PERSONAJE DE LA SEMANA
08/11/2017
Pablo no tiene nada que ver con Funes - el personaje del cuento de Borges-, pero guarda con especial atención recuerdos y anécdotas de una vida maravillosa. Cronista, martillero, coleccionista, actor y simpático #Personaje de Tandil. Tiene una vida con muchas aristas y cada una tiene su historia.
por
Mauro Carlucho
Hay Personajes que prefiero no llamarlos para contactar una
entrevista. La idea es encontrarlos en la calle o en su lugar habitual. Deseo
que esa primera mirada sea en "su salsa". Sin actuar para la cámara, como se
dice.
Muchas veces lo había cruzado en el centro, en la mesa de
algún café o en el banco. Pero me pasaba que no quería molestarlo, uno siempre
lo ve entre risas, hablando casi a los gritos y sentía que era mejor no
molestarlo.
Pero esta semana salí de casa para el diario y me lo crucé
en la esquina. Por supuesto que venía con el maletín tomado de la manija y
saludando a uno detrás de otro. Algunos quizás lo confundan con el doctor
Emmett Brown de la película Volver al Futuro. Pero lo cierto es que se trata de
un vecino muy reconocido. Todo el mundo lo saluda y siempre sale con alguna
humorada al paso.
Por supuesto que aceptó de inmediato, al mismo tiempo que me
invitó a conocer su "lugar en el mundo" dentro del hogar familiar. Para otro
viejo lector de El Gráfico era una oportunidad única. Pasty guarda una
colección de 3500 ediciones y ha presentado en público la colección de 1000
tapas, con fotos de leyendas y deportistas locales que trascendieron a nivel
nacional.
Es importante remarcarle a los más jóvenes, que salir en la
tapa de El Gráfico era un hito dentro de la carrera de cualquier deportista. De
allí el valor de este tesoro.
Cuando llegué a su casa, para la entrevista, me esperaba con
miles de revistas sobre todo el living. Estaban en la mesa, sobre los sillones,
por todos lados. Desde que pasé el umbral del inmueble comenzó a mostrarme los
ejemplares más representativos. Las primeras ediciones con los tandilenses, las
de sus ídolos de River Plate, Maradona, de su amigo Carlos Saúl Menem. No
paraba de hablar y de sacar revistas.
Su padre era lector de El Grafico y guarda con especial
cariño la primera edición que llegó a sus manos en la vieja casona de
Pellegrini 1051. En esas mismas cuatro paredes su madre lo dió a luz, eran tiempos
en que la partera venía a domicilio.
Sus primeros años escolares los pasó en la Escuela 2, para
luego pasarse al Colegio San José. Pero si está identificado con alguna
institución, esa es el club Santamarina. Es socio vitalicio y un caracterizado
hincha aurinegro.
"Llevo más de 50 años
como martillero, pero mi primer oficio fue el de cronista en el diario
Actividades. Vistalli y Alfarito me mandaban a cubrir los partidos en el
Estadio. Este oficio lo sigo haciendo ad honorem, colaboro en la Revista Tiempos
Tandilenses y cada tanto envío alguna publicación a El Eco. No me considero
periodista, mejor me defino como cronista. Enseguida que terminé la escuela con
el título de perito mercantil entré a trabajar en una casa de remates y en 1965
me fui por las mías. Llevo 52 años en el oficio y hoy me considero el número 1.
De los casi 200 que debe haber en actividad soy el de más antigüedad. Mario Iriani estaba antes que yo, pero ya no
trabaja más. Ahora voy por otro record y quiero trabajar hasta los 82 años",
dijo enfáticamente.
En todo este tiempo las ha vivido todas dentro de un oficio
que parece de otra época. Esta antigua técnica para la compra o venta de
objetos, lleva utilizándose desde los orígenes del hombre y facilita a los
interesados en el producto, que puedan pujar, llegando a ofrecer cantidades
económicas conforme a sus bolsillos.
