Opinión

El Pueblo Decide

23/06/2017

La sociedad argentina comienza a fastidiarse escuchando a los opinólogos hablando de lo que sucederá en las próximas elecciones y le molesta esos discursos subliminales utilizados en la mayoría de los medios queriendo convencerlos por quien deben votar. Esos programas que les preocupa el "minuto a minuto", que priorizan la pantalla "caliente" para obtener un rating, dicen cualquier cosa que genere más audiencia. Lamentablemente se observa como subestiman a los ciudadanos y ciudadanas que son en definitiva los que deciden a quien van a votar.

por
Eduardo Ferrer

La mayoría de los argentinos analizan y piensan su voto

 

Han sido muchos los estudios sobre los determinantes del comportamiento electoral y  es comprensible, ya que el voto es una cuestión crucial de la vida política y de la democracia. Entender las claves de su comportamiento interesa, tanto a los teóricos como a los políticos, a los asesores y especialistas en campañas.

Y aunque aparezcan "politólogos y periodistas" haciéndose los entendidos  y creyéndose dueños de la verdad, las investigaciones revelan que casi el 60 % de los argentinos analizan y piensan su voto antes de emitirlo, mientras que la identidad partidaria aparece señalada por el 24% de los encuestados, al igual que el peso de la personalidad o trayectoria de los candidatos.

En este contexto es importante señalar que son  los ciudadanos los que determinan finalmente a quien van a votar. Relativizar la noción de soberanía nacional entendida como  la que establece que el poder está en manos del pueblo y que este se ejerce a través del conjunto de órganos constitucionales es un error que no se puede pasar por alto y el concepto hay que ponerlo en valor para sanear cualquier tipo de políticas desmedidas. La soberanía es la piedra angular que sostiene la correlación entre gobernados y gobernantes.

         Ahora bien, los medios de comunicación son esenciales para las elecciones democráticas. Una elección libre y justa no se trata solamente de votar en las condiciones adecuadas, sino que también es necesario contar con información relevante sobre los partidos, las políticas, los candidatos y el propio proceso electoral, a efecto de que los electores estén en condiciones de hacer una selección informada. Por lo tanto, hablar de una elección democrática sin que exista libertad en los medios de comunicación sería una contradicción.

Entonces, como se ha manifestado en otras oportunidades, se trata de ser serios a la hora de comunicar a la población: por un lado la veracidad de la información; que no sea falsa o errónea, es decir, que no se sustente en rumores o en malas intenciones provocando la confusión en la gente. Por otro lado es importante el principio de imparcialidad estableciendo cierta distancia entre la crítica personal de los hechos relatados y las fuentes; evitando también que todo lo recolectado se "contamine" con los prejuicios y valoraciones personales o del medio donde trabaja.

 

El momento donde legitimamos a quienes nos representan

Votar y elegir libremente a los gobernantes es un derecho esencial y universal de los ciudadanos/as, reconocido en la Constitución Nacional y el derecho de gobernar solo puede y debe emanar de la voluntad libre de los habitantes del país. Por otra parte es usurpador no solo quien se instala en el poder por medio de la fuerza, sino también el que lo hace por medio del engaño político y el fraude electoral.

La Declaración Universal de Derechos Humanos dice en su artículo 21 que "la voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto".

Es cierto que en América Latina predomina el sufragio obligatorio para todos y tal obligatoriedad, es parte del intento por reforzar la legitimidad de sus sistemas democráticos. No es casual que las democracias noveles de nuestro continente opten por el sufragio obligatorio precisamente para superar la débil cultura cívica propia de regímenes autoritarios que interrumpieron los gobiernos democráticos durante gran parte de su historia.

 

El valor de la Participación ciudadana

 

         En muchas ocasiones la sociedad cree que es una solución permanecer ajenos a la decisión de los expertos, para que tomen las medidas tendientes a alcanzar el "bienestar general". Sin embargo esta idea es un obstáculo para el desarrollo de la democracia que corre el riesgo de convertirse en una tecnocracia, es  decir, en gobiernos donde los ciudadanos permanecen indiferentes y sus representantes se someten al mandato exclusivo "de los que saben".

            La fuerza principal de la democracia reside en la voluntad de los ciudadanos de actuar de manera responsable en la vida pública, apoyando lo que les parece bien y combatiendo con métodos democráticos, lo que les parece mal. Por ello, no está bueno ceder el control absoluto a las decisiones de los tecnócratas. En otras palabras: está bien buscar ayuda en los expertos, pero esto no implica que solo una elite de especialistas decida cuales deben ser las leyes y políticas a las que nos debemos someter.

El ideal democrático de la ciudadanía proclama la responsabilidad política de cada uno; consagra el derecho a participar directa o indirectamente en la gestión de los asuntos públicos; garantiza los derechos de todos los ciudadanos independientemente de sus diferencias sociales, políticas, económicas, de género, entre otras.

            Según el politólogo  Giovanni Sartori Decimos democracia para aludir, a grandes rasgos, a una sociedad libre, no oprimida por un poder político discrecional e incontrolable, ni dominada por una oligarquía cerrada y restringida, en la cual los gobernantes "respondan" a los gobernados. Hay democracia cuando existe una sociedad abierta en la que la relación entre gobernantes y gobernados es entendida en el sentido de que el Estado está al servicio de los ciudadanos y no los ciudadanos al servicio del Estado, en la cual el gobierno existe para el pueblo y no viceversa.

Eduardo "Tony" Ferrer - Concejal Mandato Cumplido FPV-PJ

 

Fuentes consultadas

 

ELECChttp://www.esi2.us.es/~mbilbao/SartoriDemocracia.htmIONES LIMPHhhhIAS  http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/ldin/navarro_r_a/capitulo2.pdfuchas oPRENSA 

https://aceproject.org/ace-es/topics/me/onePage

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