Opinión
08/05/2018
A medida que nos acercamos al Bicentenario de Tandil, surgen distintas opiniones que tratan de explicar el "acuerdo" firmado recientemente por el Municipio, la Universidad y otras Instituciones, que hasta el momento parece ser controvertido. En el discurso todo parece estar bien estudiado, sin embargo, cuando se comienza a profundizar sobre los ejes, que posibilitarán definir políticas públicas y proyectos en los próximos 5 años, aparecen muchas dudas que hacen pensar que el Acuerdo del Bicentenario es solo una "puesta en escena".
por
Eduardo Ferrer
Estoy de acuerdo con el intercambio de ideas acerca del
bicentenario de la ciudad y en este sentido quiero expresar sobre cómo se puede
interpretar e incorporar la cultura, la
identidad y la memoria en esta fecha significativa.
Pero antes de comenzar con este análisis, me gustaría
compartir una reflexión: es importante que toda la comunidad participe en un
proyecto de esta naturaleza, que será exitoso en la medida de que el colectivo
se sienta protagonista, porque en definitiva, la historia no solo le
pertenece a los "grandes" hombres, sino
al conjunto de la sociedad. Las voces de la población de Tandil, sin
excepción deben ser escuchadas.
Qué concepción tenemos de la cultura, la identidad y la memoria para su
puesta en valor de cara al Bicentenario de Tandil.
Cultura
Ya sabemos que a lo largo de la historia, la noción de
cultura ha tenido distintos significados y matices. Durante muchos siglos fue
un concepto inseparable de la religión y del conocimiento teológico; en Grecia
estuvo marcado por la filosofía y en Roma por el derecho, en tanto que en el
Renacimiento lo impregnaban sobre todo la literatura y las artes. En épocas más
recientes como la Ilustración fueron los grandes descubrimientos científicos
los que dieron el sesgo principal a la idea de cultura.
Sin embargo, la gran preocupación por el estudio de la
cultura se produce en la segunda mitad
del siglo XX, cuando se convierte en un tema central de las ciencias sociales y
más concretamente de la Antropología, que dará un impulso en el estudio de
cuestiones difíciles de cuantificar como son las creencias, costumbres,
relaciones familiares, instituciones, es decir, bienes simbólicos que quedarán
comprendidos bajo el término de cultura.
Para la antropología, No hay tampoco jerarquías en el ámbito
de la cultura: todas están en el mismo plano de igualdad. Han existido y
existen pueblos con mayor riqueza material que otros; pero también existen
culturas que no se destacan materialmente pero poseen una riqueza espiritual y son poseedoras de un
inmenso patrimonio inmaterial.
Entonces, me parece que debiéramos considerar a la cultura como el "conjunto de los rasgos
distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que
caracterizan una sociedad o un grupo social". La cultura incluye, además de las
artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser
humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias". Es la
cultura la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales,
críticos y éticamente comprometidos. En mi opinión, a este concepto debiéramos
apuntar.
Identidad
Otro concepto que debemos debatir es el de la identidad
cultural, término que comenzó a utilizarse con frecuencia después de la Segunda
Guerra Mundial y se presentaba habitualmente cuando una cultura entraba en
contacto con otra.
Para nosotros, surgió en el momento en el que los criollos
organizaron los movimientos de emancipación política de España a finales del
siglo XVIII. Entonces surgió la pregunta
en torno a "quiénes somos
La identidad cultural encierra un sentido de pertenencia a
un grupo social donde se comparten rasgos culturales, como costumbres, valores
y creencias. Está ligada a la historia y al patrimonio cultural.
La identidad cultural no existe sin la memoria, sin la
capacidad de reconocer el pasado, sin elementos simbólicos o referentes que le
son propios y que ayudan a construir el futuro.
Pero también necesitamos del encuentro con el otro, del
entrecruzamiento con otros lenguajes para que la identidad no se vuelva
violenta ni autoritaria. En efecto, uno de los fundamentos de la democracia es,
el reconocimiento de la diversidad. Sólo podemos vivir con nuestras diferencias
si nos reconocemos mutuamente como culturas diferentes.
Las identidades están hechas de narraciones, de imágenes, de
sonidos; de historia que nos cuenta y que contamos. Todo esto nos hace parte
del nosotros. Vibramos en sintonía cuando
estamos conectados con historias que son partes de nuestras vidas.
Entonces, para fortalecer la identidad de los tandilenses,
es importante la memoria cultural como símbolo social de preservación
identitaria.
Memoria
La memoria es la condición excluyente de toda nacionalidad,
el mapa genético de una comunidad; la
memoria es la que nos permite saber de dónde venimos, quiénes somos-
Por tal motivo siempre es importante apelar a la memoria
para la reconstrucción del pasado, ya que esta representa una brújula en la
orientación hacia las construcciones colectivas.
Un pueblo que va perdiendo su memoria, es un pueblo débil,
fácil de dominar y más aún, casi sin
darse cuenta se prepara para adoptar,
como suyas, memorias que le son extrañas. El historiador Jacques Le Goff expresaba que la destrucción de la memoria,
de la historia del pasado, es una marca terrible para una sociedad. La memoria
colectiva de una sociedad llega a constituir una especie de patrimonio común de
la misma, con la que los individuos se encuentran desde que nacen. De esta
forma, aunque el contenido de la memoria varíe de un sujeto a otro, es posible
encontrar algún consenso alrededor de los valores, aprendizajes y enseñanzas
asociados a los recuerdos.
En otras palabras: recuperar la memoria cultural es permitir
que las huellas del pasado se haga presente en nuestras vidas. Es participar en
la elaboración de nuestro legado para los hombres y mujeres del mañana.
El acuerdo del Bicentenario de Tandil, nos compromete a
pensar en el diseño de políticas culturales estratégicas para los próximos diez
o quince años y es el camino propicio para
reflexionar, aportar ideas y acciones en múltiples encuentros.
Fuentes
García Canclini,
Néstor "Las transformaciones en el
análisis de las políticas culturales", en Políticas culturales en América
Latina.
Vidrio, Silvia
Gutiérrez ANUARIO DE INVESTIGACIÓN.
UAM-X · MÉXICO ·
Pierre Bourdieu:
Capital cultural, escuela y espacio social
Jacques Le Goff J.
1988. Histoire et mémoire. Gallimard, París.
Diario La Nación
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