18 de diciembre de 2021
CHORADO. SOFRIDO. HISTÓRICO!
— Fortaleza Esporte Clube (@FortalezaEC) December 4, 2021
O GOL DA CLASSIFICAÇÃO PARA A PRÉ-LIBERTADORES!
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LA NOTA COMPLETA DE LA NACIÓN:
Valentín
Depietri, el héroe impensado: de Tandil a convertir un gol histórico para
Fortaleza en el Brasileirão
El
delantero de 21 años no conocía nada de su nuevo club, pero terminó dejando su
huella para conseguir el pasaje a la Copa Libertadores; su adaptación y la
influencia del entrenador Juan Pablo Vojvoda, otro argentino
En agosto de 2021, Valentín Depietri pisó por
primera vez Fortaleza, capital del estado de Ceará, en Brasil. En poco más de
tres meses, el delantero de 21 años, que nunca había defendido un equipo fuera
de su Tandil natal, donde vestía los colores de Santamarina, se convirtió en el
"héroe impensado", autor del gol más importante de la historia de Fortaleza
Esporte Clube, una de las instituciones más populares de la región nordeste, y
uno de los gritos más resonantes del Campeonato Brasileño que terminó la semana
pasada con la inobjetable coronación de Atlético Mineiro.
Su tanto ante Juventude, el único que
convirtió en el club hasta ahora, le dio el pase soñado e inédito a la Copa
Libertadores a un equipo que recientemente pasó ocho temporadas en la Serie C
(tercera división del campeonato brasileño), entre 2010-2017. Ese festejo, el
de la noche mágica del 3 de diciembre en el estadio Castelão, quedará grabado
eternamente en la memoria del bonaerense y, sin dudas, ya está tatuado en el
corazón apasionado de los torcedores del Leão do Pici.
A pesar de que recién lo supo cuando llegó a
Brasil y tras firmar el contrato que lo uniría a la institución tricolor hasta
julio de 2024, Depietri venía siendo monitoreado por el Centro de Inteligencia
del club cearense que, a su vez, le recomendó el perfil del jugador a Juan
Pablo Vojvoda, el cordobés que recientemente fue elegido como el segundo mejor
entrenador del Brasileirão (3% menos votos que Cuca, de Atlético Mineiro) por
la CBF.
"Del club, Fortaleza, no sabía nada,
sinceramente. Sabía que había playas hermosas en la zona, pero nada más.
Después me hicieron saber que este era un club con mucha historia, muchos
hinchas, que tiene una tradición de pelearla de abajo, con sacrificio", le dijo
el tandilense a LA NACION.
Cuando en la capital del estado de Ceará
muchos se preguntaban quién era el joven argentino que había llegado para
reforzar al equipo, Alex Santiago, Director de Fútbol del Tricolor de Acero,
fue rotundo. "Depietri es uno de los elegidos por nuestro Centro de
Inteligencia desde hace más de un año. Nos interesó el perfil por su explosión,
los arranques, su capacidad de gambetear en velocidad y su verticalidad",
explicó el ejecutivo.
Aún sorprendido por todo lo que estaba
sucediendo, Valentín se olvidó de indagar acerca del clima en la región
nordeste de Brasil y, acostumbrado a la frescura de las sierras tandilenses en
agosto, cargó la valija con ropas de invierno. En Fortaleza, le esperaban más
de 30º, como casi todo el año, independientemente de la estación. "Me traje
camperas, buzos y otros abrigos, pero desde que llegué no me puse ni un
pantalón largo. Al principio, los compañeros se reían bastante, me cargaban, lo
que también ayudó a mi integración", recordó entre risas el delantero, que
antes de demostrar su nivel tuvo que adaptarse a las elevadas temperaturas.
"Acá se entrena a la tardecita, porque a la mañana es imposible. Al principio
me costó un montón, pero ya me acostumbré", agregó.
