19 de octubre de 2019
por
Marcelo Bettini
En 16,7 kilómetros Tandil cuenta con siete
rotondas de las cuales cinco permiten entrar y salir directamente del casco
urbano. Algunas tienen deficiencias en la señalización, otras en la iluminación
y una parece haber sido diseñada -con notable éxito- para volcar camiones. Las
competencias administrativas cruzadas entre Municipio, Provincia y Nación
forman una Torre de Babel en la que cualquier intervención parece volverse
imposible.
En determinados
momentos del día cuando el tránsito es más intenso, ingresar a cualquiera de
estos distribuidores genera preocupación. En esas ocasiones atravesar la ruta, incorporarse
a su trazado, desviarse hacia las colectoras o ingresar a la ciudad puede ser
motivo de verdadera incertidumbre.
El paquete
conformado por falta de semáforos, deficiente señalización y una pavorosa
inconducta al volante del argentino promedio hacen que el tránsito por estos
conectores viales sea peligroso y en cierto punto angustiante. Un factor
decisivo de esta preocupación, coronada con frecuentes choques en estos puntos
específicos, lo marca la alta velocidad a la que circulan los vehículos por el
tramo urbano de la Ruta Nacional 226 (RN226).
Ese hecho que ya está
naturalizado agrava las falencias de infraestructura y no se percibe que haya controles
destinados a hacer efectivo el cumplimiento de la norma que fija el límite de
velocidad en el tramo urbano de las rutas en idéntica marca que en las avenidas
interiores: sesenta kilómetros por hora.
Estos problemas
son concurrentes en comunidades que, como la nuestra, están atravesadas por una
ruta. No ocurre lo mismo en las llamadas ciudades interiores como Balcarce, por
citar un ejemplo muy cercano.
¿Es una solución
convertirnos en ciudad interior trasladando la ruta? No lo parece. La expansión
urbana sigue avanzando hacia el sector donde algunos proyectos ubicarían la
ruta en un hipotético traslado. Es decir, en unos años la ciudad volvería a
alcanzarla. En este contexto no solo preocupan las rotondas sino las calles
que, allí donde no hay colectoras, directamente conectan con la ruta en zonas
pobladas como Villa Italia, La Blanqueada y Arco Iris.
Entonces, si no
se puede evitar que la ciudad esté atravesada por la carretera hay que buscar
otras soluciones para disminuir el peligro de circular por ella o atravesarla.
La más obvia,
económica y efectiva es la fiscalización de velocidad. Pero control activo -con
efecto inmediato- y no solo pasivo con radares o cámaras para recaudar después
de que efectivamente se concreta la infracción. La segunda es una mejora
integral de la señalización a lo largo de todo el tramo, particularmente en las
rotondas. La tercera es la correcta iluminación de las rotondas.
Claro que hay
proyectos que parecen superiores -y costosísimos- como elevar la ruta o soterrarla.
Pero cabe preguntarse por qué parece imposible poner en marcha soluciones
intermedias que no requieren una inversión tan difícil de costear.
COLECTORAS MORTALES
Otro punto donde
la inseguridad vial se muestra con regularidad es en las colectoras, particularmente
por la presencia a lo largo de su traza de camiones, acoplados y maquinaria
agrícola. El gran porte de estos vehículos estacionados contribuye para crear
condiciones que pueden derivar en accidentes, a veces fatales. La impericia al
volante y la falta de prudencia suele hacer el resto.
Los choques
contra camiones estacionados están presentes en las páginas policiales de los
últimos años, a menudo con desenlaces funestos. Suelen ocurrir en horario
nocturno o antes del amanecer y los casos más resonantes fueron protagonizados
por motociclistas. No obstante se han dado accidentes de día, sin reducción de
visibilidad.
Cabe señalar que
la mera presencia de camiones y acoplados (y cualquier otro vehículo)
estacionados en las colectoras Pugliese y Macaya no está permitida y allí es
evidente la falta de controles tendientes a erradicar esta práctica que se ha
vuelto común a lo largo de los años.