El concepto de remate se encuentra íntimamente relacionado
con la posibilidad de realizar cualquiera tipo de compra o venta de un objeto
específico. Concretamente, este concepto de remate, se refiere por lo tanto a
una oferta que a modo de subasta o incluso de puja, busca obtener una cierta
cantidad monetaria a través de su puesta en el mercado a un precio de saldo.
Esta antigua técnica, puede aplicarse a una gran cantidad de
objetos y por supuesto, resulta perfectamente aplicable a una gran cantidad de
inmuebles. Bastaría con comenzar con un precio adecuado de forma que los
interesados en adquirirlo, entrasen en la subasta o puja determinada.
En uno de sus primeros servicios, se le escaparon las ovejas
que estaban a punto de rematar, desoyendo un consejo de su padre. En otra oportunidad estaba por subastar un
canario y este se le voló en el instante que quiso descubrir el sexo del ave.
Ahí nomás, sin demorarse, remató la jaula individualmente, casi sin ponerse
colorado.
Es que en esa vorágine de sacar "los lotes" al mejor precio
posible, el martillero debe valerse de su labia y de la presentación de los
bienes.
"Hay otra historia
terrible que ya se ha publicado y es cuando tuve que rematar un mono titi.
Vilanova se mudaba de una casa con patio a un departamento y no podía cuidar
del animal, entonces, como se usaba en la época, fue a remate. Yo estaba en
plena alocución, contando las bondades del animal cuando en ese momento se me
ocurre darle una banana para caerle simpático a la gente, ahí nomás el mono
tiró un tarascón y me mordió el dedo. Cuánto vale este mono hijo de una gran p?
me salió del alma. Hoy lo cuento con gracia", relató en detalle.
A mediados del siglo pasado la gente utilizaba mucho el
servicio de los remates. Por supuesto que estaban los judiciales o los que se
habían fundido con un mal negocio. Pero también había muchos en familias que se
mudaban y luego compraban todo a nuevo. Los sábados era una actividad señalada
en todas las agendas. Los vecinos iban de acá para allá por toda la ciudad en
busca de chucherías, muebles y como vimos recién, hasta mascotas.
"Ojo que también
están los remates injustos, como los llamo yo. Los problemas entre socios, los
judiciales son los peores. La noche
previa casi que no puedo pegar un ojo. Sabés de antemano que alguien quedó en
la lona y no es lindo. Es la comisión que no se disfruta, pero bueno, alguien
tiene que hacerlo. También he salvado a muchos, pero esas historias las contaré
cuando me retire. Todavía no es tiempo", dijo en suspenso.
Otra de sus pasiones es la colección de fotos antiguas.
Tiene miles y las comparte a cuenta a gotas en sus colaboraciones gráficas. Es
de esos tandileros de pura cepa, que guarda una íntima relación con su lugar de
origen.
Es impresionante como recuerda cada apellido, cada anécdota
con lujo de detalle. En el fondo de su casa tiene un espacio diminuto donde
guarda todos estos tesoros. El lugar está abarrotado de imágenes, cuadros,
diarios, revistas y carpetas. Allí está su historia, pero también gran parte de
la historia de la ciudad. Hay fotos familiares, del hermano Genaro del Colegio
San José, de la gloria aurinegra Aquiles Caviglia y también hay una incipiente
colección de relojes antiguos.
"Lo llamativo es que
no sé sacar fotos, pero me apasiona coleccionarlas y mirarlas. Es una cosa de
locos. Me puedo pasar horas acá adentro", exclamó.
Parece que todo lo hace con pasión, con alegría. Aprendió
que la vida hay que disfrutarla, "ya
habrá tiempo para hacerse mala sangre", nos dijo. Esa es su filosofía.
Al rato se fue y apareció con la camiseta del Napoles de
Maradona, "sacáme una foto con esta y
que se vean los relojes". Un personaje con todas las letras.
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