COMUNICADO. Cuarentena en Tandil: la Cámara Empresaria fijó su postura

CONSENSO Y APERTURA, EN ESE ORDEN

Identificados a pleno "en el hartazgo y la impotencia" que atraviesan sectores de la ciudad impedidos de retornar a la actividad por la cuarentena, directivos de la Cámara Empresaria hicieron saber de su rotundo apoyo a representantes de gimnasio y natatorios y al mismo tiempo dejaron en claro el orden que deberían transitar las gestiones para llegar a buen puerto: "consenso y apertura", precisaron.

De ese modo, desde la institución que preside el contador Marcos Redolatti explicitaron sus directivos el parecer de que toda medida en procura de evitar la parálisis que impone la cuarentena "debe ser consensuada" con las autoridades municipales, quienes les consta están realizando innumerables gestiones ante la Provincia.

"Al cabo de 180 días es un despropósito seguir rigiéndonos por el sistema de fases que se impuso en marzo", dijeron en reunión de Comité Ejecutivo en Mitre 856, "la dinámica de la realidad ha terminado con eso y la forma de evitar nuevos contagios es a través de protocolos y conciencia social, pero esto sólo se puede hacer en acuerdo y con consenso y con el trabajo conjunto con las autoridades municipales", expresaron.

180 días "eternos"

 En  el ámbito de la dirigencia empresarial tandilense se impone la decisión de mantenerse al lado de quienes por estas horas luchan por abrir las puertas de sus negocios y actividades: "estamos con ellos, los apoyamos y lo vamos a seguir haciendo, seguiremos haciendo todas las gestiones necesarias y posibles ante quien corresponda. Todos estamos identificados con su pedido ya que de alguna manera las restricciones de una cuarenta de 180 días, en mayor o menor medida nos sigue golpeando a cada uno de nosotros".

No obstante, en ese espacio sostienen que cualquier reapertura debe ser en acuerdo con la comuna.

"La Municipalidad tiene todos los elementos para obtener la aprobación de la Provincia-aseguraron- y por lo tanto hay que apuntar a esas gestiones". Bajo dicho enfoque, sería contradictorio hablar de protocolos y no acordarlos en su implementación práctica con las autoridades locales para que estos sectores puedan seguir funcionando.