Si bien es cierto
que la administración local no tiene competencia en las rutas nacionales y
provinciales aunque estas atraviesen la ciudad, sí es responsable de vigilar el
cumplimiento de las normas en las colectoras, a las que se considera como
prolongaciones interiores del entramado vial urbano. Otra interpretación es que
son parte de las competencias del concesionario de la red vial, en este caso,
Rutas al Sur S.A. Pero cuando llega la hora de resolver los problemas, quienes
viven en una ciudad recurren al gobierno municipal como representante más
cercano del Estado.
En gran parte por
la falta de una playa de estacionamiento para camiones se ha vuelto costumbre
tolerada la presencia de estos vehículos desperdigados por la geografía urbana.
Con el agravante de la falta de señalización nocturna indicada por ley para
advertir a los demás conductores sobre la presencia de estos obstáculos
inesperados.
Y si hablamos de
obstáculos, la utilización de espacios verdes entre la ruta y las colectoras
como playa de exhibición de maquinaria agrícola provoca dificultades en la visibilidad y
contribuye al aumento del peligro de accidentes.
En el caso de los
camiones existe un problema concreto de difícil resolución en el plano
material: ¿Dónde enviarlos si no se cuenta con una playa de estacionamiento
específica?
La ordenanza 2358
que regula el uso de la vía pública recoge la preocupación y su modificatoria del
año 2011 establece:
"Hasta tanto se
concrete una playa de estacionamiento para camiones y acoplados,
semirremolques, etc., los sectores permitidos para el estacionamiento nocturno
en la planta urbana de la ciudad desde las 20 horas a las 6 del día siguiente,
serán exclusivamente las siguientes:
Avenida perón,
desde Avenida España a Aristóbulo del valle
Avenida
Aristóbulo del Valle desde Avenida Colón hasta Moreno.
Avenida Estrada
en toda su extensión.
Avenida Balbín
desde Garibaldi hasta Machado.
Avenida Machado,
desde Avenida Colón hasta calle Moreno, en vereda lindando la Estación del
Ferrocarril.
Cada vehículo
estacionado deberá colocar elementos con material reflectante para su mejor
visualización en horas nocturnas".
Lo deseable es
que al casco urbano ingrese la menor cantidad posible de vehículos pesados. Y
los que lo hagan cumplan la normativa vigente. En ese caso hay dos extremos, el
de quienes incumplen y el Estado que debe velar por la obediencia que requiere
vivir en sociedad.
Es muy probable
que la construcción de una playa de estacionamiento para camiones resuelva
estas cuestiones, pero el asunto viene demorado. Quien vio este tema con
anticipación fue el ex concejal Hugo Escribano, quien impulsaba el proyecto
desde su banca incluso antes de que Miguel Lunghi fuera elegido intendente.
Aquella prédica
de Escribano finalmente se impuso en la agenda pública con el nombre de "Polo
Logístico Tandil".
En el año 2013 el
gobierno municipal encomendó a la Facultad de Ciencias Económicas de la
Universidad Nacional del Centro un proyecto de factibilidad para instalar el nodo
logístico desde donde se ordenaría la entrada y salida de mercancías.
Los profesionales
dividieron Tandil en siete zonas y registraron la distribución espacial de
todas las actividades que implican movimiento de mercadería. Además, relevaron el
flujo de distribución de mercadería y analizaron la distribución espacial de
los establecimientos de acuerdo al rubro de actividades, clasificados en seis
familias.
Y llevaron a cabo
entrevistas con informantes clave en el área de la distribución para pedirles
opinión y conocer con mayor exactitud los desafíos que enfrentan. Cuatro años
más tarde el proyecto ya pulido fue presentado a la Cámara Empresaria y otras
instituciones de la ciudad.
El último avance
público se vio este año, cuando el Municipio, la Universidad y la Agencia de
Administración de Bienes del Estado
firmaron la carta de intención para la cesión de tierras para dos
proyectos estratégicos.
Las tierras para
las cuales se firmaron las cartas de cesión están ubicadas en inmediaciones de
la VI Brigada Aérea. Se trata de un predio de 80 hectáreas destinado al
proyecto del polo logístico impulsado por el Estado local, y otras 100
hectáreas para la conformación de la chacra experimental de la Facultad de
Ciencias Veterinarias.
El Polo Logístico
incluye un polo agroquímico, una playa de estacionamiento de camiones y el
centro de distribución de carga.
