Policiales. Se realizó una nueva marcha pidiendo justicia por Milagros Quenaipe

Este sábado tuvo lugar en Tandil una nueva movilización para exigir justicia por el femicidio de Milagros "Mili" Quenaipe, la joven de 18 años asesinada en la madrugada del 31 de agosto en la esquina de Rodríguez y Uriburu.

Familiares, amigos y vecinos se reunieron otra vez en el sitio donde ocurrió el ataque, Rodríguez y Uriburu, y marcharon hacia la explanada del Palacio Municipal. En comparación con la primera convocatoria, la asistencia fue bastante más reducida.

En el cierre de la movilización, César, el padre de Milagros, tomó la palabra visiblemente conmovido. Agradeció el acompañamiento recibido en la primera marcha y lamentó la menor concurrencia: "Hoy siento que Tandil me está dando la espalda. No voy a rendirme, voy a seguir pidiendo una justicia verdadera para mi hija y más seguridad para todos".

Durante su mensaje, volvió a reclamar medidas concretas frente a la inseguridad: "No sé por dónde empezar, pero alguien tiene que hacerse cargo: la policía, el intendente, quien corresponda. Hay que controlar lo que pasa a la salida de los boliches, el consumo de alcohol, las drogas". Además, dejó una reflexión dirigida a otros padres: "Cuídenlos, porque perder un hijo es algo que no se supera nunca, está presente cada segundo".

César también insistió en la necesidad de una condena ejemplar: "Esperamos que la justicia actúe y que el asesino reciba la pena que merece. Nosotros ya quedamos condenados de por vida".

Por el crimen de Milagros Quenaipe, ocurrido el 31 de agosto, permanece detenido e imputado Wilson Sánchez, de 24 años.

A pesar de la menor cantidad de asistentes, la familia reafirmó su decisión de seguir movilizándose. "No voy a bajar los brazos hasta que se haga justicia. El tiempo que le den nunca será suficiente para el daño que causó", expresó el padre, quien reiteró su pedido de mayor compromiso del Estado local y de las fuerzas de seguridad en la prevención nocturna.

Mientras la causa judicial continúa, el entorno de Mili llamó a no olvidar el caso ni acostumbrarse a la violencia. "Nos arrancaron a una hija de 18 años -cerró César-. Necesitamos que Tandil no nos deje solos."