Opinión

De qué hablamos cuando no hablamos de amor

14/11/2017

Creo que el mundo está en una etapa de crisis existencial. Nos hemos concentrado a nivel social en el TENER más que en el SER y en el camino regalamos los valores más fundamentales. Hablamos de tantas cosas, nos comunicamos con tantas personas cada día, sin embargo percibo, hemos dejado de hablar de lo más importante: El Amor.

por
María Agustina Jáuregui

En Argentina todo parece ser blanco o negro, un lado de la Grieta o el otro, unos contra otros de manera ininterrumpida, sin lugar para mediar, para acordar y mucho menos para ser con el otro, para convivir.

Dejamos de hablar de amor y empezamos a hablar de guerras, dolor, hambre, pobreza, riqueza, cosas materiales, posesiones, violencia, atentados terroristas, asesinatos, violaciones, robos, golpes, bullying, odio, racismo, crueldad, falta de respeto, maltrato animal, niños abandonados, desidia, horror, etc.

Hemos llenado nuestra vida de todas esas palabras que hablan de la falta de amor, ¿le tenemos miedo al amor? ¿Por qué en los trabajos no hablamos de amor? No me refiero solamente al amor de pareja, sino al principio de todo, al amor por la vida. Por mi vida, por la de los otros, por la de todos los seres que habitan este mundo, nuestro mundo.

¿Para que nos sirve no hablar del amor? ¿Qué le enseñamos a nuestros hijos al decirles que los amamos pero demostrando que no nos amamos a nosotros mismos?

Amar la vida es el inicio, la damos por sentada y hasta que alguna tragedia nos sacude y nos enfrenta a la finitud de la vida,  parece que no fuera algo por lo cual agradecer cada día. ¿Desde cuando necesitamos que alguien muera para tomar conciencia de la importancia de la vida? ¿Cómo puede ser que en nombre de Dios, un hombre se suba a una camioneta y mate a 8 personas sin dudar ni un segundo? ¿Cómo le dimos tanto espacio al odio y nos olvidamos de amarnos?

Creo que tenemos que dejar de hablar tanto de todo los que nos separa y darle más lugar a lo que nos acerca. Empezar a conversar de amor en cada ámbito en el que estamos, en la familia, en el trabajo, en los colegios, en el club?porque sin amor, ¿que nos queda?

Tomemos el ejemplo de los chicos pequeñitos, ellos son maestros en amar. Ellos lo dan todo en cada acto, porque juegan con amor y ponen toda su atención en cada cosa que hacen, porque cuando se pelean, también se amigan sin rencores, porque para ellos hay algo mucho más importante que lo que separa, para ellos lo que une siempre pesa más, se perdonan y vuelven a empezar. Se aman a si mismos y no dudan de ser merecedores del amor de los otros, son cariñosos por naturaleza y sin andar midiendo cuanto dar al otro. Y todo eso que hacen y sobre todo como lo hacen, funciona.

Entonces me pregunto ¿Por qué cuando crecemos empezamos a dudar del amor propio, del amor que merecemos y del amor que podemos dar a los demás?

Abandonamos un sistema exitoso, basado en el amor, que habilita al perdón y al disfrute, y nos llenamos de dudas y miedos. Cuando dejamos de hablar desde el Amor, lo vamos perdiendo y nos vamos perdiendo unos a otros.

En nuestras manos está la gran posibilidad de mejorar todo lo que vemos mal, simplemente cambiando nuestra propia mirada. Volviendo a los ojos de ese niño o niña que fuimos alguna vez. Volviendo a vernos los unos a otros desde el amor. También a nosotros mismos.

Mirarnos con más amor y no juzgar tanto. Enfocarnos en lo que nos une y no en los que nos separa, en soluciones y no en problemas. Ver con amor aquellos defectos que tenemos y abrazarlos como una parte que necesita ser más cuidada, tener más empatía con nosotros mismos y dejar de castigarnos por no ser perfectos. También llevar el amor y la empatía a cada una de las relaciones o vínculos que tenemos, seguro va a facilitar el día a día y permitirnos fluir de maneras más creativas y felices. No hablo de magia ni de nada imposible te invito a aplicarlo durante una semana, pone tu corazón antes que la reacción, la compasión antes que una mirada más dura y te aseguro que vas a sentir cambios en tu vida y vas a poder contagiar a otros.

Definitivamente es como lo expresaba con sus impecables palabras Antoine de Saint Exupery (Autor de El Principito) "Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor".

Gracias.

 

María Agustina Jáuregui

Coach Profesional Certificada - Directora de Coaching Tandil.

Avalada por la Asociación Argentina de Coaching Ontológico Profesional.

 agustinacoach@gmail.com

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