El secretario de
Planeamiento y Obras Públicas, Roberto Guadagna, explicó: "El principal
objetivo de la iniciativa es concentrar en un único ámbito todo el sistema de
movimiento de carga, fletamiento, depósito y estiba de mercancía en general,
productos terminados, commodities y otros tipos de mercaderías y cuestiones que
pretendemos retirar gradualmente del área urbana, en razón de los que
significa en la ciudad y el estado de
densificación actual y la saturación del sistema vial, particularmente del
tránsito".
Los proyectos que solucionarían los problemas de
las rotondas y los camiones en las colectoras están fuertemente condicionados
por el contexto económico: El Polo Logístico en el predio de La Huerta y la
Ruta Segura entre Vialidad Nacional y los consorcios PPP.
DONDE VUELCAN LOS CAMIONES
La rotonda de la
RN226 y Aristegui - Reforma Universitaria pudo hacerse conocida por facilitar
el acceso a la calle que conecta con el cementerio Pradera de Paz y el Campus
Universitario. Pero pasó a las primeras planas por la inusitada cantidad de
camiones que vuelcan al intentar transitarla.
El trazado
deficiente llevó a que los concejales de la Unión Cívica Radical reclamaran en
marzo de 2015 una readecuación de la obra. El bloque del oficialismo elevó una
nota al Ministerio de Planificación Federal para que modifique la traza, a raíz
de los múltiples accidentes que se registran en el lugar.
Los vecinos de la
zona siguen esperando una solución y los accidentes no se detienen. Quienes
viven en la intersección de Colectora Sur y Aristegui sufrieron incluso daño en
sus propiedades a raíz de los habituales vuelcos y choques que se producen en
el lugar.
Para los
camioneros es una maldición. La combinación de pendientes y curvas ha motivado
numerosos despistes, choques y unos
cuantos vuelcos.
En el ámbito de
los transportistas hablan de una "rotonda peligrosa y muy traicionera", incluso
en condiciones de visibilidad óptima.
Un caso testigo
de las dificultades de avanzar en tareas razonables que no requieren una
inversión gigantesca es el de la rotonda de la RN226 y la RP30 (Ruta Provincial
30). Ese distribuidor, el más grande de los siete mencionados, es muy peligroso
por las noches por la falta de adecuada señalización e iluminación. Los
representantes de la ciudad, ya sea del Departamento Ejecutivo o del Concejo
Deliberante, del oficialismo y de la oposición, han hecho gestiones y han
votado resoluciones desde la década del '90 advirtiendo la necesidad de
resolver el asunto. Pero nunca lograron que los gobiernos provincial y nacional
dieran una respuesta adecuada. De hecho, no dieron ninguna respuesta conducente
a los numerosos pedidos.
Luego de treinta
años de reclamos e infructuosas gestiones el anuncio del gobierno de Mauricio
Macri de constituir consorcios de participación pública y privada (PPP) pareció
traer esperanza en el sentido de que, finalmente, habría una intervención
estatal que ordenaría el tránsito en el paso urbano de la Ruta Nacional 226.
La red de
autopistas y rutas seguras a desarrollarse en el marco del Plan Vial Federal
incluyó 7500 kilómetros divididos en corredores adjudicados a distintos
consorcios. Tandil está contenida en el corredor "A", con una longitud total de
707 kilómetros entre Balcarce - Olavarría por RN226 y Las Flores - Coronel
Dorrego por RN3.
La traza se
caracteriza por poseer un alto nivel de tránsito en estas rutas con un gran
porcentaje de vehículos pesados, en especial de camiones transportando
agregados pétreos, cal y cemento en dirección a la Ciudad de Buenos Aires y las
ciudades que integran el Gran Buenos Aires como así también granos a los
puertos de Rosario o de Bahía Blanca.
A la presente
situación se le agrega, la gran cantidad de vehículos que la utilizan para
llegar a los centros turísticos de la zona.
El principal
objetivo del proyecto de este corredor vial es descongestionar el tránsito que
existe actualmente en las rutas que integran el mismo y brindar una mayor
seguridad para los usuarios disminuyendo los índices de accidentes de tránsito.
Mediante la
construcción de las obras, se logra reducir los tiempos de viaje y los costos
de operación de vehículos, mejorando las condiciones de accesibilidad y
conectividad de los circuitos de actividad económica, productiva y turística de
la zona.