Nacido y criado en Tandil, el Cabezón jugó en
las infantiles de Universidad Nacional del Centro (UNICEN). Antes de
incorporarse al plantel profesional de Ramón Santamarina, en 2019, entrenó
algunos meses con el equipo del aurinegro que disputa el torneo doméstico, la
Unión Regional Deportiva. Su vínculo con el club que hoy milita en el
Campeonato de Primera Nacional argentino, sin embargo, es de alguna forma
hereditario, ya que su abuelo, Guillermo Alberto Depietri, fue presidente del
club en la década del 80? y su padre, Memo Depietri, fue jugador de la
institución durante varias temporadas.
Mientras Valentín aún estaba en Santamarina,
una larga lista de clubes argentinos y del exterior le puso el ojo. "Tuve
ofertas de equipos de afuera, como los europeos, la MLS estadounidense y también
de equipos argentinos de primera división, entre ellos uno de los grandes",
sostuvo Depietri que, a pesar de las tentaciones, decidió mudarse a Fortaleza.
"Con mi representante entendimos que era lo mejor, el proyecto presentado por
Fortaleza nos interesó más. A mí viejo también le pareció bien, pero él no se
mete en eso, siempre me deja elegir a mí. A pesar de que cuando nos tuvimos que
despedir, antes del viaje a Brasil, fue un mar de lágrimas. Nunca antes nos
habíamos separado de esta forma", dijo.
El llamado telefónico de Vojvoda, que estaba
en el Tricolor de Acero desde abril, también fue un factor decisivo para la
elección. "Me llamó antes de venir. Fue muy claro. Me contó sobre el club, me
explicó cómo estaban trabajando, qué era lo que pretendían de mí y lo que él
creía que yo podía aportarle al plantel", recordó el Cabezón sobre esa charla
con el técnico argentino. "Eso sí, me adelantó que tendría que ir de a poco
para ganarme la titularidad, que no sería fácil. Fue una conversación corta, pero
sin vueltas", agregó el tandilense, asumiendo además que "no conocía la
trayectoria de Vojvoda, solo de nombre".
La presencia del exentrenador de Newell's,
Talleres, Defensa y Justicia, Huracán, entre otros, junto a sus ayudantes
también argentinos, Nahuel Martínez y Gastón Liendo, fue fundamental en los
primeros días del chico que nunca antes se había despegado de su familia, de
sus amigos y de su ciudad. "Ellos me ayudaron mucho al principio para poder
relacionarme. La cuestión del idioma, estar fuera de Tandil y lejos de mi
familia no habría sido igual sin ellos acá", explicó Depietri.
A propósito de las principales características
de Vojvoda, Valentín se sorprendió con "la intensidad". "Nunca vi nada igual.
Labura todos los días al 100%. Los entrenamientos son cortos pero muy intensos.
Vivimos practicando la presión alta, corriendo todo el tiempo", destacó el
delantero. "Fuera del entrenamiento, es todo lo contrario. Es un tipo muy
tranquilo. Me gustan los técnicos así. De alguna manera, me recuerda a mi
viejo, que también es un entrenador que quiere intensidad pero tiene un buen
trato", agregó haciendo referencia a Memo, su padre, quien lo dirigió durante
varios años en Tandil.
Más allá de que poco menos de un mes después
de su llegada Valentín Depietri se sentía adaptado al ritmo de la ciudad, al
calor y al estilo del equipo, las oportunidades no llegaban y debió
acostumbrarse a ver los partidos de Fortaleza desde el banco. "Me la pasaba de
suplente, casi no tenía minutos. Pero Juan Pablo (Vojvoda) me pedía calma, me
exigía más y más en los entrenamientos. 'Ya va a llegar tu momento', me decía".
Y el
momento llegó. Después de un par de partidos en los
cuales saltó desde el banco y demostró sus habilidades, la hinchada de
Fortaleza empezó a pedirlo. Fue en el compromiso más importante de la historia
del Leão do Pici que Vojvoda lo mandó a la cancha. Ante Juventude, con más de
45.000 en el Castelão, el equipo tricolor necesitaba vencer a los gaúchos para
asegurarse un lugar, al menos, en la Pre-Libertadores 2021, algo que nunca
había sucedido. "Cuando me llamó para entrar, me dijo que esté tranquilo, que
no me desespere". En el minuto 37 del segundo tiempo (seis minutos después de
haber ingresado), cuando la ansiedad se había adueñado de todo el estadio, Depietri
fue más rápido que los defensores para rapiñar un saque de arco mal ejecutado
por Douglas Friedrich, arquero del albiverde, y la cruzó de derecha para
desatar la locura en la capital cearense y todo el nordeste brasileño.
