31 de agosto de 2025
El Municipio firmó un convenio para avanzar en la construcción de un Aula Nave, un edificio sustentable que combinará fines educativos, ambientales y comunitarios
El Municipio de Tandil firmó un convenio en el
marco del programa El Arraigo para avanzar en la construcción de un Aula Nave,
un edificio sustentable que combinará fines educativos, ambientales y
comunitarios en esa zona del paraje El Gallo.
Además de su carácter innovador en términos
ambientales, el Aula Nave será un espacio de encuentro y formación, pensado
para talleres, capacitaciones y actividades comunitarias vinculadas al cuidado
del ambiente, la producción agroecológica y la economía circular.
En esta primera fase se construirán sanitarios
ecológicos con recuperación de efluentes y sistemas de tratamiento que incluyen
consideraciones ambientales especiales.
La segunda etapa prevé la realización de un
salón en formato taller, que será levantado junto a alumnos y alumnas como
parte de una experiencia de aprendizaje práctico, donde los participantes
aprenden y construyen al mismo tiempo.
El acuerdo fue rubricado por el intendente
Miguel Lunghi, la secretaria de Desarrollo Productivo y Relaciones Internacionales,
Marcela Petrantonio, y el director de Asuntos Agropecuarios, Matías Posse,
junto a representantes de Solidagro, que administrará y gestionará los recursos
necesarios para concretar las dos etapas del proyecto; la fundación Fe Natural,
que realizará la gestión; N4ve, encargada de la idea, diseño y construcción, y
WOMPA.
Un
edificio con criterios de sustentabilidad
El Aula Nave se edificará utilizando
materiales recuperados de los Puntos Limpios municipales, como neumáticos,
botellas plásticas, latas y cartón, promoviendo la economía circular y el
compromiso ciudadano con la gestión de residuos.
El diseño contempla:
Muros de carga realizados con neumáticos
rellenos de tierra compactada, que aseguran aislamiento térmico natural.
Botellas y ladrillos ecológicos en las
paredes, que favorecen la iluminación difusa y reducen el uso de materiales
convencionales.
Sistemas de captación y reutilización de aguas
grises y pluviales para riego y mantenimiento.
Orientación bioclimática, con aberturas
diseñadas para aprovechar la luz solar y reducir el consumo energético.
Espacios interiores que podrán adaptarse a
actividades educativas, comunitarias y productivas.
Un
proyecto educativo y social
El proyecto se enmarca en la estrategia
integral de El Arraigo, un espacio educativo productivo de 21 hectáreas donado
por Pedro Etchevarne y su esposa, destinado a iniciativas de producción rural
sostenible y educación ambiental.
"Este nuevo espacio representa un paso
más en la construcción de un Tandil que mira al futuro, donde la educación, la
producción y la sustentabilidad se integran en beneficio de toda la
comunidad", destacó Lunghi.
El Arraigo tiene como objetivo principal transformar
este espacio en un modelo de sostenibilidad y aprendizaje, generando un impacto
positivo en la comunidad de Tandil a través de iniciativas alineadas con la
producción sostenible y el bienestar colectivo.
Sus propósitos específicos incluyen:
Fomentar la producción rural sostenible:
Incorporar prácticas agroecológicas que respeten el medio ambiente, reduzcan el
uso de agroquímicos y promuevan la biodiversidad.
Promover la educación y la capacitación:
Organizar talleres, jornadas y capacitaciones para estudiantes, productores y
la comunidad en general, con el objetivo de difundir prácticas sostenibles y
mejorar la calidad de vida.
Impulsar el desarrollo social: Generar
empleos, mejorar la seguridad alimentaria y fomentar la participación de
sectores vulnerables mediante programas inclusivos.
Apoyar la colaboración interinstitucional:
Vincularse con escuelas, organismos educativos y entidades del sector
productivo para articular acciones en torno a la sostenibilidad y la
innovación.
Desde su inicio, "El Arraigo" ha
sido un ejemplo de cómo la colaboración público-privada puede generar
resultados transformadores.
Entre sus logros destacan:
Producción agroecológica: Cultivos como mijo,
teff, trigo y zapallo han sido cosecha dos siguiendo prácticas sostenibles,
destinan do sus productos a la comunidad.
Capacitaciones y voluntariado: Se han
organizado jornadas educativas y de voluntariado, fortaleciendo el vínculo de
la comunidad con el espacio.
Apoyo comunitario: Los alimentos producidos
han sido distribuidos entre familias vulnerables, organizaciones locales y el
sistema de salud, generando un impacto tangible en la seguridad alimentaria
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