Igualmente,
mediante la ejecución de variantes, se busca dar un reordenamiento del tránsito
en aquellas ciudades en donde la ruta atraviesa la traza urbana, separando el
tránsito pasante del local.
De esta forma, se
apoya la consolidación de uno de los corredores viales estratégicos del país,
con obras de aumento de capacidad que permitirán mejorar la seguridad vial y
fluidez de las rutas que integran el Corredor Vial A.
Las principales
son:
1-
Construcción
de Autopista en la RN Nº 3 en el Tramo Las Flores (km 183) - Azul (Km 307,10).
Incluye variantes de traza en las ciudades de Las Flores, Cachari y Azul.
2-
Pavimentación
de banquinas, construcción de carriles de sobrepaso y Obras de seguridad en la
RN N° 3 en el tramo Azul (Km 307,10) - Coronel Dorrego (Km 590,18).
3-
Pavimentación
de banquinas, construcción de carriles de sobrepaso y obras de seguridad en la
RN N° 226 en el tramo Mar del Plata (Km 0,00) - Olavarría (Km 300,00).
La imagen suministrada por Vialidad Nacional
muestra el detalle de la Ruta Segura proyectada para Tandil. Si bien el
proyecto ejecutivo no está terminado, se definió que durante la travesía urbana
la RN 226 vaya un poco elevada y las avenidas transversales como Espora, Rauch
y Falucho vayan a nivel y pasen por debajo de la ruta. La imagen corresponde al
cruce por Avenida Espora y su continuación Monseñor Actis. Esta obra eliminaría
la necesidad de las rotondas actuales y facilitaría el tráfico local y de peatones.
No se trata de viaductos para las calles transversales sino de elevaciones
tenues de la ruta, que comenzarán entre 500 y 700 metros antes de cada cruce. El
proyecto incluye colectoras pavimentadas unidireccionales / bidireccionales
entre El Paraíso y la rotonda de las RN226 y RP30, que sería rediseñada e
iluminada con tecnología led.
El tramo
identificado como "variante Tandil" refiere a 24 kilómetros de ruta segura que
estarían terminados entre 2018 y 2020.
Ese cronograma
fue establecido en un contexto económico anterior a la crisis actual, previo al
pedido de auxilio al Fondo Monetario Internacional y a la demora en la obra
pública que fue impulsada durante la primera mitad del gobierno de Cambiemos.
El financiamiento
para estos desarrollos no estuvo en su momento exento de advertencias de la
oposición por las tasas de interés elevadas. Incluso en el oficialismo se
anotaron para señalarlo. El secretario de Planeamiento y Obras Públicas,
Roberto Guadagna, fue uno de quienes en el propio espacio de Cambiemos apuntó
en ese sentido. "Nos vamos a endeudar a tasas carísimas, así que mejor que sea
para obras necesarias de infraestructura", apuntó el arquitecto.
Las advertencias
de propios y extraños finalmente tuvieron correlato en los hechos cuando el
gobierno nacional congeló las obras públicas con PPP en un contexto de alza del
riesgo país que encareció aún más la toma de préstamos. Era diciembre de 2018 y
el indicador que elabora JP Morgan había tocado los 782 puntos básicos (hoy
oscila sobre 1800 tras haber superado los 2200 puntos en la escalada que
comenzó después de las PASO).
Los programas de consorcios
PPP iban a permitir al Gobierno hacer obras sin gastar recursos propios y sin
aumentar el déficit fiscal y por eso eran la gran apuesta para reactivar la
economía en recesión, en un año en que Mauricio Macri busca la reelección. Pero si bien los recursos los aportan los
inversores privados, las altas tasas de financiamiento con el aumento del
riesgo país hacen que el negocio sea inviable.
En la actualidad no
está claro que estas obras se materialicen ni siquiera con una muy poco
probable reelección de Mauricio Macri. Tampoco es seguro que Alberto Fernández,
en caso de ser elegido presidente, cancele la iniciativa que está sujeta a la
posibilidad de financiamiento a tasas razonables que no atenten contra el
recupero de la inversión privada. Hoy, en cuanto a la materialización de esta
obra, impera un estado de completa incertidumbre.
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