COMUNICADO
15/11/2017
Somos un grupo de más de 100 mujeres que conformamos la red de Promotoras Territoriales en Género, y que desde hace un tiempo nos estamos formando para romper con nuestra educación machista y emprender un camino de trabajo comunitario contra la violencia de género en Tandil así como de acompañamiento a mujeres que sufren violencia de género.
A esta semana la comenzamos con "una menos", otro
femicidio colma los medios locales y nacionales. Esta vez nos toca de cerca y
la impotencia se cuela en nuestros sentimientos. La muerte de una mujer en
manos de un hombre parece volverse moneda corriente. Duele la muerte, la
barbarie, el odio. Pero debemos tener muy presente que un femicidio es un punto
de llegada, y antes de que sucediera hubo muchas señales, muchas situaciones,
mucha violencia.
La muerte conmueve, pero debería conmovernos la violencia cotidiana
que sufrimos las mujeres desde que nacemos por el solo hecho de haber nacido
mujeres. Esa violencia cotidiana y en todos los ámbitos de nuestra vida es la
que debemos empezar a visibilizar y a encontrar insoportable.
Este femicidio tiene muchos aspectos que nos movilizan: la
cercanía, el pensar que podríamos haber hecho algo, el preguntarnos qué se
podría haber hecho para evitarlo, el indagar dónde cuál es el rol del Estado y
de la Justicia, el imaginar cómo se llegó a este punto. Desde nuestro lugar hoy
nos duele Ailin, pero también nos preocupa el mensaje que se genera hacia las
demás mujeres que sufren violencia: más miedo.
A todas las mujeres de Tandil queremos decirles que no están
solas. Que la violencia sólo se termina cuando ponemos un freno, cuando nos
queremos, cuando nos cuidamos, cuando nos desacostumbramos de los insultos, del
control, de los celos, de la subestimación. A las mujeres que hoy están pasando
por una situación de violencia les proponemos que no se queden solas, que pidan
ayuda, que dejen a un lado la vergüenza o la culpa.
A todas las mujeres de Tandil les proponemos que sientan en
lo más profundo la violencia que otras sufren, y que seguramente todas hemos
vivido de algún modo. Que nos sintamos hermanadas en la urgencia de cuidarnos,
de alentarnos a cambiar nuestros destinos, de realizar nuestros sueños, de
conquistar nuestros deseos, de disfrutar la vida. Ninguna persona es dueña de
otra, pero en especial ninguna relación en la que se ponga en riesgo nuestra
integridad y nuestra vida merece continuar.
A las mujeres de Tandil les pedimos que estemos juntas y
atentas, que no nos juzguemos, que no nos critiquemos, que nos acompañemos y
ayudemos a salir de las situaciones de violencia. A pocas horas de la noticia
del femicidio cometido por Damián Alejandro Gómez, muchas sintieron miedo de
ser las próximas. A esas mujeres les repetimos: nadie es dueño de nuestras
vidas. Y las decisiones que tomemos para salir de una vida violenta nos
devuelven la vida, nos construyen otro futuro, nos empoderan, nos recuerdan que
merecemos querernos.
Si conocemos que alguien está pasando por una situación de
violencia física, sexual, económica, psicológica u otra, hagamos algo. No
seamos espectadores del próximo femicidio. Denunciar puede salvar vidas.
Preguntar, asesorarse, pedir ayuda es posible. Para ello, las personas que
sufren violencia, sus familiares o amigos pueden acercarse a:
- Dirección de
Políticas de Género (Arana 1129)
- Comisaría de la Mujer (Alem 1073)
- Poder Judicial: Defensoría
Civil Nª 1 (9 de Julio 1194)
- Los Centros de Salud más cercanos o el Hospital Municipal
Ramón Santamarina (Gral. Paz 1406)
Ni una menos. Vivas nos queremos. Juntas más que nunca.
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