Opinión
27/06/2017
Hasta diciembre de 2015 los argentinos, o mejor dicho, poco más del cincuenta por ciento de los argentinos estábamos convencidos que el relato kirchnerista terminaba con el cambio de gobierno que la presidente saliente no quiso entregar al entrante? algo insólito que ya quedó en el pasado pero que no hay que olvidar.
por
Hugo Reinaldo Abete
Sin embargo, por esas cosas repugnantes que tiene la
política, el nuevo gobierno, en materia de derechos humanos, no sólo no terminó
con el relato de la mentira del terrorismo, genocidio y los desaparecidos, sino
que lo profundizó a niveles que hasta ni Maquiavelo hubiese imaginado como
estrategia para mantenerse en el poder.
En efecto, cuando Mauricio Macri dijo en plena campaña
electoral que iba a terminar con el curro de los derechos humanos -dicho por el
cual logró el apoyo total de la clase media argentina- , no lo hizo por
demagogia ni tampoco por oportunismo político, lo hizo porque ese es su
verdadero pensamiento, porque está convencido que el tema de los derechos
humanos en la Argentina es un gran curro que sirvió para que muchos terroristas
se enriquecieran con arbitrarias, excesivas y desmedidas indemnizaciones.
Pero la realidad nefasta de la Argentina sin Patriotas, sin
hombres probos y virtuosos en el poder, hizo que Mauricio Macri pareciera
Gramsci al lado de Kristina cuando convalidó la política de ésta ante los
principales líderes mundiales.
Verlo arrojar flores en el Río de la Plata en homenaje a los
miembros del terrorismo subversivo acontecido en la Argentina,
independientemente si murieron arrojados de un avión, en pleno combate con las
Fuerzas del Orden de la Nación, o ajusticiados por sus propias organizaciones,
sin dudas es una muestra de hipocresía humana y política que sobrepasa los
límites de lo ético y moral.
Pero, si bien los argentinos siempre, en todos los órdenes
de la vida damos la nota por nuestra transgresión innata, en materia de
hipocresía podemos asegurar que no estamos solos. En efecto, la conducta de
Obama, Hollande y recientemente Merkel tirando flores al río por los
terroristas muertos, cuando ellos en sus países sufren a diario sus sangrientas
consecuencias, a las claras nos habla de la gran falsedad que predomina en los
supuestos grandes líderes mundiales y de la confusión que siembran en la
humanidad. O como alguien dijo por ahí, "¿acaso el terrorismo argentino es
bueno y el del resto del mundo malo?".
Si al menos junto con esos actos, el gobierno hubiese tenido
el tino de rendirle homenaje a San Martín y los caídos en Malvinas, todo
hubiese quedado como un acto protocolar, pero de este modo se instala que los
únicos héroes argentinos son los terroristas.
Cuesta creerlo pero es verdad, el presidente actual de los
argentinos, Mauricio Macri, oficializó ante el mundo una flagrante mentira. Y
el mundo confundido y aturdido, sobre esa base creerá que, la mentira es lo
cierto y lo cierto es la mentira.
Sólo Dios salvará a la Patria.
Hugo Reinaldo Abete - Escritor
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