Enseguida, el festejo. Tal vez, el momento más
fantástico de la aún corta vida del delantero tandilense. Sin detener su
carrera, corrió hasta los hinchas y lo gritó con ellos, poniéndole el alma a la
euforia. "Cuando llegué, nunca pensé que esto me podía pasar. Fue
impresionante. Apenas le gané la carrera al defensor pensé en gambetear al arquero
pero no salió, entonces la coloqué a un palo, tanto que pegó en el poste y
entró pidiendo permiso", recordó sobre la jugada del triunfo épico. "Volví a
ver el gol, pero lo que más me emociona es el festejo. Sinceramente, no sabía
qué hacer, salí corriendo mirando para cualquier lado, quería abrazarme con los
hinchas. Ese estadio, ese marco, parecía un sueño", agregó, agarrándose la
cabeza, casi reviviendo aquella noche vibrante.
Desde aquel gol histórico, la vida se puso aún
mejor, tanto para Valentín como para Fortaleza, que un par de días después de
la victoria ante Juventude se clasificó directamente a la fase de grupos de la
Libertadores, tras el tropiezo de Fluminense (rival directo) ante Bahía, 2 a 0.
"Acá son locos por el fútbol. Desde que llegué me reconocen en la calle, lo que
a mí nunca me había pasado. Tras el gol, estuve media hora firmando autógrafos
y sacándome selfies. A pesar de que no estoy acostumbrado, no me molesta
detenerme el tiempo que sea necesario para lo que los hinchas quieran. Alguna
vez también estuve de ese lado y, aún hoy, si me lo llego a cruzar a Messi le
voy a pedir todo", contó.
Durante la entrevista con LA NACION, Depietri
se muestra ansioso, a pesar de que ya no quedan partidos para esta temporada.
Horas después partiría hacia el Aeropuerto Internacional de Fortaleza para
subirse a un avión y pasar las vacaciones con los suyos, en Tandil. "Me están
esperando con un asado, me muero de ganas de verlos a todos, estoy ansioso",
comentó sobre su regreso a la Argentina. "Es impresionante el apoyo que recibí
desde mi ciudad. Me explotó el teléfono de mensajes tras el gol a Juventude.
Mucha gente en Tandil está atenta a la campaña de Fortaleza, ve los partidos.
Pensé que eso nunca podía pasar. Mi viejo recibe muchas felicitaciones y se
emociona, es un orgullo", agregó.
Más allá de las celebraciones con sus seres
queridos en casa, Depietri sabe que el reencuentro será apenas una estación de
potencia para encarar la que, probablemente, será la temporada más importante
de su carrera, en un lugar que si bien no es Tandil, ya se asemeja mucho más a
un hogar. "Para mí, uno siempre está feliz donde se siente cómodo, y hoy en
Fortaleza estoy muy feliz. Me acostumbré de a poco a vivir solo, y acá todos me
respetan, me demuestran su cariño. En 2022, tengo mucho para seguir
aprendiendo. Del cuerpo técnico, de mis compañeros de equipo con más
experiencia y, por supuesto, del fútbol brasileño, donde todos son muy
técnicos, todos juegan muy bien. Estoy en una liga, el Brasileirão, que cada
vez tiene más estrellas que admiro", detalló.
Por las fiestas de fin de año en Tandil,
Vojvoda no necesita preocuparse. Más allá de los asados, Depietri promete que
no habrá excesos y que, inclusive, seguirá entrenando. "Aumenté algunos kilos
de masa muscular desde que llegué, lo que es importante para evolucionar en una
liga tan competitiva como la brasileña. También cambié mi dieta, me acostumbré
a las comidas. Pretendo volver mejor que antes y ser aún más protagonista en
Fortaleza", prometió el delantero, que a pesar de su juventud demuestra un
equilibrio perfecto entre el futbolista profesional y el chico de Tandil que,
aún hoy, ama "jugar a la pelota".
FUENTE: FEDERICO CORNALI / LA NACIÓN
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