HISTORIA DE EMPRENDEDORES

H. M. Magneres: el gran anfitrión de Casablanca, El Golden y Olivia

26/10/2017

El gran "Manguera", como le dicen sus amigos, es un reconocido comerciante céntrico. Tiene grandes hitos en su carrera de emprendedor. Fue uno de los fundadores de Casablanca y dueño de dos cafés históricos de la calle 9 de Julio: El Golden y Olivia. Esta es su Historia De Emprendedor.

La ubicación y la resonancia de estos emprendimientos son los primeros que vienen a la memoria, pero hubo mucho más en la vida comercial de Héctor Mario Magneres.

Su primer trabajo lo consiguió a los 14 años en la tienda La Razón. Edad justa en que los muchachitos de la época pasaban de los cortos al pantalón largo. Héctor Mario recuerda hasta hoy aquellos días en que su madre laboriosa le preparó la ropa para el primer día.

Su primera infancia la vivió en el campo, pero luego vino al pueblo para estudiar en el prestigioso Colegio San José. Venía con una base muy rudimentaria de la zona rural, con lo que le costó mucho adaptarse a las exigencias del colegio religioso. El estudio no era para él, por lo menos el que se enseñaba en las aulas. Así y todo llegó hasta sexto grado en la Escuela N°2. Ultima experiencia con los libros y las docentes.

En charla con ElDiarioDeTandil, Magneres sostuvo que "ese fue el final de mi educación formal, podríamos decir. Después supe aprender de la vida, de la calle y de los trabajos. Todo te va dejando algo".

Después de la tienda pasó a trabajar como "botones" en el Hotel Continental de la familia Moroder. Por aquella época era la principal competencia del Palace. El mismo se encontraba ubicado sobre calle Belgrano al 600.

De allí se fue a Mar del Plata para continuar en el rubro hotelero. Esta fue su primera experiencia en otra ciudad. Años más tardes también viajó a Olavarría para trabajar con el carbón.

Su primer emprendimiento lo hizo en sociedad con un tal Roberto Rodríguez Larsen. Juntos compraron un avión para fumigar en los campos de la zona. Magneres poco sabía de aviones y agroquímicos, pero se presentó la oportunidad y le pareció una apuesta atractiva.

El negocio funcionó rápidamente. A los pocos meses ampliaron la flota y Manguera se compró una camioneta Studebaker, muy de moda por aquel entonces.

Apenas tenía 22 o 23 años. Mucho éxito de golpe para un jovencito que hacía sus primeras armas como empresario. "Nos fue muy bien de golpe, pero no duró demasiado. Enseguida disolvimos la sociedad y me patiné toda la guita. Al tiempo tuve que volver a laburar de lo que salía. Creo que hice de todo", nos contó sobre aquellos días.

Estuvo un tiempo largo hasta que apareció otro negocio de esos que te ilusionan. Pero era uno bueno, de verdad. Junto a Ángel Elissondo y Alberto Tuculet abrieron el boliche Casablanca en el año 1972. Fue todo un suceso para la época. Él dirá que ingresó en el negocio de los boliches solo para saltar el mostrador, pero la verdad que fue un boom durante más de 5 años.  La sociedad se extendió hasta el año 1979, que quedó en manos de Ángel. Pero manguera vivió los años más fuertes de Casablanca.

El boliche abría todos los días y siempre había gente. Los lunes invitaban el trago a los clientes, que no salía del whisky nacional. Uno de los secretos de aquel emprendimiento fue la música. Magneres viajó a Europa en aquel entonces y trajo lo que se escuchaba en el primer mundo antes que nadie. En aquellos tiempos la música nueva llegaba a cuenta gotas y en Casablanca se escuchaba lo último de lo último.

Con la venta de Casablanca puso Olivia, punto ineludible de la ronda nocturna cafetera. El Café ubicado en 9 de Julio, pasando Sarmiento, estaba en frente a Scoth, otro lugar muy recordado para los que gustan de apreciar la luna y las horas tranquilas.

Magneres se jacta de su histórica clientela en Olivia. Fueron más de 35 años abriendo 20 horas por día. Un trabajo muy sacrificado, pero también gratificante.

Más acá en el tiempo, a mediados de los 90, junto a Daniel Domenez abrieron las puertas del café El Golden. Ubicado en la tradicional esquina de Pinto y 9 de Julio. Otro hito en su historial. Vivíamos la primavera menemista y se había reactivado el consumo. Hago esta aclaración político económica, porque después todos sabemos lo que pasó.

Frente a El Golden probaron suerte con un local de comida rápida llamado Quicly que no funcionó como estaba previsto. Eran tiempos de un revival para el fast food, pero no prendió la idea. Además vino el colapso del año 2000 y se vivieron momentos muy difíciles para la mayoría.

Se refugió de la crisis en Olivia y aguantó estoicamente hasta su jubilación. Fueron 40 años trabajando de noche. "Mi familia fue la que más aguantó. Fueron muchas noches llegando tarde, pero lo hice con pasión mientras duró. El principal consejo que le doy a mis hijos es que hagan las cosas con ganas, con fuerza. Si el patrón es un hdp tienen que meterle más fuerte todavía y sino se tendrán que ir. Pero si te tiras a chanta es peor para vos. Para trabajar en la noche te tiene que gustar, sino es imposible. Yo siempre quise ser un buen anfitrión. Es como recibir amigos en mi casa. Les quiero dar lo mejor. Atenderlos como se merecen. Ese fue mi trabajo durante 40 años".

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