusiasmado. Su recorrido en el oficio hoy lo encuentra como encargado, pero igual no deja se recorrer las mesas y atender a los comensales. Lo disfruta, y se le nota cuando nos cuenta. Reservado, sobrio. Se nos ocurren más adjetivos para mencionar a este personaje lugareño. La mayoría de las veces, cuando vamos a comer, queremos nada más y nada menos que pasarla bien. Lugar agradable, comida rica y buen servicio es todo a lo que aspiramos. Pero no es poco. Víctor entiende estas coordenadas. También supo adecuarse a las reglas del lugar. Porque el Tito tiene sus singularidades. Nunca hay música de fondo, apenas el TV que permanece encendido a tiempo completo. En la pantalla encontramos futbol generalmente, pero a veces aparece otro deporte o algún hecho que llame la atención de la gente. Históricamente el Bar fue el punto de partida para los bailes de campo. Todavía llama algún descolgado para preguntar a qué hora sale la combi para Fultón, que se presenta Ajenjo. Indagando en internet sobre las cualidades que debe tener un mozo, encontramos la siguiente: Que sepa de comida -especialmente de su propia carta-, que tenga una informalidad amigable sin pasarse de la línea, que tenga memoria de acero y paciencia inagotable. Que defienda al restaurante pero sabiendo reconocer errores (propios y ajenos), que sepa recomendar, que sepa perdonar y que te de la sensación de que le gusta su trabajo. Luego de conocerlo más profundamente, vemos que Gómez guarda muchos de estos atributos. Su labor es invisible, pero como dijo un viejo mozo en España: Un buen servicio no se ve, se siente. Por ahí va la cosa. [gallery ids="128271,128272,128273,128274,128275"]

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