POR NESTOR DIPAOLA

Recuerdo íntimo para el Pequeño Gran Fernandito

22/05/2017

En las siguientes líneas recordamos a Fernando Pinchentti, el relator de nuestra ciudad que lamentablemente perdió la vida semanas atrás en un accidente automovilístico.

por
Nestor Dipaola

Allá por el hoy lejano año 1993, entrevisté a Sergio Mauricio Pinchentti, que contaba con 32 años y ya era uno de los más importantes relatores deportivos de la provincia de Buenos Aires.

Hablamos de la vida, de la sociedad, de las convicciones, de la importancia de comprometerse con la sociedad y por supuesto, de los relatos radiales, los comienzos, sus maestros y demás.

En esas entrevistas se incluía en un recuadro, una "ficha" con los datos personales. En la parte final se consignaba lo referente a estado civil, hijos, nombres de los mismos. De ahí que las dos o tres últimas líneas de la ficha, expresaban, textualmente:

"Casado con Mabel Altamirano (docente) tiene dos hijos: Sebastián Emanuel (4) y Fernando (casi dos años)".

Ninguno de los dos (entrevistador y entrevistado) imaginamos esa tarde que nos reunimos para la nota en un café lugareño, que ese niño tan pequeño, que recién empezaba a caminar pero que todavía no hablaba, muy precozmente adquiriría (o heredaría) la nutrida y efectiva verborragia que evidenciaba papá Sergio en los relatos, pero también en comentarios, en informativos, mesas de periodistas y exposiciones diversas.

Siendo todavía adolescente, Fernandito ya trabajaba junto a su padre en Radio Tandil. Poco después empezó a relatar, formando parte de un gran equipo que llevaba a cabo las transmisiones más diversas.

Todo venía de maravillas. Seguro que para Fernandito se cumplía el "sueño del pibe", como aquel del tango que canta Carlitos, cuando el debutante desnivela el marcador en el último minuto. Y seguramente nuestro querido amigo y compañero Sergio Mauricio festejaría, simultáneamente, el sueño de todo papá que desea fervientemente que sus retoños anden bien por la vida, pero si además continúan sus pasos, mucho mejor.

Hasta que llegó el minuto fatal del 27 de noviembre del trece. Todavía no han transcurrido cuatro años. Sergio se quedó dormido para siempre "en la Paz del Señor", como solemos ver en algunas necrológicas. Inesperado, muy fuerte. Ahí estaba Fernandito, desconsolado pero consciente de sus fuerzas para luchar. Para redoblar.

Y vaya si lo hizo, al toque nomás. Encabezó las transmisiones de la radio y participó de las mejores hazañas de los tandilenses, como el ascenso de Santamarina a la B Nacional pocos meses después, el 29 de abril de 2014.

Los dos años siguientes fueron de un notable crecimiento para el pibe. Tanto, que aceptó la desvinculación de la "radio madre", la de su papá y suya propia de toda la vida, con naturalidad. Al día siguiente ya había formado un equipo formidable para empezar un nuevo sendero en la am 1180. Partidos que vienen y van. Rutas de aquí y de allá. Peligros que acechan. Pero para su extrema juventud -apenas 24 años-  no había tiempo de pensar en la mala. Sólo se trata de vivir. El límite lo pone el destino, que en una de esas, estaba marcado. Y en menos de cuatro años nos dejaron los dos. El del "sueño del pibe", y un poco antes, el papá feliz y orgulloso de su niño prodigio y hacedor. ¿Qué podemos decir? Muy poco, más que agradecerles infinitamente el ser buena gente. El arte periodístico que nos regalaron. La compañía. La sonrisa. La vida. Que corta o no tanto, valió mucho para los que todavía quedamos rodando por estos complicados cielos terrenales.

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