4 de abril de 2020
Bueno, ahí vamos... andando a ciegas. O mejor dicho: sin
andar porque tenemos la circulación prohibida. Pero el planeta sigue su ruta
alrededor del sol y girando sobre su eje...por tanto el retrasado otoño está
llegando, anoche con 7°. Hoy fue un sábado de sol pero a la tardecita ya
refresca mucho ¡Cuidado!
SABADO DIA #16... (El tercer sábado)
Superada la bronca de ayer, y agradeciendo a los muchos
lectores y sus "me gusta", entiendo que sentarme a escribir mis apuntes no es
una tontería.
Mientras desayunaba en mi privilegiado mirador, repasando titulares y
viendo gente con su bolsa en mano caminando en calma, me di cuenta que hoy
sábado (el tercero de la cuarentena), había menos tráfico. Mi madre tenía una
particular visión sobre las penitencias, el castigo y los límites; hoy sería
severamente criticada, pero los cuatro hermanos nos criamos y educamos con
límites, valores a respetar y "penitencias" inquebrantables -según mamá- la
experiencia sirve: "ya vas a aprender... porque lo vas a pasar mal, y de
los errores se aprende más rápido"
Suena el celular, cuando leí su nombre se me cruzó Marina y
su permanente desesperación. Olga destilaba un entusiasmo inusitado -"Helenita
querida, el sueño de mi vida! estoy esperando que me vengan a buscar,
morite...me voy tres días al country de Marina, si, si, SÍ!!!... me armo el
gabinete en un cuarto que ella tiene de sobra y haré pies, manos, depilación,
masajes...y tintura (que no es tan difícil, yo me la hago sola, le hago a la
Vero...hasta reflejos mirá) y logré llevar todoooooo lo que necesito, hoy con
Marina ya fuimos a una flor de farmacia y me surtí perfecto. Ella pagó porque
no tengo un mango, y me dijo "después arreglamos", creo que volveré el lunes o
martes...por ahí. Porque allá el vecindario tiene necesidad de belleza exprés,
como se dice. Ya tengo como seis clientas! ¿qué me decís?"- Te digo
que está loca de remate Olga, que no sé si podrás entrar, ni se cómo llegarás,
que no tenes una actividad registrada, que estamos en CUARENTENA y es muy muy
peligroso. No se cómo te animás Olga. Si vas presa no me llames -"Ahhh,
claro porque voy con un cartel, No! che, es todo muy personalizado y tipo
amistad. Además, no tengo un mango y esta puede ser mi gran oportunidad. Te
juro que le podré todas las pilas, anoche me lavé el ambo blanco y llevo el
celeste de masajes. No tengo batas, eso si, pero Marina les avisó:
La encrucijada de SALUD o ECONOMÍA es doméstica, es filosófica,
es política, es asunto de estado, es hasta religiosa, es mucho más que dinero.
Olga ni mu, cierro estos apuntes casi las 21 hs. y nada, ni mensaje ni llamado.
También leo que hoy el cobro de los jubilados tuvo más orden, no será mucho
pero es algo.
El paso de los años nos descarta y cuidar a nuestros mayores
(condición de la que formo parte), no siempre va de la palabra al acto, los
enunciados superan por lejos a las acciones. Como socióloga, anido en el pacto
tribal básico de familia, parentela, vecindad, barrio o paraje, para proyectar
desde ahí conductas que superan lo individual. El último siglo alentó la idea
del humano en sí mismo, aflojando lazos verdaderos. También alejó la verdad y
lo real. Lo falso, eso que parece que es... reemplaza lo
verdadero. Lo describió magistralmente Umberto Eco allá por 1985 ("La
estrategia de la ilusión"), denunciando al hiperrealismo de plástico
que generaba la ilusión de verdadero en lo falso, la "virtualidad" con enorme
tecnología terminó cerrando el paquete: ya vivimos como real lo que no existe y
...en soledad.
Porque amamos la ilusión por sobre la realidad... es un
morbo nacido en el siglo anterior que se perfecciona en este nuevo milenio:
"Disneylandia puede permitirse vender sus
reconstrucciones como obras maestras de la falsificación, dado que es eso lo
que efectivamente vende: las mercancías no son reproducciones, sino auténticas
mercancías. Lo que es falsificado es nuestro deseo de comprar, que tomamos por
cierto: en este sentido, Disneylandia es verdaderamente la quintaesencia de la
ideología consumista. Pero, una vez admitido el «todo falso», es preciso, para
gozarlo, que todo parezca verdadero: el restaurante polinesio tendrá pues, además
de un menú bastante verosímil, camareras tahitianas ataviadas con ropa típica,
vegetación acorde con el conjunto, muros de roca con cascaditas y, desde el
momento en que se entra, nada debe dejarnos sospechar que fuera exista
cualquier otra cosa que no sea Polinesia. Si entre dos árboles se vislumbra un
brazo de río que pertenece a otro sector -Adventureland-, el escorzo está
arreglado de tal modo que no parezca inverosímil ver en Tahití, a través del
seto vivo del jardín, un río como éste. Y si en los museos de cera la cera no
es carne, en Disneylandia, cuando hay rocas, son verdaderas rocas, y, si se
trata de agua, es agua de verdad, y un baobab es un baobab. Cuando hay algo
falso, hipopótamos, dinosaurios, serpientes de mar, esto no se debe a la dificultad
de tener el equivalente verdadero, sino al deseo de que el público admire la
perfección de lo falso y se someta dócil al programa. En este sentido,
Disneylandia, no sólo produce ilusión, sino que -al confesarlo- estimula el
deseo de ella: un cocodrilo verdadero puede encontrarse en el zoo, y
habitualmente dormita y se esconde, mientras que Disneylandia nos dice que la
naturaleza falsificada responde mucho más a nuestra exigencia de soñar con los
ojos abiertos"
(La estrategia de la Ilusión- Capítulo: la Ciudad de los
autómatas. U.Eco-Pág 29- Edit.Lumen 1999)
Pero la realidad nunca dejó de existir. Estuvo siempre y
sigue estando ahí; el COVID 19 nos conecta irremediablemente con ella. Es tan
cierto que decimos "parece una película"... no gente, así es la
realidad. No sale de las pantallas, nos rodea antes que se inventara la tele o
el cine y ataca peor que un zombi. Y lamento desilusionarlos: no hay control
remoto ni botón de OFF para apagar la realidad.
Cuídense mucho, convenzan a los viejos queridos que la
tarjeta de débito es dinero y no hagan trampa. La realidad no perdona.
Hasta mañana, si Dios quiere.
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