3 de junio de 2025
Diez años después del primer Ni Una Menos, se volvieron a ocupar las calles de Tandil para reafirmar una lucha que sigue vigente.
Un importante número de manifestantes se
concentró este lunes 3 de junio en la Plaza Independencia y recorrió las calles
céntricas de Tandil para conmemorar los diez años del movimiento Ni Una Menos.
La convocatoria local fue organizada por la
Mesa Intersectorial de Prevención y Abordaje de la Violencia Familiar y por
razones de Género y por la Asamblea Transfeminista Tandil, que leyeron un
documento conjunto durante el acto central.
Las organizaciones recordaron que fue el
crimen de Chiara, asesinada por su novio en Rufino en 2015, el que catalizó una
reacción masiva en todo el país. Aquel hecho, dijeron, puso en palabras lo que
muchas personas ya vivían: la violencia estructural y el disciplinamiento
patriarcal. "Nos encontraron con nuestros carteles y nuestras voces, pero
también incomodamos a quienes preferían que no hablemos del patriarcado",
señalaron en el texto leído desde el escenario.
El documento hizo hincapié en la memoria
colectiva como herramienta política, remarcando que el feminismo no comenzó en
2015, sino que es heredero de luchas históricas protagonizadas por mujeres y
disidencias que supieron abrirse paso "a los codazos", tanto en espacios
institucionales como en los vínculos familiares y cotidianos.
Las organizaciones también marcaron una
lectura crítica del contexto actual. Señalaron que el movimiento feminista
responde a "los permanentes ataques del sistema patriarcal" y también "al
neoliberalismo cruel hoy promovido por su mejor títere: Milei". Desde ese
lugar, asumieron el compromiso de seguir interpelando al presente con fuerza
colectiva.
Durante la lectura, se aclaró que las
movilizaciones no se reducen a los femicidios o travesticidios. "Lo que
repudiamos es todo el entramado de violencias machistas que hacen nuestras
vidas más precarias", indicaron. En ese marco, rechazaron una noción de
libertad basada en el mercado y en la falsa promesa de autonomía individual. En
cambio, defendieron una libertad ligada al derecho a decidir sobre los cuerpos,
a circular sin acoso, a vivir sin convivir con agresores y a habitar el
disfrute, el arte, la crítica y los cuidados.
"El problema no es el aborto, el problema es
el hambre, el no acceso a la vivienda, la desocupación y la precariedad que
impiden planificar nuestras vidas y proyectar futuros dignos", advirtieron en
otro tramo del texto. En ese sentido, destacaron los 20 años de la Campaña
Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y reafirmaron la
defensa de leyes como la ESI y la Ley de Identidad de Género.
El documento remarcó que cada 3 de junio
representa un hecho político en sí mismo, al que se llega con consensos
trabajados colectivamente, a pesar de las diferencias internas. "Nos
comprometemos en cada abrazo y cada mirada cruzada, entre quienes nos conocemos
y con quienes no, a nunca bajar los brazos", afirmaron.
También hubo referencias a luchas
convergentes, como la defensa del sistema previsional, la salud pública, la
ciencia, la tecnología y la educación en todos sus niveles. Se mencionó
específicamente el respaldo a quienes sostienen espacios comunitarios, a
personas con discapacidad, a quienes padecen enfermedades crónicas, a los
pueblos originarios, a las trabajadoras de salud, educación y crianza, y a las
ollas populares.
En otro tramo, se valoró que la asamblea local
tenga un carácter transfeminista y que esté integrada por quienes también
protagonizan las marchas del orgullo en la ciudad. "Sabemos que lo que nos
horroriza también nos activa", afirmaron, y celebraron que la furia trava
también sea parte del movimiento.
Sobre el final, se leyó un listado de
consignas que sintetizaron la amplitud de las demandas. Entre ellas, se repitió
la fórmula: "Sin políticas de género jerarquizadas e institucionalizadas no hay
Ni Una Menos", "Con ajuste y tarifazos no hay Ni Una Menos", "Con DNU y Ley
Bases no hay Ni Una Menos", "Sin salud mental y abordajes de los consumos
problemáticos no hay Ni Una Menos", "Sin vivienda digna no hay Ni Una Menos".
El acto cerró con una declaración clara: la
lucha contra la violencia de género y las desigualdades no se retira. "Nos
vamos con la tarea de redoblar esfuerzos para que nuestras casas, nuestros
espacios de trabajo, nuestras calles estén libres de violencias", concluyeron.
"Porque vivas, libres y desendeudadas nos queremos".
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