SALUD
27/04/2018
Las terapias orientales eran en argentina en la década del noventa terapias conocidas por pocos y cuestionadas por muchos, exóticas para aquellos que podían acceder a un servicio costoso como lo eran. En argentina la masoterapia en general fue tomando un rumbo mucho más preventivo para la salud que un lujo para pocos, y el shiatsu y el tailandés no quedaron afuera de este gran cambio.
por
Alejandro Fabianich
Oriente y occidente se fusionan para comprender el abordaje
de estas técnicas basadas en su totalidad en el paradigma oriental, la ley
universal del tao que otorga la creencia del yin y el yang, dos elementos tan
opuestos como complementarios dando el nacimiento a la energía. La creencia
oriental, aun hoy discutida para occidente, logro una apertura óptima para que
tanto el shiatsu como el tailandés no solo tuvieran su crecimiento en el campo
de la masoterapia, si no también, en la estética corporal y una relevancia
particular el programa corporal tailandés en el deporte.
Para poder comprender más sobre estas terapias vamos a
desarrollar brevemente cada una:
Shiatsu como su nombre lo indica es la presión ejercida por
los dedos (shi: dedo / atsu: presión). Presión que se ejerce sobre puntos específicos del cuerpo activando el
flujo energético, teniendo como objetivo la auto curación, el auto equilibrio y
la auto sanación. Logrando el bienestar tanto fisico, mental y emocional del
paciente.
Es una terapia de las más antiguas, creada en Japón, hace
aproximadamente 2500 años.
Donde los sacerdotes taotistas utilizaban un sistema de
puntos de presión buscando la armonización de la fuerza vital.
En 1925 tokujiro namikoshi, abrió el primer instituto
shiatsu de terapia, en hokkaido. En 1940 namikoshi fundo el instituto japonés
de shiatsu en tokio y en 1957 la escuela japonesa de shiatsu recibe el
reconocimiento y la aprobación del ministerio de sanidad y bienestar del Japón.
Pasando al programa corporal tailandés podemos comenzar con
su importancia en el dolor a nivel muscular y como será este su objetivo
principal, aliviando la tensión y el malestar generado por la misma tensión.
Este beneficio se logra gracias a la activación sobre el
sistema circulatorio, la mejora sobre la elasticidad de los músculos,
reduciendo la rigidez articular y fomentando la flexibilidad.
Esta terapia oriental está basada en estiramientos buscando
la activación y equilibrio de las líneas sen, estructuras aun no reconocidas
por occidente.
Ambas terapias son un complemento excelente para cualquier
masoterapeuta que quiera ampliar su experiencia, y así poder generar el
bienestar de sus pacientes tanto física, mental como emocionalmente.
Alejandro Fabianich
Director Académico de ISET
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