25 de octubre de 2016
Tercer puesto en Mini Giir di Mont (21km), 4° en Rosetta Sky Race (21km), 10° en Fletta Trail (21km), 19° en exigente Sierre Zinal (31km), 7° en su tramo de Staffeta 3 Reffugi y ganador absoluto del K42 de Saint'Eufemia. Los resultados de Diego Simon no dejan de sorprender. En menos de dos meses participó en seis competencias y demostró estar a la par de los mejores del mundo.
"En el k42 de Argentina, conocí a Marcos De Gasperi -cuenta Diego-. Él fue 6 veces campeón mundial en las carreras de montaña de la IAAF (Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo) y me invitó a hacer una gira por Europa."
Diego nació y creció en Tandil. Tiene 29 años y hace 16 que corre. Es profesor de educación física y mecha sus 20 a 25 horas de entrenamiento semanal, con clases que da en la Escuela Municipal de Atletismo, clases en Universidades y su propio grupo de entrenamiento (VO2 Max). Está contento con sus resultados: lo dice y lo demuestra en su sonrisa. Está agradecido por la ayuda que le brindaron, y no se olvida de mencionarlo. "Me di cuenta que nada es imposible y que entrenando duro todo se puede. El año que viene volveré a hacer la temporada, ya con una experiencia previa.", afirma el atleta.
Correr en el exterior es una experiencia diferente. No solo por lo que significa cada carrera y el desafío, sino también por lo que uno observa del deporte y su organización. Los Alpes, tierras en las que Diego estuvo corriendo entre agosto y septiembre de este año, tienen picos altos y agresivos, en gran cantidad y dificultad técnica. Pero además, la organización crea un entorno diferente: con infraestructura y atención constante hacia los corredores, con la presencia de atletas de elite de todo el mundo, cuidado constante, motivación, respeto y compromiso con el deportista.
En cuanto a lo técnico, Diego cuenta que la Sierre Zinal, en Suiza, fue la carrera más exigente y también la que más le gustó. Tiene un recorrido de 31km, con 2200 metros de ascenso y 800 de descenso, con puestos de asistencia cada 3km y monitoreo constante. A Diego todavía se le nota la emoción cuando lo describe: suma detalles, revive la experiencia y transmite cuando menciona su deseo de volver a estar ahí. No es para menos su emoción. Tanta es la exigencia de la carrera que hay premiación -en efectivo- hasta el puesto 20, para caballeros y damas, y Diego clasificó 19 con 2h48m01s.
Dentro de las carreras italianas, el tandilense se quedó con todo en el k42. Ni la lluvia, ni el barro, ni las bajadas técnicas fueron suficientes para detener a este visitante que se lució como local. Parece una locura cuando Diego habla de los desniveles que enfrentó. En Staffeta Reffugi, donde hizo equipo argentino junto con Pablo Ureta y Esteban Las Peñas, su tramo empezó con 4km de 800 metros de desnivel positivo, casi como un km vertical. En modalidad individual, la Rosetta Sky Race, es la que Diego resalta como más desafiante: 1800 metros positivos, en los primeros 10km del circuito (total 31km). El argentino, que terminó 4°, la completó en 2h13m, a sólo 4 minutos del ganador.
Las condiciones del deporte en Argentina
Esta experiencia por Europa, dejó en claro que Diego no sólo es uno de exponentes con más crecimiento en el trail del país, sino que también gana batallas internacionales. Su fuerte está en distancias medias, no ultras, que le permiten un ritmo más explosivo. La experiencia en otros países lo hizo pensar en su carrera deportiva. "En el exterior es posible correr profesionalmente. En todas las carreras se le da muchísima importancia al atleta de elite. En la infraestructura, la atención, hay premiaciones muy buenas que hacen que puedas practicar profesionalmente este deporte. Incluso en algunas hay dinero solo por participar, más el hospedaje, transporte y viáticos", indica. Y agrega: "Ellos quieren que vayan atletas élites porque para ellos son los que le dan nivel a la carrera. Y la gente que va a mirar les gusta mucho el ver a figuras internacionales. Alientan un montón en el circuito."
El panorama es muy diferente, al menos en lo que concierne a estos circuitos y distancias donde Diego participó. Se considera y premia al corredor para que pueda dedicarse 100% a ser deportista. Al menos, en su mayoría como contracara de lo que sucede en el país. Tienen un concepto diferente y de ahí también el nivel que llegan a alcanzar. Son circuitos en los que participan, según Diego, alrededor de 500 personas y, sin embargo, las premiaciones son excelentes.
En Argentina, en cambio, hay una movida más participativa que integra a los corredores sin la necesidad de competir. Es otra búsqueda, más enfocada en los amateurs que en la elite. Miles de amateurs buscan su arco, y conviven con una elite que además pelea por un crono y puestos. Tal vez queda reflexionar sobre cómo esta movida y las inscripciones que genera pueden ayudar a que deportistas de elite, como Diego Simón, sigan creciendo en nuestro país.
Por Yasmín Jalil (La Nación)
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