12 de octubre de 2016
Ambos están
históricamente vinculados a la cultura de Tandil, especialmente al cine y a
este festival tan querido que está a días de realizar su muestra lanzamiento.
¿Cómo no dialogar con dos personas tan queridas para historia de este evento
que ya es marca registrada de la ciudad?
Recordemos
que del 28 al 31 de octubre se realizará una muestra no competitiva que
nucleará a las películas que fueron premiadas y destacadas en las pasadas
ediciones.
En estos
días, también se realizará el lanzamiento oficial del festival 2017, con
precisiones sobre la convocatoria, figuras invitadas y jurados, además de todas
las novedades en materia de estrenos, films consagrados y retrospectivas.
Estos
cuatro días de proyecciones y actividades, nuclearán parte del pasado y futuro
del festival, destinado a todo el público amante e interesado en el cine.
La sala de
exhibición será el Espacio Incaa Unicen del Centro Cultural Universitario (Yrigoyen
662).
Todas las
proyecciones y actividades serán con entrada libre y gratuita.
-¿Cómo
viven esta posibilidad de hacer una muestra lanzamiento de lo que será el
próximo Tandil Cine?
Ernesto
Palacios: -Me parece muy bien. Es bueno hacer una pausa en las cosas para ver:
cómo han evolucionado, lo bueno, lo que admite corrección, perfeccionamiento,
para proyectar en el tiempo una continuidad, una sustentabilidad de los
proyectos. Tener una mirada retrospectiva de lo que ha pasado en las catorce
ediciones anteriores es más que positiva, nos sirve a todos los que hemos
participado y también nos puede vigorizar para tener en adelante un festival
sólido, en franco crecimiento.
Julio Varela: -Creo que es oportuno tener un registro de lo que aconteció
en este festival. El presente se va a potenciar si hay memoria de lo que fue
esta construcción colectiva; cuando repasamos la lista de películas y los
artistas que vinieron, se comprenderá por qué perdura. No es fácil sobrevivir.
Pasado y
presente
-¿Qué
lugar siente que tuvo en este Festival del que fue parte en sus inicios?
Julio Varela: -El lugar de un cinéfilo y el lugar que me dio la
Universidad, a la que representé en los comienzos en mi carácter de Director de
Programación Cultural. A modo de anécdota recuerdo que, como periodista, estaba
entrevistando a Víctor Laplace que acababa de estrenar su primera película como
director, El Mar de Lucas. En un momento dijo: ?a Tandil le hace falta un
festival de cine, ¿con quién lo podemos hacer??, ?con la Universidad?, respondí
sin pensarlo. A partir de ahí, a través de las distintas gestiones, del
Rectorado y las respectivas secretarías, hasta que se sumó la Facultad de Arte,
la Unicen siempre apostó a esta iniciativa. Había sólo una decena de festivales
en el país, hoy hay más de cien. Con el agravante que empezamos en el año de la
peor crisis, el 2001. Lo bueno es que, desde el arranque, se trató de un
proyecto integrador. Víctor fue al despacho del Intendente -Zanatelli por
entonces- y éste le dio el visto bueno. Para que no se arrepintiera, ahí nomás
llamó a una conferencia de prensa y se anunció el festival. Parecía una locura.
No lo podíamos creer: era un viejo sueño.
Hay que recordar que los antecedentes colectivos más importantes de la
cinefilia tandilense fueron el Grupo Cine y el Cine Club Tandil, ambos
desarrollaron su actividad en tiempos de dictadura. Por fin, en democracia, los
pocos que quedábamos de aquellos emprendimientos, pudimos tener respaldos
institucionales, incluso de la esfera privada como la Biblioteca Rivadavia.
-Ernesto,
¿cómo se siente de ser parte de este Festival?
Ernesto
Palacios: -Es ser uno más en un equipo muy heterogéneo de gente que trabaja con
mucha pasión, mucho amor al cine, darle a la comunidad de Tandil una actividad
cultural más de jerarquía, beneficiosa y también es dar apoyo a nuestra propia
identidad nacional porque es cine argentino. A mí me gusta mucho ser parte de
un proceso colectivo que ha tenido su derrotero a lo largo de estos años y que
evidentemente, como pasa con todas las actividades culturales de Tandil, tendrá
larga vida.
-¿Cómo
viven que la Universidad, el Municipio y la Biblioteca Rivadavia compartan la
organización de este evento?
Julio Varela: -La verdad, con orgullo, en parte por ser miembro de una de
las instituciones, la Universidad, y además porque no es frecuente en el país
una alianza de esta naturaleza por la cultura.
Ernesto
Palacios: -A título personal es lo que soñé toda la vida. Yo deseo una
comunidad integrada, fortalecida desde las instituciones, no concibo otra
manera de trabajar que no sea juntos por el bien común y justamente en lugares
tan representativos e identitarios como la Municipalidad -que somos todos-, la
Universidad -que ha jerarquizado la ciudad, la región, que ha
puesto énfasis como pocas en la actividad artística- y una entidad centenaria
que tiene que ver mucho con el desarrollo de la vida cultural local como es la
Biblioteca Rivadavia. Todo eso me da una satisfacción enorme. Hay que trabajar
en forma conjunta para todas las cosas que conforman el quehacer cotidiano.
