Opinión
22/01/2018
En la novela 1984 George Orwell describe a la humanidad como un ente sumiso que se encuentra en permanente vigilancia. Hoy nos miran a todo momento. Ya no navegamos en internet, hoy nos despertamos, compramos, comemos, leemos, viajamos, conducimos, dormimos, entrenamos, estudiamos e incluso cortejamos parejas desde internet.
por
Francisco Sola
Por
la utilización de las apps podemos mejorar diferentes aspectos de nuestra vida
y a pesar de que la mayoría sean gratuitas no lo son, porque siempre estamos
mandando algo que las empresas valúan cómo el "oro digital", es decir: la información,
datos puntuales de nosotros. Cuándo nos despertamos, cuántas horas de sueño
solemos dormir, cuándo, cuánto y qué compramos, comemos, leemos, estudiamos y
demás acciones de nuestra vida. Pero incluso, brindamos la información de
nuestro poder adquisitivo, qué gustos tenemos, nuestra rutina, corriente
política o si seguimos enamorados de otras parejas anteriores.
2,5
mil millones de GB por año generamos de datos, es decir que cada dos años
generamos el 90% de la data existente en toda la historia humana. Si, leíste
bien, cada dos años internet procesa en la nube todo lo escrito en nuestro género
humano. Toda esta información titánica se le llama BIG DATA y esta, en
definitiva, se procesa, segmenta y se utiliza para saber nuestras preferencias
para poder maximizar las oportunidades de negocio en cada ámbito de la vida,
desde el gastronómico, tecnológico, médico o incluso más peligroso, sobre los
gustos y preferencias políticas.
Los
datos se procesan por medio de poderosos algoritmos que se encargan de buscar
patrones y desglosando sus vectores llegan a casi el infinito de posibilidades.
Por sólo citar ejemplos conocidos sobre los algoritmos que se nutren de la Big
Data:
-
Youtube: ¿Lo usan verdad? ¿Vieron la excelente recomendación
que da para ver los videos que más nos gustan? Bueno, son poderosos algoritmos
que se retroalimentan y que el mismo algoritmo se perfecciona a sí mismo para
perfeccionar la búsqueda de nuestros datos. El algoritmo mezcla la frecuencia
diferentes vectores como lo son la duración de los videos que miras, si lo
pausas, si lo repetís, si seguís mirando otros videos similares, si usas sus recomendaciones
y un sinfín de vectores que agregan los desarrolladores que son un secreto
absoluto. Y todo lo hacen para que pases más tiempo en su página y que consumas
más anuncios.
-
Facebook: ¿También lo usas no? ¿Leíste las Bases y
Condiciones? Bueno, básicamente le sedes y le permites usar toda la información
que emites. Dónde trabajaste y estudiaste, de quien sos amigo, tus parejas,
tus chats, tus publicaciones, tus fotos, lo que buscas, a quien stalkeas y toda
información que subas. Todo eso tiene un valor incalculable para Facebook que
utiliza para vender la publicidad segmentada y hacer que pases el mayor tiempo
posible entre otros negocios que desconozco. Esto lo hace por medio de
algoritmos que identifican a quienes le pones más likes, con quién interactuás
y qué noticias consumís. ¿Qué quiere decir esto? Que "desaparece" a las
personas con quienes no interactuás. Si sos por ejemplo kirchnerista y pones
like a publicaciones kirchneristas te van a salir noticias y amigos que
publiquen de ese tema. Otro ejemplo más casual puede ser que en la semana
pasada compré sushi y ahora me sale publicidad de los distintos sushis de la
ciudad.
-
Mercado libre: Lo mismo, cedes toda información y por medio de
algoritmos de búsqueda te sugieren las ventas que tenes más probabilidades
(algoritmo) de comprar.
-
Videojuegos: EA Games patentó el algoritmo "Lealtad" que va
variando mediante algoritmos la dificultad con quien competís ya que tiene la
certeza que si ganas o perdés siempre te aburrís y dejas de jugar. Por lo tanto
elimina el azar y programa básicamente si vas a aganar o perder. Cómo también
elimina el azar en la microtransacciones de premio y busca mediante algoritmo
que ingreses cada vez más dinero, una estafa.
Podemos
relatar las más de cinco millones de apps que se encuentran en el mercado
actualmente y todas procesan datos para enfocar sus negocios. Desde bancos a
clínicas de salud, desde videojuegos a políticos, desde empresas a pymes, todos
procesan datos, todos controlan nuestros datos y los venden o los utilizan para
redireccionar nuestros gustos.
Ahora
toca reflexionar un poco y en esto todavía no tengo una opinión formada, pero
quiero compartir con ustedes los interrogantes para que pensemos e
intercambiemos opiniones para poder empezar a darle luz a tanta oscuridad
intelectual.
¿Está
bien que utilicen nuestros datos? ¿Está bien que vendan nuestros datos a otras
compañías y saquen dinero de esto? ¿Nos hace mal o bien? ¿La información es
cualitativa o cuantitativa? ¿Un gobierno nos puede controlar personalmente? ¿La
democracia se beneficia o se perjudica con la utilización de la Big Data?
¿Somos libres dando datos a terceros? ¿Tenemos algo que ocultar? ¿Tenemos
derecho a no brindar nuestros datos a una empresa que accedimos voluntariamente
a darlos?
Son
muchas preguntas que no tengo respuestas. Lo que sí creo es que pasamos de la
dictadura de la opinión concentrada en pocas manos (diarios y medios gráficos)
a la revolución y masividad de decir y hacer todo lo que queramos al estilo WHW
(Where, How and When) y ahora, entramos en otro escenario dónde el paradigma no
es la libertad, sino la optimización del capital. Es decir, si los algoritmos
nos presentan lo que queremos, caeremos fácilmente en la monotonía ideológica,
en la muerte de la dialéctica superadora. Caeremos en escuchar, comprar, leer y
mirar lo que nuestras estadísticas dicen sin perder tiempo en cosas que no nos
interesan.
Esto
puede ser bueno o malo según perspectivas, pero desde mi punto de vista, nos
acercamos cada vez más a 1984 de George Orwell, en un estado de vigilancia
permanente, en el Big Brother que es la Big Data. Es muy fácil luego de leer
estas líneas encontrar cierto paralelismo en la utilización que hacen las
empresas de nuestros datos con lo que hacen los Ministerios del Amor, de La Paz
y de La Verdad en la novela, aunque también se puede ver desde una mirada más
"democrática" y feliz como es la novela de Aldous Huxley titulada "Un Mundo
Feliz" pero con similares matices.
No
todo es negativo, la Big Data nos brindó muchas herramientas de optimización
muy interesantes que han generado mejora en la utilización del tiempo cómo
también un fenomenal negocio para las empresas. La utilización correcta de
estas herramientas es realmente increíble, pero como liberal que soy todavía no
encuentro una solución a este tema, ni tampoco encuentro el punto subjetivo
donde instalar la censura. Supongo que con más lecturas y años de método
científico experimentando los beneficios y consecuencias de este fenómeno
actual podré definir si se debe o no poner limitantes.
Creo
fervientemente que los fines nunca justifican los medios y este tema me hace un
ruido que no puedo silenciar porque no tengo una respuesta a sus desafíos. Dejo
en ustedes estos interrogantes para que puedan pensar, reflexionar y si pueden
acercarme sus puntos de vista se los agradecería, para así poder aprender de
diferentes vertientes ya que mi Facebook solo me deja ver los que coinciden con
mi punto de vista.
Por
Francisco Sola, miembro fundador del Centro de Estudios Primero de Mayo y
Presidente de Jóvenes Pro Tandil
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