CULTURA

Soñar con los pies

28/06/2017

Delfina Pissani y Diego Valero vienen hace mucho tiempo compartiendo la vida y las pistas. Hace apenas unos días, consiguieron la clasificación como pareja a las semifinales del Mundial de Tango, y semejante logro sirvió como excusa para repasar su historia.

por
Brando Bruni

Se cruzaron bailando ballet, cuentan entre los dos a El Diario de Tandil, porque Delfina viene de la Escuela de Danzas. "Siempre se hacían cosas en conjunto con El Cielito, entonces ahí nos conocimos", explican. Y es que del palo del folclore es de donde salió Diego.

"Nos pusimos de novios y de alguna forma me la traje a bailar folclore. Ella seguía con el clásico y folclore, yo mientras ya bailaba tango. De a poco arrancamos a bailar juntos", va relatando él.

"Yo había arrancado con el tango a los 14 o 15 años, con las primeras cositas que se empezaron a armar en La Peña El Cielito. Empecé a conocer la técnica y los movimientos. Con los años me transformé en el profesor", va recordando Diego. Pero lo curioso es cuando dice que "cuando arranqué no quería saber nada, no fue por elección propia. Había una competencia de folclore en La Plata, separada en distintos rubros que sumaban a una puntuación general. Estaba el rubro tango y desde la peña, Miguel Roaux y mi primer profesor Dario Porta, dijeron que alguien lo tenía que hacer para no regalar puntos. Me dijeron a mí y no quería, cero tango hasta el momento. En ese momento estaba el boom de los Torneos Juveniles Bonaerenses, me empezaron a presentar en esas competencias. Pasaron los años, fui encontrando que tenía una facilidad y me gustaba".

Así, el tango empezó a tomar un espacio fundamental en sus carreras y hace unos seis años le metieron de lleno al dos por cuatro.

Delfina explica que "armamos cosas para algunas competencias y se fue eligiendo el tango porque es una actividad que es poca rutinaria, se fueron gestando espacios en Tandil de milonga y para dar clases, se le fue encontrando otras vueltas y es bastante entretenido. Era ponerme un chip u otro, el cuerpo no entendía bien por donde iba y hubo que elegir".

"De alguna manera no son compatibles las técnicas con el folclore. Cuando nos dedicamos a full con el tango fue donde pegamos el mayor crecimiento", afirma Valero.

Delfina, viniendo desde el clásico, comenta que con el tango "sentí que podía bailar más. El abrazo, la marca, el lenguaje que se genera. Hay mucha diferencia técnica, lo cual me atrapó, me hizo ponerme en otro lugar, aprender otras cosas. Todo lo relacionado con la danza siempre me gustó, aprender cosas nuevas. Más un lenguaje que supone una marca y eso genera una respuesta en el cuerpo del otro, eso es muy interesante. Se abrió un mundo espectacular"

"El tango tiene muchas posibilidades para hacer, puede ser un baile más social, otro para competencia u otro para exhibición. Fuimos despertando en nosotros mismos diferentes cosas para estar siempre detrás de un objetivo", agrega Valero.

 

UN BAILE MUNDIALISTA

Sabido es que el Mundial de Tango es la mayor competencia global en cuanto a este género se refiere, y como dijimos la pareja acaba de pasar directamente a la semifinal luego de superar la preliminar en Pinamar. Además de hacer una por provincia (en Buenos Aires son tres), etapas como estas se realizan en diferentes países como Rusia, Japón o Brasil, más muchos otros que se van sumando todos los años.

Así, saltearon la etapa clasificatoria, donde el tremendo filtro deja en pie a 80 parejas de una 600 que se presentan. 20 más, entre las que están los tandilenses, se suman para completar el centenar semifinalista.

Hablando de lo vivido en la ciudad balnearia, explican que "la competencia oficial es de Tango de pista, suben 10 parejas en el mismo espacio, te tocan tres tangos que no conoces. Además, se hizo una competencia no oficial de milonga y vals, donde también nos anotamos, ¡E hicimos triplete por suerte!".

De esta manera, el 16 de agosto estarán en la presentación en la Usina del Arte de Buenos Aires, junto la Orquesta Color Tango. El 17 es la semifinal, de los 100 quedarán 40 finalistas para competir en la gran final en el Luna Park.

"Lo más lindo del Mundial son los espacios que se generan para bailarines del interior, como bailar en la Usina del Arte y tener contacto con parejas de todo el mundo. Eso es lo más interesante más allá de lo competitivo y que te vea un jurado", cuenta Delfina.

Más allá que van a dejar lo mejor en la pista, saben que el resultado no es lo principal, sino disfrutar. Diego lo explica diciendo que "si otros son los jurados, cambia el ganador. No es una carrera donde el que llega primero, gana. Competís contra vos mismo, no tomo a las otras parejas como rivales".

 

EL TANGO EN TANDIL

"Hubo una evolución enorme en Tandil porque se ha sumado mucha gente joven, eso da otra pimienta. Hay una inquietud de los profes de acá para tomar clases a Buenos Aires. Siempre se busca mejorar. A su vez, estos últimos dos años se dio de traer maestros de afuera para acá también. Es algo que pasa en Tandil en todas las áreas, siempre se busca una excelencia. Pasa en el hockey, el tenis  o el automovilismo. Hay ciudades del mismo tamaño o hasta Mar del Plata, donde no se si va tanta gente a dar clases", señala Diego hablando de la movida local.

Un dato relevante al respecto es que los últimos ganadores del segundo campeonato en importancia luego del mundial, el Metropolitano de Tango, son tandilenses. "Es esperanzador, quedándote acá todo te lleva más tiempo pero se pueden hacer cosas", afirma Pissani.

 

LO MEJOR Y LO PEOR

Bailar y trabajar con quien es su pareja, obviamente, no es lo mismo que hacerlo con un desconocido. Al consultarla sobre lo peor de este caso, afirma que "es tener tanta confianza". Diego adhiere y explica que "a veces no tenés la paciencia que tendrías con alguien que sea solo un compañero de trabajo. Los límites de tolerancia son más bajos. Nosotros aparte de bailar trabajamos y vivimos juntos".

Pero hablando de lo bueno, Valero no duda que "lo mejor es compartir la pista con tu compañera de la vida. Se genera otra química al momento de bailar, te potencia. Es una danza donde no estás con la compañera a dos metros, estás abrazado. Si bien siempre se hace un personaje, hay otra credibilidad al abrazarla a ella". Delfina se suma a eso y asegura que "eso es lo más, le gana a todo lo otro".

 

MUCHAS GRACIAS

Cerrando la charla, pidieron el merecido espacio para agradecimientos: "Queremos agradecer como nos trató toda la gente de Pinamar, toda la organización. La municipalidad de Pinamar es para sacarse el sombrero, el director de cultura y toda la gente apoyando y haciendo las cosas con mucho amor. Estuvieron en todos los detalles, en esas cosas que te hacen sentir querido. También a El Cielito que nos da un espacio. Nosotros trabajamos en el Municipio (son los directores del ballet municipal) y a veces no podemos conseguir por ahí un espacio porque hay un lío de permisos, y acá podemos venir a dormir si queremos".

Por supuesto no se olvidaron de sus familias y de todo el ambiente milonguero tandilense: "ya están organizando un asado para festejar, hay una gran camaradería"

Envia tu comentario

Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales. Aquel usuario que incluya en sus mensajes algun comentario violatorio del reglamento sera eliminado e inhabilitado para volver a comentar. Enviar un comentario implica la aceptacion del Reglamento


2008 - 2024 © www.eldiariodetandil.com | Todos los derechos reservados