Momentos
inolvidables
-¿Cuál
es la película o el momento que más recuerdan o más les llegó al corazón en los
14 años que transcurrieron del Festival?
Ernesto
Palacios: -A mí me gustó mucho lo que ocurrió -afectivamente hablando- en el
primero y segundo encuentro, que aún no eran competitivos, donde había una
franca camaradería entre la gente que nos visitaba -realizadores, productores,
actores-, porque no estaba la competencia de por medio. Había un clima muy
disfrutable, donde la gente entregaba experiencia, conocimientos, donde
realmente aprendíamos y la pasábamos bien y eso se transmitía al público que
iba a la sala. Como espectador, a lo largo de todas las ediciones, hubo
películas que me gustaron y mucho, pero tengo un especial recuerdo de ?El
abrazo partido?, de Daniel Burman.
Julio Varela:- Las primeras ediciones fueron inolvidables por la
repercusión que tuvieron en toda la ciudad y por ver a tanta gente
comprometida, trabajando desinteresadamente. En lo personal, es inevitable no
mencionar el premio que recibí -cuando ya no estaba en la organización- de
manos de Graciela Borges, por mi trayectoria. Y si tengo que mencionar una
película, rescato una que la vio muy poca gente y pasó desapercibida: ?Boulevares
del Crepúsculo?, de Edgardo Cozarinsky, una obra bien cinéfila que incluso
habla de Robert Le Vigan, el gran actor francés que vivió y murió en Tandil.
También fue muy emotivo el reestreno, después de casi 30 años, de ?Cerro de
Leones?, un mediometraje tandilense, de Alberto Gauna.
-¿Qué les
parece que significó la llegada de la Sala Incaa para el Festival?
Julio
Varela:- Más que para el festival, para todo Tandil: el acceso a ver cine en
una gran sala, a precios accesibles y, a veces gratis, como en el festival. El espacio
Incaa retoma la vieja tradición de ver cine en el cine. El festival era una
especie de ?caminante errante? que fue de sala en sala, primero alquilando en el
complejo comercial; después, como no se podía seguir pagando, en el Teatro del
Fuerte y hasta en los cines Plaza donde hoy funciona el Club de Teatro. Pero
faltaba tener el cine propio, es decir de todos, y qué mejor que reacondicionar
el auditórium del Centro Cultural Universitario donde funcionó la última gran
sala que tuvo la ciudad, el Alfa. Incluso se compró un proyector nuevo de 35mm
hasta que con el espacio Incaa llegó la proyección digital que gozamos hoy.
Ernesto
Palacios: -Así fue. Es importantísimo porque las primeras ediciones se hacían
en el complejo comercial que hay en Tandil y por razones económicas se hizo muy
oneroso. La llegada del espacio Incaa fue realmente un acontecimiento cultural
muy importante.
La
invitación
-¿Por
qué no hay que perderse esta selección de películas?
Julio Varela: -Para que el romance que hay con el cine nacional se
transforme en un noviazgo definitivo y para que se compruebe que lo nuevo, lo
de ahora, no siempre es novedoso. Hay películas como ?La Niña Santa?, que tiene
más de diez años y sigue siendo una referencia ineludible.
Ernesto
Palacios: -El cine argentino es totalmente variado. Cuando hay producciones en
películas destacadas, no tienen nada que envidiarle a ninguna cinematografía
del mundo. Estamos en igualdad de condiciones en cuanto a calidad. Si las cosas
se hacen profesionalmente bien, están sustentadas en un buen guión, una buena
dirección, producción y actuación. El cine argentino es tan bueno y valioso
como cualquier otra cinematografía del mundo. Hacer juicios de valor comparando
o creyendo que hay inferioridad, es un error.
-¿Qué
mensaje le deja al público a días de esta muestra lanzamiento?
Ernesto
Palacios: -Que acompañen, porque está hecha para la gente. Realmente hay mucha
responsabilidad en la organización y los programadores, para que nuestra comunidad
pueda acceder a un cine que normalmente no tiene un gran circuito de
distribución. Algunas películas no hay posibilidades de verlas por otro medio.
Todavía se mantiene la entrada libre y gratuita que es muy difícil de sostener.
Los cuatro días que durará el festival serán la oportunidad de ver buen cine
argentino.
Julio Varela:-Que sea una muestra no competitiva no le quita ningún atractivo, al contrario, el público tendrá la oportunidad de ver un resumen de lo que ha sido el cine nacional en los últimos quince años, justamente el lapso en que pegó un gran salto en el plano estético e industrial y que lo llevó a tener presencia destacada a nivel internacional.
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