PERSONAJE DE LA SEMANA

Soñador y bohemio

01/11/2017

José María Conte es un peculiar vecino de nuestra ciudad. Muy reconocido en el ambiente del atletismo y constante animador de la movida cultural. Algunos lo llaman "Chamba", otros lo conocen como "el rauchero", pero todos lo saludan amablemente como un Personaje característico del pago chico.

por
Mauro Carlucho

Este buen hombre hace solo dos años que vive permanentemente en Tandil, pero pareciera que está hace 50 años caminando nuestras calles con su gorrita roja desteñida. Lo de caminando va literalmente porque nunca manejo un auto, ni siquiera una moto. A penas que usa la bicicleta para entrenar, lo suyo es patearla y patearla.

Su partida de nacimiento dice que nació en la Capital Federal, pero fue algo fortuito. Él es de Rauch y a mucha honra, aunque hace un tiempo reafirmó su identidad como bohemio e itinerante.

En el año 1968 armó las maletas y se vino para Tandil a estudiar ciencias económicas en la etapa previa de la Unicen. No estaba convencido, ya que desde muy pibe tuvo una inclinación por la escritura y el periodismo.

También era un amante de la música y a los 16 años formó su primera banda. Eran los tiempos del rock naciente y comenzaban a aparecer los primeros grupos nacionales. Conte dirá que su primer gran influencia rock fueron los Shakers, banda uruguaya de mediados de la década de 1960, con una gran influencia de grupos como The Beatles y The Byrds.

También había un costado más melódico con la presencia de Los Iracundos. Nuestro personaje descubrió a muy temprana edad esta movida y mantiene el mismo sentimiento desde entonces. Recuerda con lujo detalle cada viaje a los históricos B.A.Rock y cuanto recital grosso hubo en la época. Nunca tuvo ningún drama para agarrar la carpita, una muda y arrancar hacia esa pasión irrefrenable por la cultura rock.

De aquel primer paso por Tandil guarda con especial atención el circuito de recitales y movidas culturales. En su relato surge repetidamente la figura de Peti Pisani, de Román y el grupo Ajenjo.

Conte formó el grupo Los Santos junto a Miguel Valenzuela, Sebastian Cucchi y un baterista de apellido Eckeroth. Tocaban mucho en los bailes de la campaña rural.

Digamos que la faceta cultural iba de maravillas, pero la carrera de económicas no era lo suyo. Esta situación, sumada a su constante deseo de ir de un lugar a otro, lo llevaron a la ciudad de La Plata donde quería estudiar, por fin, periodismo.

Por número bajo se salvó de la colimba y pudo mantener su onda hippie de pelos largos y espíritu libre: "Desde que tengo uso de razón soy así. Siempre fui bohemio, aventurero, idealista y soñador. En La Plata estudie guitarra y trabajé de fletero, pero nunca pude recibirme. A comienzos de los 70 se vivieron momentos tensos y más si andabas de barba o pelo largo. Enseguida te ponían en alguna lista y quedabas marcado.  Por ese tiempo me salió un trabajo en la Dirección de Energía de la Provincia de Buenos Aires y me volví a Rauch. Era un trabajo piola, con horario corrido. En verano entraba a las 6 y a las 13 estaba afuera con todo el día para mí. Dormía una siesta y me iba al balneario. Junto a un grupo de gente armamos el grupo de cultura "Evolución". Organizábamos  ferias de artesanos, muraleadas y teníamos una revista. Yo escribía de música y atletismo, porque me había dado por el deporte. Fue una época maravillosa de mi vida", sostuvo ante ElDiarioDeTandil.

Hace poco tiempo, el amigo Hugo Mengascini compartió una imagen del "Chamba" en las redes sociales y los vecinos de Rauch lo recuerdan de aquel momento. Fue un constante agitador de todas las movidas culturales. Cada tanto viajaba a Tandil para visitar amigos y ver los recitales de Mandioca, Cal Viva y Experiencia. El Negro Bancanieves estaba en el climax de su extensa carrera.

Antes hice referencia a su práctica en el atletismo.  Conte se lo tomó muy en serio. Formaron un grupo en Rauch y viajaban constantemente por toda la zona. Con su entusiasmo contagiaron a los pibes y se armó una dinámica muy interesante.

De a poco fueron congeniando con los atletas locales y llegaron a formar una gran amistad. En aquel tiempo Jorge Olaechea era un claro referente. Conte menciona a Silvio Bataia, a Carlos Mansilla y al Vasco Bedascarraburre.

Toda esa etapa idílica se terminó en el gobierno de Carlos Menem. La onda privatizadora arrasó con todo. Al "Chamba" lo rajaron con el retiro voluntario: "Yo siempre digo que el turco cumplió con lo que prometió. Dijo que nos iba a mandar a la estratosfera y se pasó de la raya. Fueron tiempos feos, porque no sabías cuando te podía llegar el telegrama de despido. Hubo una gran reducción de personal y me tocó a mí también. Ya en ese momento quise volver a Tandil pero era muy caro para comprar una casa. A principios del 2000 vendí todo y me fui para Barker. Saqué la plata justo del banco y zafé del corralito. Desde ese día no trabajé nunca más en relación de dependencia. Hice algunas changas, pero solo cuando lo necesité. ¿No te dije que era un bohemio?", preguntó, por si no había quedado claro.

 Estuvo 15 años en el partido de Benito Juárez. Pero se mantenía en movimiento. Viajaba seguido a Tandil a dedo para las carreras. Desde el año 1978 que es un asiduo participante de La Tandilia. Pero desde hace ya un tiempo dejó de hacerlo enojado con los costos de inscripción. Por supuesto que siguió corriendo y entrenando, pero cuando las pruebas atléticas subieron las tarifas se dedicó a mirarlas de afuera. Entiende al deporte desde otra óptica. Con una mirada más amateur.

Nunca se casó, ni formó familia. Eligio una vida itinerante con alguna compañía momentánea y muchos amores imposibles.

En la época de Barker siguió intentando con la música y se presentó en la Fiesta de la Frambueza con el alias de "Jo-ni te he visto", re versionando temas de Creedence y Arco Iris.

Es llamativo como recuerda cada banda, cada formación. Algo similar con los atletas de toda la zona. Lo apasiona los dos temas y cada tanto se pone a escribir para no perder la costumbre. También es un gran lector. Le gusta Oscar Wilde y Cortazar. Se mantiene constantemente informado de lo que pasa en la ciudad y en el rock. Se mostró preocupado por la falta de escenarios en Tandil y se hizo eco del reclamo de muchos artistas y bandas locales.  

"Hace menos de dos años que estoy de nuevo en Tandil. Vivo en una pensión por la zona de la estación. Estoy cómodo con mis trofeos y los recuerdos. Los fines de semana siempre encuentro algún show. Ahora se está por venir el Roca Rock y es un evento ineludible. Voy todos los días. Muchas veces me sigo encontrando a las mismas personas de hace 40 años. Es una gran alegría para mí. Nosotros creíamos de verdad que con un rock podíamos cambiar el mundo. Éramos idealistas y lo seguiré siendo", finalizó.

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