Opinión

La sociedad de consumo

08/01/2018

Hoy en día, en la sociedad de consumo, las personas se vinculan económicamente, por medio de las relaciones de consumo masificado.

por
Dra. Marcela Vairo

En estas relaciones de consumo masificado, se pierde la identidad de los usuarios o consumidores, ya que no son más que un número a aumentar por el proveedor. Y el proveedor pasa a ser un ente corpóreo, sin una cara visible, a la cual poder reclamar ante algún incumplimiento, como es el caso de las compañías de servicios de telefonías móviles o de internet.

Lejos hemos quedado de las negociaciones "cara a cara", para ser reemplazadas por las impersonales transacciones virtuales.

En este desequilibrio que se sucede, el proveedor está enfocado en estudiar pormenorizadamente el mercado, y vender lo más posible sus servicios y/o bienes, para generar su propia ventaja económica, por sobre el consumidor; hasta el punto tal que este último, adquiere bienes que no necesita consumir, o que de adquiridos, jamás utiliza.

A ello se adiciona un condimento mas, que es que, el usuario o consumidor, no tiene tiempo de informarse en forma detallada, de las obligaciones que conlleva la contratación. Vivimos en una vorágine diaria en la cual el tiempo viene a ser un bien preciado, en el cual no podemos detenernos a analizar los términos y obligaciones de las diferentes contrataciones a lo largo del día, desde que vamos a comprar un caramelo a un kiosco, hasta el plan de auto ahorro o crédito que adquirimos. EL factor tiempo también es conocido por los proveedores, lo cual aprovechan como un factor más para generar su propia ventaja.

Cuantas veces, como consumidores o usuarios, dejamos de reclamar, para no soportar largas colas, llamadas en espera, o tramites, ya sea por horas, semanas o meses.

La voluntad del consumidor se encuentra gravemente disminuida, porque generalmente este carece de suficiente información, tiempo, y conocimientos básicos para analizar detalladamente el bien o servicio que va a adquirir, unido al hecho de que su libertad de elección se encuentra reducida por la existencia de mercados monopólicos, los cuales generan la propia publicidad que el usuario consume.

Se genera en la conciencia colectiva de los individuos de que debemos ser aceptados por los demás, y para ello todos debemos adquirir el último producto publicitado por los diferentes medios, por los distintos proveedores.

Este aprovechamiento en la libertad de elección, de los proveedores, surge más notorio en los sectores más vulnerables de la sociedad, por ejemplo, los niños, ya que ellos deben tener el último producto infantil proyectado al mercado, para lograr la aceptación de sus pares.

Así  la Ley nacional 24.240- de defensa del consumidor-, intenta corregir este desequilibrio que se genera entre el proveedor y  el sistema de  consumo masivo,  consagrando diferentes principios para proteger a este último-deber de información, de seguridad, de garantía-, quien realiza diariamente contrataciones irreflexivas y no deseadas.-

POR ELLO ES IMPORTANTE QUE ANTE CADA CONTRATACION NOS PREGUNTEMOS SOBRE SI EL PRODUCTO O SERVICIO A ADQUIRIR, ES NECESARIO O INDISPENSABLE PARA NUESTRA SUBSISTENCIA, O ES SOLO UN INSTRUMENTO DE ACEPTACION SOCIAL EN EL CUAL NO TENEMOS TIEMPO DE LEER LA LETRA CHICA.-

 

Dra. Marcela Vairo. Abogada. Especialista en consumo. Especialista en derecho registral.

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