TEMUCO
22/01/2018
500 trabajadores y trabajadoras de la economía popular de todo el país viajaron para participar de la misa oficiada por el Papa Francisco en la ciudad de Temuco, Chile.
Este 17 de enero 500 trabajadores y trabajadoras de la
economía popular de todo el país viajaron para participar de la misa oficiada
por el Papa Francisco en la ciudad de Temuco, Chile cuyas palabras fueron
"La unidad pedida y ofrecida por Jesús reconoce lo que cada pueblo, cada
cultura está invitada a aportar en esta bendita tierra. La unidad es una
diversidad reconciliada porque no tolera que en su nombre se legitimen las
injusticias personales o comunitarias. Necesitamos de la riqueza que cada
pueblo tenga para aportar, y dejar de lado la lógica de creer que existen
culturas superiores o culturas inferiores"
. De esta delegación fueron parte integrantes tandilenses de Misioneros
de Francisco y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), ambas
organizaciones como parte de la Confederación de Trabajadores de la Economía
Popular (CTEP).
También participaron
de un Encuentro de Movimiento Populares en el barrio intercultural -territorito
de la comunidad Mapuche Curruhuinca-, San Martin de los Andes, el jueves 18,
donde se realizó una puesta en común del mensaje del papa Francisco, y se
compartieron las diferentes realidades del sector de los trabajadores y
trabajadoras de la economía popular en nuestro país a fin de encarar "otro
año de organización, solidaridad y lucha por las 3T: Tierra, Techo y
Trabajo".
De este encuentro y como conclusión del mismo, se redactó el
siguiente documento:
Hoy, 18 de enero de 2018, los movimientos populares reunidos
en el barrio Intercultural -territorito de la comunidad Mapuche Curruhuinca-
debatimos sobre Paz, Tierra, Techo y Trabajo. Es el final de un largo viaje,
que fue posible gracias al esfuerzo y la solidaridad de las organizaciones
hermanas de Chile y Argentina. Viaje que los medios masivos quisieron ensuciar
con interpretaciones de mala fe, para lastimarnos y lastimar a un amigo de los
pobres: el Papa Francisco. Fuimos a Temuco a escuchar sus palabras, que nos
ayudan a encontrar la paz y la unidad con la que sueñan nuestros pueblos.
Estamos cansados de que los medios masivos de comunicación
nos presenten como vagos -cuando sufrimos la expulsión del mercado laboral y
salimos a inventarnos nuestro propio trabajo-, violentos -cuando sufrimos la
represión y la persecución policial- y usurpadores -cuando nos echan de
nuestras casas y tierras-. Los grandes medios traen sus cámaras solo cuando hay
conflictos en nuestros barrios y violencia en las manifestaciones. Así
alimentan una imagen mentirosa de nosotros, mientras invisibilizan el esfuerzo
que hacemos cotidianamente para crear y sostener una vida digna. Esa
comunicación perversa se construye sobre la negación de nuestros derechos.
No hay periodistas indignados cuando en los días de calor se
corta la luz o no tenemos agua, cuando se inundan las calles por la falta de
desagües y cloacas; cuando debemos caminar varias cuadras para acceder al
transporte público; pero tampoco cuando inauguramos un club o una salita;
cuando nuestros hijos terminan el jardín o salen de un centro de tratamientos
de adicciones, ambos construidos por nosotros mismos. No vienen cuando creamos
cooperativas con los liberados de los penales que logran reducir la
reincidencia, ni cuando terminamos una obra de cloacas o una vivienda social.
No vienen cuando inauguramos un polo textil para luchar contra el trabajo
esclavo o recuperamos empresas quebradas fraudulentamente. No vienen cuando
reciclamos toneladas de residuos que irían a parar a un basural o producimos
alimentos sanos sin agro tóxicos. No vienen cuando la policía nos pide coimas
para vender en la calle pero si cuando nos apalean para expulsarnos. Tampoco
vienen cuando alimentamos a los niños que el sistema excluye en nuestros
comedores y merenderos.
Estas con las conclusiones de los talleres de hoy para
afrontar la lucha de este año por las tres T:
Nos vemos en la necesidad de seguir diciendo que la tierra
debe ser para quien la trabaja. Para las comunidades campesinas e indígenas es
necesario profundizar su relación con la tierra, que no es posible sin una
reforma agraria y el acceso justo a la vivienda que respete la soberanía y los
derechos de los pueblos a sus territorios.
Nuestro trabajo es positivo para la sociedad: creamos
bienes, brindamos servicios, y principalmente, mejoramos las condiciones de
vida de nuestros compañeros y compañeras. Proponemos el "buen vivir",
diferente a la vida consumista que nos propone este sistema. Difundimos la
cultura del trabajo organizado colectivamente, porque estar juntos es lo que
nos permite sostener nuestro ánimo y autoestima frente a la exclusión, ataques
y persecuciones. Quienes más sufren la estigmatización son los jóvenes de
nuestros barrios, asediados por las mafias policiales, mediáticas y del
narcotráfico. Por eso asumimos el compromiso de construir una juventud
despierta, comprometida e integrada al mundo del trabajo.
La expulsión de nuestros territorios, la precarización de la
vida en nuestros barrios, la desvalorización de nuestro trabajo comunitario,
son parte de la violencia que sufrimos todos los días. En especial los pueblos
originarios, que la sufren hace más de 500 años. No somos violentos sino
víctimas de la violencia. Nosotros queremos una paz basada en la justicia
social.
Consideramos que la comunicación es una herramienta y una
estrategia central para los movimientos populares y sus luchas. Debemos
trabajar por construir nuestros propios medios, formarnos y desarrollar
estrategias comunicativas propias. Fortalecer los que ya tenemos y defender las
leyes vigentes -que el Estado cumple a cuentagotas- para garantizar nuestro
derecho a la comunicación.
Inspirados en la homilía de ayer de Francisco reafirmamos
que la unidad que nuestros pueblos necesitan reclaman que nos escuchemos, pero
principalmente que nos reconozcamos. Por esto es indispensable la puesta en
marcha de mesas de dialogo conjunto para avanzar en soluciones al acceso a la
vivienda digna, a la tierra y los derechos de los trabajadores de la economía
popular. Sobre todo es importante el dialogo para alcanzar la paz, en este
momento de ataque y criminalización del pueblo Mapuche. En consonancia con la
Conferencia de prensa desarrollada el día de ayer en el Cerro Ñielol,
proponemos fortalecer el diálogo entre la Iglesia y el Pueblo Mapuche con el
objetivo de trabajar en la línea que Francisco propuso en el II Encuentro de
Movimientos Populares de Santa Cruz de la Sierra y su homilía en Temuco donde
pidió perdón por las atrocidades cometidas a los Pueblos Originarios y
reconoció la deuda histórica con los Pueblos de Abya- Yala, América.
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