16 de agosto de 2016
por
Brando Bruni
Cuando Juan
Martín Del Potro entró al Palacio Municipal, camino al balcón donde saludaría a
todos los tandilenses, muchísima gente le salió al cruce pidiéndole una foto o
aunque sea un saludo.
Una de
todas esas personas que se le acercó fue Camila, que a la vista no es solo una
fan más. Eufórica, se arremangó la campera y le mostraba el antebrazo, donde
desde lejos se notaba que llevaba tatuada una inscripción.
Pasado el
tsunami humano que provocó Delpo, con más tranquilidad, Camila (que ahí nos
dijo que se llamaba así) nos mostró el tattoo. Con una tipografía similar a la
de una maquina de escribir, dice claramente "Delpo
06 03
Un dato
notable es que se vino desde Mar del Plata, únicamente con la intención de
tenerlo cerca un ratito. "Salí a eso de
la 1 de allá y ahora ya me voy", explicó.
Camila
tiene 21 años, desde los 14 es fanática de La Torre, desde 2008, cuando lo vio
jugando la Copa Davis en su ciudad. Y esa pasión se le notaba mucho en su
sonrisa de oreja a oreja.
También nos
dijo que se lo mostró y Delpo sonrió, o algo así, en tanto lío difícil saber si
llego a ver el tatuaje o no. Lo importante: ella estaba feliz.
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