4 de agosto de 2020
El Frente de Todos Tandil emitió un comunicado para celebrar
el acuerdo con los bonistas extranjeros que le permitirán al Estado Argentino
obtener un ahorro de 37.000 millones de dólares durante los próximos diez años.
El documento resalta la celeridad del acuerdo en un marco de completa
fragilidad económica global. Le permitirá al país y a las empresas argentinas
acceder al mercado de capitales para obtener el financiamiento que requerirán
las políticas expansivas para la economía de postpandemia.
El acuerdo alcanzado en la renegociación de la deuda
argentina bajo legislación extranjera es, sin lugar a dudas, una buena noticia
para el conjunto de nuestro pueblo. El equipo económico encabezado por el
Ministro de Economía, Martín Guzmán, un experto en renegociación de deudas
soberanas, y comandado por el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, llevó
a buen puerto y en tiempo récord una negociación que, en más de una
oportunidad, estuvo amenazada producto del lobby de sectores financieros y
especulativos que articulaban su discurso
desde los principales medios de comunicación opositores de la
Argentina.
Finalmente y tras ocho meses de intensas negociaciones el
gobierno nacional pudo llegar a un acuerdo con los bonistas que durante cuatro
años participaron de la fiesta de deuda a la que los invitó la gestión del ex
Presidente Mauricio Macri. El "mejor equipo de los últimos 50 años" tomó deuda
irresponsablemente por más de 200.000 millones de dólares que sólo ingresaron
para multiplicarse en la rueda de la especulación financiera de la Lebacs
y las Leliqs - letras del tesoro
nacional que pagaban rendimientos irreales en pesos - y que luego de hacer la
bicicleta "dólares - pesos - dólares" terminaban siendo fugados a guaridas
fiscales producto de la falta de controles que el propio macrismo había
eliminado para favorecer e instalar un nuevo ciclo de endeudamiento y
fuga.
Nuevamente en la historia argentina un gobierno de
extracción popular hace frente al cumplimiento de la deuda que gobiernos
conservadores y ultra liberales tomaron irresponsablemente dañando el tejido
productivo del país. El acuerdo al que llegó el gobierno nacional es a todas
luces histórico aunque nos obligue a pagar una deuda que no tomamos para
reconstruir un país que no destruimos.
Tal como afirma el Presidente de la Nación, Alberto
Fernández, el acuerdo alcanzado con los acreedores internacionales y que
permitirá reestructurar 66 mil millones de dólares de deuda "despeja el
horizonte" e implica el enorme mérito de haber resuelto "una deuda imposible en
la mayor crisis económica que se recuerde y en el medio de una pandemia".
El acuerdo con los bonistas logra una quita cercana a los
40.000 millones de dólares, recursos de los que podrá disponer el Estado
Argentino para fortalecer la salida de la gravísima crisis económica que
instaló el macrismo en primer lugar y a la que se le sumó la pandemia de
coronavirus, la peor crisis sanitaria del último siglo que desplomó la economía
de las principales potencias del mundo como nunca en la historia.
Al igual que Néstor Kirchner en 2003, el gobierno que
encabeza Fernández avanzó en un proceso de desendeudamiento nacional y en el
cumplimiento de las obligaciones con los acreedores externos. En la historia
argentina sólo los gobiernos de Juan Manuel de Rosas, en el siglo XIX; de Juan
Domingo Perón a mediados de siglo XX; de Néstor Kirchner y Cristina Fernández
en las primeras dos décadas del siglo XXI y, hoy, el Alberto Fernández, son los únicos procesos
políticos que aflojaron las ataduras del endeudamiento externo que la mayoría
de la veces condiciona las decisiones soberanas de nuestro país.
El hecho de poder planificar el pago de la deuda recién
dentro de los próximos 10 años permitirá destinar ese dinero a la
implementación de políticas públicas nacionales que impulsen la demanda
agregada y el crecimiento económico, condición "sine qua non" para la
sustentabilidad de la deuda argentina. Para graficarlo con un ejemplo sencillo:
teníamos una mochila que pesaba 100 kilos y que debíamos seguir cargando de
manera imposible por los próximos años. A partir del acuerdo rubricado hoy con
los acreedores extranjeros, esa mochila pesa la mitad y recién la empezaremos a
cargar dentro de 10 años.
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